.Orlando Guevara Núñez
La careta de World Learning, acompañada de la utilizada
por la embajada de los Estados Unidos en La Habana, rodó por el piso. Uno se
pregunta si esta institución, llamada no gubernamental, no sentirá por lo menos
pena, al seguir utilizando ese nombre. Y es motivo también de curiosidad saber
si la representación diplomática estadounidense en Cuba estará inciando otra
cadena de provocaciones y de actos ilegales que se sumen al bochornoso bloqueo
que sigue en pie, pese al restablecimiento de las relaciones entre ambos
países.
En estos días, el estudiantado cubano le ha dado una
lección a los agentes del imperio. Y ha demostrado que el supuesto “eslabón
débil” de la Revolución, es un firme pilar del socialismo en Cuba. Ese plan de “becas”
de verano ha sido catalogado por sus promotores como “una inversión” midiendo a
Cuba con el rasero aplicado a otros países donde han obtenido algunos éxitos.
Sus sueños de subversión en Cuba con su “primavera” en
algunos países y su “revolución de colores” en otros, encubriendo con esos
calificativos el verdadero fenómeno: contrarrevolución, desestabilización,
terrorismo, derrota de los movimientos progresistas y defensa del
neoliberalismo, están condenados al mismo fracaso del bloqueo.
Y hay una razón que va mucho más allá de lo que se diga.
Es la razón de lo que existe en Cuba. Un sistema que garantiza absolutamente
para todos sus ciudadanos el derecho y la oportunidad gratis al estudio, a los
servicios de salud, a la formación cultural, a las prácticas del deporte y la
recreación. Un país sin discriminación racial ni de ningún otro tipo. Donde las
instituciones armadas y de orden público son parte del mismo pueblo, sin una
sola tortura, ni un solo desaparecido, ni un solo asesinato.
Un país donde nadie queda desamparado, donde el Estado
asume la responsabilidad por cada persona desvalida, cueste lo que cueste. Un
país donde se aplica el legado de nuestro Hëroe Nacional, José Martí, expresado
en su deseo de que La ley primera de la República sea el culto de todos los
cubanos a la dignidad plena del hombre.
¿Qué podrían, desde los Estados Unidos, enseñar a los
jóvenes cubanos? Acaso las “bondades” de un sistema donde millones de jóvenes
no tienen acceso a la educación, y los que llegan a graduarse en una
universidad salen con deudas que al cabo de muchos años lo que han hecho es
aumentarse por los intereses de los préstamos?
¿Le podrán hablar de “oportunidades” a nuestros
jóvenes,como las tienen ellos para millones de los suyos: oportunidad para ser
víctimas de la drogadicción, de la prostitución, incluso de la pobreza?. Y
nadie se extrañe de la palabra pobreza en Estados Unidos, porque existe – y reconocida
por sus propias instituciones dedicadas a esos análisis - como demostración de
que lo determinante para el bienestar de todos los habitantes de un país no es
la riqueza que posea, sino la forma en esté distribuida.
La esencia de ese y otros programas subversivos liderados
por el gobierno de los Estados Unidos, es eliminar todo cuanto no esté en
correspondencia con sus intereses de explotación y de dominio. Tal vez le sería
más productivo dedicar los millones utilizados con ese fin, a por lo menos
aliviar las muchas desigualdes internas y las de millones de norteamericanos
que hoy no pueden ni siquiera soñar con la atención,en todos los órdenes, que
poseemos todos los cubanos.
Cierto es que tenemos aún limitaciones económicas. No son
defectos del socialismo, como los enemigos de la Revolución quieren pintarlas.
Nuestro socialismo nació bloqueado y continúa bloqueado. Cualquier país
capitalista, con ese asedio, con esa guerra económica,comercial y financiera,
víctima de agresiones armadas, de sabotajes, de intentos de aislamiento,
incluso de guerra biológica, no habría podido resistir mucho tiempo.
Esa verdad no es ignorada por nuestra juventud. La edad
de los comprendidos en la captación para ese plan subversivo, indica que sus
padres- en muchos casos también sus abuelos- han vivido siempre bloqueados. Y
eso determina que el país, pese al cerco criminal, les ha proporcionado lo
necesario para vivir con decoro, pero no ha podido ofrecerles otros beneficios
a los que con toda la lógica aspiramos.
Hacia ese objetivo marchamos. Haciendo los cambios
necesarios, los que necesitamos y convienen a nuestro pueblo, no los que
necesitan y convienen a nuestros enemigos. Nuestra juventud estudiantil, está
demostrando que no es ajena a las intenciones imperiales, ni está de espaldas a
la historia y a la gloria que hemos vivido los cubanos en este más de medio siglo
de lucha. Aunque World Learning, la embajada de Estados Unidos en La Habana y
el gobierno imperial norteamericano se empeñen en no reconcerlo.
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