.Orlando Guevara Núñez
En diciembre de 2007, el
Comandante Hugo Chávez Frías visitó, en compañía del General de
Ejército Raúl Castro, la ciudad de Santiago de Cuba. Tuve el honor de reportar
para Sierra
Maestra, las incidencias de ese emotivo encuentro. En la edición de
este órgano de prensa, correspondiente al sábado 29 de diciembre de ese año,
quedó el testimonio del cual extraigo estas notas.
A su llegada al Aeropuerto
Internacional Antonio Maceo, el líder bolivariano expresó:
“Cuando veníamos, desde el
aire miraba la Sierra Maestra y entonces uno se imaginaba haber sido soldado de
la Sierra Maestra. Yo soy un soldado guerrillero de la Sierra Maestra, del
Cuartel Moncada, de ahí venimos. ¿Santiago? Santiago sigue siendo lo que ha
sido: Cuna y motor de la Revolución”.
Al recorrer a pie el Paseo
de Martí, expresaría: “Tenía que caminar aunque fuera una cuadra, una calle,
una esquina. Sentir de cerca las manos, los rostros, el cariño de los
santiagueros”.
En su visita al otrora
Cuartel Moncada, el Comandante Chávez dejó testimonio escrito de su admiración
por esta ciudad y su historia: “Moncada: cuna, viento, alma profunda y sencilla
y semilla de la Revolución martiana…y de la Revolución bolivariana. Nosotros, hijos
de esta estela, te saludamos y rendimos armas tremolando banderas. ¡Patria,
Socialismo o Muerte! ¡Venceremos!”
Junto a estas palabras, el
General de Ejército Raúl Castro escribió solo tres más: Estoy
de acuerdo. Y estampó su firma.
En la ciudad de Santiago de
Cuba, durante esta visita, Chávez recibió un estímulo de las autoridades de
aquí, el cual agradeció con sentidas palabras:
“Estoy muy emocionado al
recibir la Réplica del Machete del Titán de Bronce Antonio Maceo. Yo soy un
soldado patriota de las huestes de Antonio Maceo, de Simón Bolívar, de Miranda,
de Sucre, de esos grandes titanes de oro, de bronce, de granito (…) Uno hubiese
querido ser soldado raso de la Sierra Maestra, de las tropas de Fidel, de la
guerrilla revolucionaria de Fidel. Y ahora
me entregan ustedes la Réplica de Machete de Antonio Maceo”.
Entre sus impresiones sobre
la ciudad santiaguera, el jefe de la Revolución bolivariana señaló: “¡Llegó el
día de llegar a Santiago! He conocido hoy la otra mitad del mundo (…) Lo de hoy
ha sido una avalancha de pueblo, de amor del bueno, como dice una canción
(…) Estamos de nuevo en la hora de los
hornos. (…) Somos una sola nación. Esta no ha sido una reunión internacional.
No nos separa el Caribe, nos une”.
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