Orlando Guevara Núñez
Lograr que el pueblo
conociera la presencia del Ejército Rebelde en las proximidades de la capital oriental,
cercar a Santiago de Cuba y otras ciudades cercanas, y no permitir la salida de
armas y refuerzos de la tiranía hacia lugares atacados por las fuerzas
rebeldes, fue la misión asignada al Tercer
Frente Oriental Dr. Mario Muñoz Monroy, constituido el 6 de marzo de
1958, como parte de la estrategia del Comandante en Jefe Fidel Castro para
extender a otras regiones las operaciones
militares.
Unos días antes, el 27 de
febrero, el entonces capitán Juan Almeida Bosque, había sido ascendido al grado
de Comandante del Ejército Rebelde y nombrado jefe de la Columna 3 Santiago de
Cuba, que daría origen al nuevo frente guerrillero.
Combatiente del Cuartel
Moncada y expedicionario del Granma, destacado en varias acciones combativas en
la Sierra Maestra,
Almeida asumía ahora una misión que
resultaría relevante para la derrota final de la tiranía batistiana.
El 1ro. de marzo, desde Pata
de la Mesa,
Comandancia de la Columna
4, dirigida por el Che, saldrían la
Columna 3 hacia la zona de operaciones asignada en la propia
Sierra Maestra, y la Columna
6 Frank País, dirigida por el también
ascendido a Comandante, Raúl Castro, cuya misión consistía en abrir otro frente
de combate en el territorio de la Sierra Cristal. El 6 de marzo, luego de largas y
agotadoras jornadas, la tropa de Almeida llegó a Puerto Arturo, naciendo así el
Tercer Frente Oriental Dr. Mario Muñoz Monroy.
La nueva zona rebelde
abarcaba unos 6 000
kilómetros cuadrados, desde las cercanías de Bayamo
hasta las de Santiago de Cuba, incluidos los territorios de Baire, Jiguaní,
Contramaestre, Guisa, Santa Rita, Maffo, Palma Soriano, Aguacate, Ramón de
Guaninao, Central América, Dos Palmas, El Cobre, Melgarejo, El Cristo, El
Caney, el sur de San Luis, Loma del Gato y Chivirico.
Solo 57 combatientes –entre ellos
dos mujeres, Oniria Gutiérrez Montero y
María Mercedes Sánchez Dotres, ambas miembros de la Comandancia-
integraron esta fuerza rebelde en el momento de su fundación. Junto a Almeida,
como jefe del Pelotón de Vanguardia, estaba el capitán Calixto García Martínez,
asaltante al Cuartel Carlos Manuel de
Céspedes y expedicionario del Granma. Y
frente al Pelotón de Retaguardia venía el capitán Guillermo García Frías,
primer campesino incorporado al Ejército Rebelde, quien era, además, el segundo
jefe de la Columna
3.
En el fragor del combate
Entre la fecha de apertura
del Frente y su entrada en combate transcurrió muy poco tiempo. La primera
acción consistió en un ataque a la refinería TEXACO, cercana a la capital
oriental, para distraer a las fuerzas enemigas y proteger el paso de Raúl y su
Columna por la
Carretera Central hacia su zona de operaciones. La acción no
fue exitosa, pero hizo conocer que ya el Ejército Rebelde estaba operando en
los alrededores de la ciudad.
Durante la noche del 10 y la
madrugada del 11 de abril, una audaz acción tuvo lugar a unos 20 kilómetros de
Santiago de Cuba. El poblado de El Cobre fue atacado y ocupado por las fuerzas
rebeldes. Era la primera vez que una cabecera de municipio se tomaba por el
ejército guerrillero, el cual, además, rechazó el refuerzo enviado por la
tiranía e hizo explotar el polvorín minero de ese poblado, detonación sentida
con fuerza en Santiago de Cuba y que llenó de pánico a las tropas batistianas.
La tiranía no pudo ocultar ese acontecimiento.
Las acciones combativas se
multiplicaron con rapidez. Ataques a cuarteles, emboscadas y escaramuzas a
patrullas y puestos militares, además de numerosos sabotajes. El Frente crecía
y se nutría principalmente de campesinos de la Sierra Maestra
y de obreros. Eran organizados los
pequeños grupos guerrilleros que operaban en la zona antes del 6 de marzo y se
establecían contactos más directos con los combatientes clandestinos de la
ciudad. Día por día el Tercer Frente ensanchaba su dominio, mientras que era
mayor la desmoralización del enemigo.
Las fuerzas de la dictadura
sufrían constantes bajas, perdían armas y otros medios. Poco a poco se iba
materializando el objetivo de cercar a Santiago de Cuba.
Retorno al Primer
Frente
El ejército batistiano, en
mayo de 1958, puso en práctica la
Ofensiva de Verano, con el nombre fantoche de Plan FF, o sea,
Fase Final o Fin de Fidel. Más de 10 000 efectivos militares bien armados,
respaldados por la aviación, artillería, tanques y la Marina de Guerra, se
abalanzaron sobre la
Sierra Maestra, tratando de cercar y aniquilar a la jefatura
rebelde radicada en La Plata,
con Fidel al frente.
