. Orlando Guevara Núñez
El 31 de mayo de 1999, la Sala de lo Civil y de lo Administrativo
del Tribunal Provincial Popular de Ciudad de La Habana, dictaminó sobre la
Demanda del Pueblo de Cuba al gobierno de los Estados Unidos por daños humanos.
Esta demanda estuvo
sustentada por la voluntad de la inmensa mayoría del pueblo cubano,
representada en sus principales organizaciones de masas y sociales, como son:
La Central de Trabajadores de Cuba (CTC); Asociación Nacional de Agricultores
Pequeños (ANAP); Federación de Mujeres Cubanas (FMC); Federación Estudiantil
Universitaria (FEU); Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM);
Organización de Pioneros “José Martí”; Comités de Defensa de la Revolución
(CDR) y la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC).
Se
tuvo en cuenta para esta demanda que desde el mismo triunfo de la Revolución
cubana, los gobiernos de los Estados Unidos han hecho todo lo posible por
destruirla, haciendo pagar un alto precio a nuestro pueblo para mantener su
libertad e independencia.
En
ese texto, con fuerza de pueblo, se precisa que:
“La
guerra desatada por Estados Unidos contra la Revolución Cubana, concebida como
política de Estado, ha quedado históricamente demostrada y es plenamente
constatable a través de las múltiples informaciones que han sido reconocidas en
aquel país en los últimos tiempos, en las que se puede apreciar la existencia
de una variedad de acciones políticas, militares, económicas, biológicas,
diplomáticas, psicológicas, propagandísticas, de espionaje, la ejecución de
actos terroristas y de sabotaje, la organización y apoyo logístico a bandas
armadas y grupos mercenarios clandestinos, el aliento a la deserción y
emigración y los intentos de liquidar físicamente a los líderes del proceso
revolucionario cubano, todo lo cual se demuestra mediante importantísimas
declaraciones públicas de autoridades del Gobierno de Estados Unidos, así como
de las incontables e irrebatibles pruebas acumuladas por las autoridades
cubanas y, de modo particularmente elocuente, por los numerosos documentos
secretos desclasificados, pues aunque no todos han sido dados a conocer son más
que suficientes para demostrar cabalmente cuanto fundamenta esta demanda”.
Fueron
presentados todos los documentos probatorios, incluyendo los hasta entonces
desclasificados por el gobierno de los Estados Unidos. Así, el Tribunal Popular
Provincial de Ciudad de la Habana, con total apego a la Constitución y al
Codigo Civil de Cuba, dictaminó que el
gobierno agresor debía indemnizar al pueblo cubano con el pago único de 181.100 millones de dólares estadounidenses.
La
sentencia incluye la conminación al
gobierno norteamericano “a que
públicamente se retracte por el daño moral del que han sido objeto tanto los
familiares como las víctimas de los hechos narrados en esta demanda”.
La
prepotencia imperial ha hecho que el gobierno de los Estados Unidos haya
desconocido, en todas sus partes, esta justa demanda del pueblo cubano.
Una
puntualización muy importante sobre esta
demanda, es que Cuba, fijó su reclamación
por el valor de la vida de los 3
478 cubanos fallecidos y 2 099 incapacitados como consecuencia de las
agresiones imperialistas a nuestro país, en un promedio de 40 millones de
dólares, incluyendo la reparaciòn del
daño material e indemnización de perjuicios. Y se deja explícito que el Juez
Civil del Distrito del Sur de la Florida, Lawrence King, condenó a la República
de Cuba al pago de 187.627.911 dólares
estadounidenses por la muerte de tres pilotos de ese país mientras violaban
nuestro espacio aéreo, con fines contrarrevolucionarios.
Las
cifras anteriores muestran que ese señor juez fijó su condena en un promedio de
62.542.637 dólares por fallecido. Por eso se precisa en la demanda cubana que “Si
Cuba hubiese establecido la misma base de cálculo del Juez King, nuestra
reclamación ascendería a 217.523 millones de dólares, o sea, 78.403 millones de
dólares más de lo que estamos demandando”.
Y
algo muy importante: las víctimas cubanas, fueron las agredidas; los pilotos
fallecidos, eran agresores.
Toda
la fundamentación de esa demanda cubana contra el gobierno de los Estados
Unidos por daños humanos, no cabe en un artículo periodístico. Por eso, hacemos
esta presentación, dejando para próximos espacios, hechos y cifras que forman
parte de la historia que Obama quiere que borremos de nuestra memoria, pero
son, sencillamente imborrables. Y los cubanos seguiremos luchando hasta que la
justicia triunfe.
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