Frank País ante el
asalto al Moncada
. Orlando Guevara Núñez
Cuando se produjo el
asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de
Céspedes, en Bayamo, el 26 de julio de 1953, el entonces joven estudiante,
Frank País García, estuvo entre los santiagueros que de inmediato trataron de conocer
lo que sucedía. Y su primera reacción
fue solidarizarse con los asaltantes.
Dos días después de esos
hechos, escribiría a su novia Elia Frómeta:
(…) No estoy mezclado en absolutamente nada, pero
quisiera. Ese día salí a la calle buscando quien tuviera un rifle o un revólver
y suerte para ellos que no lo encontré, porque si no, por cada bala que me
hubieran dado me hubiera llevado a uno (…)
(…) Los jóvenes se marcharon a Siboney, luego a la Gran
Piedra y demás lomas, donde los guapos ahora los están persiguiendo como a
perros. A todos los matan. A los que se rinden también. Imagínate, ellos que no
conocen esos lugares, los matan como a mosquitos. Son unos asesinos. Quieren
desquitarse como cobardes lo que no supieron defender como hombres cuando
tenían que hacerlo. Me dio una rabia y un dolor ver como morían y mueren
decenas de muchachos jóvenes. Yo los llegué a ver el domingo por la noche,
porque me llegué a colar con un grupo que traía un soldado herido. Estaban
todavía tirados en el suelo, todos llenos de sangre, de balas y de honor.
Jovencitos algunos, que no tenían ni barba siquiera. Uno colgado de un árbol,
las piernas al aire y los pies en el suelo, mientras el cuerpo se bamboleaba en
el aire. Era algo horrible y más horrible aún el asesinato que están cometiendo
por esas lomas sin que nadie los vea. Asesinos y cobardes.
El 29 de julio, escribe Frank a su amiga Ruth Gaínza:
“A mí me da una rabia y un sentimiento y te digo que esa
mañana salï con un grupo buscando armas y te digo que si las hubiera encontrado
a estas horas estaría yo también peleando con ellos. Me da muchísimo dolor que
los estén asesinando así y yo con los brazos cruzados, viviendo cómodo en mi
casa, es como para desesperar a cualquiera”.
Es conocido que Frank
País tuvo la idea de rescatar a los moncadistas presos en la cárcel de Boniato,
proyecto que no llegó a fraguarse.
Su indignación la volcó
en un artículo que tituló ¡Asesinato! y salió
a la calle de forma clandestina en los primeros días del mes de agosto. Era una
demoledora denuncia a los crímenes del Moncada. Por ese manifiesto, Frank fue
detenido y permaneció varios días preso, hasta ser absuelto debido a que no
pudieron probar su autoría.
En aquellos convulsos días que sucedieron al
Moncada, la actividad revolucionaria continuó en ascenso. Crecieron
las luchas estudiantiles y, en el fragor
de éstas, se fueron forjando los cuadros. En esa etapa irrumpieron en el
escenario varias organizaciones cuyo postulado era la lucha contra la tiranía,
incluyendo la vía armada.
Frank , al tiempo que
mantenía la lucha estudiantil, tuvo contacto con líderes de estas
organizaciones. Pero pronto llegó a la conclusión de que ninguna estaba dispuesta a una lucha resuelta, por la vía armada,
contra el dictador. Aún así, no rompió
los vínculos con ninguna, aspirando a la posibilidad de obtener armas para sus
planes futuros.
En mayo de 1954, Frank
País crea el Bloque Revolucionario de Estudiantes Normalistas (BREN). En su
mente se va definiendo cada vez con más claridad el propósito de ir nucleando y
organizando a los jóvenes más decididos, capaces de luchar contra la dictadura
batistiana. Posteriormente crea también el Directorio Estudiantil, para
sumar a la lucha a estudiantes de otros centros.
Hasta que se corona la
aspiración del líder revolucionario santiaguero: la creación de una
organización propia con el fin de conducir la lucha armada, tomando como
paradigma la acción dirigida por Fidel Castro el 26 de julio de 1953.Surge así
Acción Revolucionaria Oriental (ARO) a fines de
octubre de 1954, cuando ya Frank País y Pepito Tey han matriculado la
carrera de Pedagogía en la Universidad de Oriente.
En ARO, Frank País
aglutina a un reducido número de combatientes ya probados en la lucha, a los
que comienza a preparar para las misiones futuras. La tarea esencial consistía
en obtener armas, recaudar fondos,
captar nuevos ingresos, sobre la base de una rigurosa selección y apartarse de
toda actividad pública contra el régimen, requisito que desde meses antes estaba cumpliendo.
ARO se transforma pronto
en Acción Nacional Revolucionaria (ANR) hasta que en julio de 1955 se produce
un hecho que retrata a Frank País en toda su dimensión como hombre de acción y de ideas políticas:
su ingreso al Movimiento Revolucionario 26 de Julio, poniendo a disposición de
Fidel su organización, sus hombres, sus armas y su propia persona.
Para esa fecha, el héroe
de la lucha clandestina había tenido la oportunidad de estudiar La
historia me absolverá. La acciones del 26 de julio, el programa
expuesto por Fidel ,las vías para derrocar a la dictadura y realizar luego las transformaciones revolucionarias,
habían calado en lo más hondo de la conciencia de Frank País.
Vendrían luego sus
visitas a México para concretar con Fidel
el reinicio de la lucha armada, las acciones para apoyar el desembarco
del Granma, su designación como jefe nacional de Acción del Movimiento
Revolucionario 26 de Julio. El 30 de noviembre de 1956, bajo su jefatura, se
produce el Alzamiento de Santiago de Cuba, primer combate armado contra la
tiranía después de los del 26 de julio de 1953.
Desde la clandestinidad,
Frank País fue en decisivo puntal en el apoyo a la lucha guerrillera en la
Sierra Maestra. El envío de un refuerzo de más de medio centenar de
combatientes, armas, parque, ropa y
otros medios.
Llegó a ser el máximo
jefe nacional del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en el llano. Fidel en
las montañas y Frank en el llano, fueron las dos máximas figuras de la
Revolución, hasta su caída, asesinado, en Santiago de Cuba, el 30 de julio de
1957, cuando no había cumplido aún los 23 años de edad.
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