Ante la situación creada y
respondiendo a la orden del Comandante en Jefe, las fuerzas principales del
Tercer Frente Oriental regresan al Primer
Frente José Martí y junto a él combaten sin tregua, hasta derrotar la
ofensiva enemiga. La palabra empeñada de Fidel de que ese Frente sería
defendido hasta el último combatiente y no sería jamás tomado, fue cumplida con
el valioso aporte de las tropas de Almeida. En el territorio dejado atrás se
continuaban desarrollando importantes misiones ofensivas.
El descalabro de la tiranía
fue aplastante e irreparable. Sus fuerzas, expulsadas definitivamente de la Sierra Maestra, se
refugiaban en los cuarteles, pero en ellos eran también acosadas, desalojadas,
vencidas. Otra fase de la guerra revolucionaria entraría pronto en acción: la
ofensiva rebelde.
De
vuelta al Tercer Frente
Cumplida la tarea iniciada
en mayo, el Comandante Juan Almeida y su tropa, se reincorporaron en agosto al
territorio de operaciones del Tercer
Frente Oriental y se establece la Comandancia en La Lata. Se centra de nuevo
la atención en el objetivo inicial de cercar a la ciudad de Santiago de Cuba.
Se multiplican las acciones
combativas victoriosas a lo largo de la Carretera Central,
entre Bayamo y Santiago de Cuba. Una nueva Columna, integrada bajo la jefatura
del ya Comandante Guillermo García Frías, se crea el 18 de agosto de 1958 y
recibe la misión de operar entre Palma Soriano y Contramaestre, y logra
hostigar e inmovilizar al enemigo.
La Columna 10 René Ramos
Latour, al mando del capitán René de los Santos, radicada en Loma del Gato,
tendría como zona de operaciones desde la Carretera Central hasta La Socapa,
mientras que la Nro. 9 Antonio Guiteras, a cargo de Hubert Matos, cubriría desde la Carretera Central
hasta Siboney. Al mismo tiempo los capitanes Calixto García y Universo Sánchez
fijaban sus capitanías en Matías y Filantropía. En las áreas de esos mandos
quedaban las cercanías de Baire, Jiguaní, Santa Rita, Charco Redondo, así como
la zona de Hongolosongo y el tramo de la Carretera Central entre Palma Soriano
y El Cobre. El avance rebelde era ya incontenible.
A mediados de noviembre de
1958, otro hecho aporta un nuevo hito al desarrollo de la guerra
revolucionaria. El Comandante en Jefe Fidel Castro se traslada hacia la zona de
operaciones del Tercer Frente Oriental y dirige personalmente la Batalla de Guisa. En esos
días, el máximo jefe rebelde sostiene encuentros con Almeida para planear el
asalto y rendición de las principales plazas militares de Oriente, dando
inicio, de esa forma, la
Operación Santiago, que debía concluir con la toma de la
ciudad.
Una a una fueron cayendo en
manos rebeldes las posiciones enemigas. Las fuerzas al mando de Fidel, Raúl y
Almeida, tomaban y rendían cuarteles, liberaban poblados e incrementaban con
celeridad el territorio libre de Cuba. En Palma Soriano combaten juntos, por
primera vez, los tres Frentes guerrilleros. Y juntos estuvieron preparados para
la batalla final, la toma por asalto de la ciudad de Santiago de Cuba, acción
que no fue necesaria ante la huida del tirano Batista, el desplome total de la
tiranía y el triunfo del Primero de Enero de 1959. Para esa fecha, la misión de
la tropa de Almeida estaba cumplida.
A las glorias militares del Tercer
Frente Oriental, hay que unir las alcanzadas en el campo social, relacionadas
con la educación, la salud, los viales, el transporte, las comunicaciones y la
justicia revolucionaria, preludio en la guerra de las grandes transformaciones
que seguirían a la victoria.
Para esas tareas fueron
creados el Departamento de Café, Cacao y Ganadería, además de los encargados de
la Justicia,
los Suministros, Comunicaciones, Construcciones Civiles, Educación, Transporte
y Sanidad Militar. Un total de 52 escuelas y seis hospitalitos de campaña
fueron fundados, mientras que cinco plantas radiales difundían la verdad sobre
las acciones, tergiversada por el enemigo.
Al cumplirse un nuevo año de
la fundación del Tercer Frente Oriental
Dr. Mario Muñoz Monroy, vale el recuerdo agradecido a los hombres y mujeres que
lo fundaron, a los que se incorporaron después, a los que con sacrificio y
heroísmo lo condujeron a la victoria.
Los resultados de esta
fuerza rebelde fueron definidos por su jefe, el Comandante Juan Almeida: “ El Tercer Frente, nacido de la
concepción revolucionaria y el espíritu
de ofensiva de Fidel, cumplió con honor la misión que le designó el Comandante
en Jefe, y fue uno de los puntales de la victoria definitiva del pueblo
cubano”.
Y vale también recordar las palabras
de nuestro Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, General de Ejército
Raúl Castro, al referirse a este Frente y en particular a su jefe: “ Almeida
cumplió, con su proverbial lealtad, eficacia y espíritu de sacrificio, la
misión de crear el Tercer Frente y posteriormente cerrar el cerco a Santiago de
Cuba”.
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