.Orlando Guevara Núñez
El gobierno genocida de
Donald Trump, no haya cómo remediar su
frustración al no poder eliminar a la Revolución cubana. No han podido las
agresiones, las amenazas, el bloqueo, las mentiras, el intento de aislamiento.
Y por eso el ensayo ridículo de querer convertir en “líder” a un delincuente, mercenario, al cual paga en
Cuba con el dinero de los contribuyentes de ese país.
Como siempre en esa
pretensión de fabricar “héroes” ha
seleccionado la peor de las materias primas. Ese es José Daniel Ferrer, cuya “heroicidad”
ha sido la violencia contra sus propios secuaces, incluyendo a su esposa sin
importarle su estado de gestación. Un mentiroso sin escrúpulos, que alardea de
ser “un tipo duro” solo ante un cuerpo policial que sabe no utilizará contra él
la violencia.
Pero en este nuevo intento,
caen Trump y su pandilla en un grave error. Porque no es lo mismo adoptar
medidas desde el exterior que pretender
fomentarlas dentro del país. Así, violando todas las normas
internacionales y de la Convención de Viena.
El desequilibrado Pompeo, tan frustrado como su
presidente, encomendó a la encargada de negocios de esa misión diplomática,
Mara Tekach, ocuparse de promover la violencia, perturbar el orden en nuestro
país, junto a otras acciones contra la legalidad. Y ella, desde luego, se ha sumado al peligroso
juego.
Que se ocupen de hacer lo
que han hecho siempre, proteger a los individuos de baja calaña, mercenarios,
mentirosos y huérfanos de moral- molde perfecto para su fábrica de “Cuadros”-
les habrá dado buenos dividendos en otros lugares, pero en la Cuba
revolucionaria no pasará de otra frustración.
Cuba, como lo han expresado
nuestro Presidente y nuestro Canciller,
no permitirá violaciones en nuestro suelo. Nuestro pueblo está preparado para
defenderse y sabe cómo hacerlo en cualquier
campo que sus enemigos escojan.
El imperio yanqui – y sus súbditos en otras partes del mundo- tan frustrados
como ellos en su odio hacia la Revolución, seguirán revolcándose en su propio estiércol. Los cubanos
seguiremos invictos. Trabajando, avanzando, combatiendo y venciendo. Y ellos,
como siempre, seguirán entre frustraciones y ridículos.
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