lunes, 4 de noviembre de 2019

El capitalismo y el socialismo en Cuba (3)







.Orlando Guevara Núñez

El más sagrado de los derechos humanos  es, sin duda, el derecho a la vida. Y era ese uno de los derechos más violados por el capitalismo en Cuba. Mientras que una minoría vivía bien, la mayoría de la población  se puede decir que malvivía. Algunos datos comparativos entre el capitalismo y el socialismo en el campo de la salud, son útiles para el razonamiento sobre las diferencias entre ambos sistemas. Como en otras ocasiones hemos sugerido: ¡Juzgue el lector!
En el capitalismo: Los servicios de salud eran un sistema ineficaz, donde la medicina era una mercancía y los enfermos simples clientes. Así, el derecho a la vida era real solo para quienes podían pagarla. O lo que es lo mismo: la minoría de la población. Así lo definiría  Fidel en su alegato La historia me absolverá:”El acceso a los hospitales del Estado, siempre repletos, sólo es posible mediante la recomendación de un magnate político que le exigirá al desdichado su voto y el de toda su familia para que Cuba siga siendo igual, o peor”.
Eso explica que la esperanza de vida en el país, fuera de unos 55  años, mientras que la mortalidad infantil andaba por una tasa de 60 por cada mil nacidos vivos. Eso sin contar que en muchos parajes rurales los niños murieran sin siquiera su nacimiento hubiese sido registrado.
El presupuesto para la salud  era de unos 25 millones de pesos, de los cuales los políticos y funcionarios corrompidos se robaban una parte importante. La mayoría de esos recursos se concentraban en la capital, cuya población representando el 22 por ciento del total del país, contaba con el 61 por ciento de las camas.
En la zona oriental la situación era más trágica. La Región Oriente Sur de Salud Pública, que abarcaba las actuales provincias de Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, contaba con un presupuesto de sólo 1 300 000 pesos.
Miles de niños y adultos morían cada año víctimas de enfermedades curables. Por la poliomielitis fallecían anualmente o quedaban inválidas unas 300 personas; el paludismo atacaba a unas 3 000; de la difteria eran presa unos 600 niños, mientras que la gastroenteritis causaba estragos en la propia ciudad de Santiago de Cuba. Incluso en 1957, se conoce el doloroso episodio del Valle de Mayarí Arriba, zona rural donde ese año murió el 80 por ciento de los niños menores de un año, como consecuencia de esa enfermedad.
En el propio año 1953, una epidemia de gastroenteritis mataba dos niños cada día en Santiago de Cuba. Las autoridades achacaron la enfermedad a la mala calidad del agua y los alimentos, pidieron apoyo al país, y como respuesta recibieron unas pocas camas y cuatro cajas de medicamentos, lo que ni siquiera contribuyó a aliviar el mal.
La tuberculosis, el tétanos y otras enfermedades infecciosas, sembraban también la muerte en muchos hogares cubanos, principalmente los pobres.
 El hambre, la desnutrición y falta de trabajo preventivo, agravaban la situación.
 El 70 por ciento del mercado de medicamentos estaba en manos de empresas norteamericanas y la población tenía que adquirirlos mediante precios que multiplicaban su costo. El servicio médico rural no existía. El país contaba con unos 6 000 médicos, la mayoría en la capital cubana y otras grandes ciudades, mientras que gran parte de ellos ejercía la medicina privada. Las 131 casas de socorro existentes en el país, eran realmente una grotesca caricatura de atención sanitaria, y una gran mayoría de quienes recibían asistencia médica, se quedaban con las recetas en los bolsillos, al no poder comprarlas por falta de recursos. La atención estomatológica era ínfima. Una intervención quirúrgica era un lujo que pocos podían satisfacer
En el socialismo: La Salud del pueblo, en correspondencia con el Programa del Moncada, fue una de las principales transformaciones encaradas por la Revolución desde sus primeros pasos, enfrentando no sólo las pésimas condiciones existentes, sino las impuestas por la contrarrevolución y el bloqueo de los gobiernos norteamericanos.
De los 6 000  médicos existentes, unos 3 000 abandonaron el país; pero Cuba ha formado, en estos años de Revolución,  para sí y otros países, casi 100 000 médicos y una diversidad grande de profesionales que garantizan la atención gratis y cada vez de mayor calidad a toda la población, sin excepción de ningún tipo.
La medicina privada fue erradicada, así como la comercialización privada de los medicamentos. En los más apartados parajes de nuestra geografía, existen los Consultorios del Médico y la Enfermera de la Familia, que abarcan a toda la población.
Desde 1962 comenzó una campaña de vacunación para toda la población infantil. Y enfermedades como la poliomielitis, el paludismo, la difteria, gastroenteritis y otras infecciosas que causaban miles de muertes, fueron erradicadas desde los primeros años. Hoy, el programa de vacunación protege a la población infantil contra 13 enfermedades.
La mortalidad infantil tiene hoy en Cuba una tasa de 4  por cada mil nacidos vivos -  mejor que la de Estados Unidos- con resultados grandes también en las tasas de mortalidad preescolar, escolar y materna, mientras que la expectativa de vida  está en los  78 años. La desnutrición infantil es solo un recuerdo del pasado que no podrá volver.
Una red de hospitales, Consultorios del Médico y la Enfermera de la Familia, Policlínicos, Hogares Maternos y de Ancianos, Centros Especializados y de Investigación, sostienen un sistema que cuenta con  Universidades Médicas en 13  provincias,  de donde cada año egresan miles de profesionales en las carreras de medicina, enfermería, estomatología, y psicología y tecnología de la salud.
Cuba, además, comparte su obra de la salud con decenas de pueblos, principalmente los más pobres, tanto con el envío de personal calificado que ha atendido a millones de personas y salvado millones de vidas, como  la formación gratuita de profesionales en nuestro país.  . Más de 400 000  trabajadores de la salud cubanos han marchado a más de 160 países, a salvar vidas, a curar o remediar males, incluso a prevenirlos.

El equipamiento tecnológico más moderno, a un alto costo en divisas, es adquirido para nuestras instituciones de asistencia, docencia e investigaciones, todo en aras de la salud del pueblo. Hoy Cuba tiene importantes medicamentos que son únicos en el mundo
El sistema cubano de salud, prioriza el nivel primario de atención, la prevención, la educación de la población, la búsqueda para la detección precoz de las enfermedades y su tratamiento oportuno, al tiempo que alerta sobre los malos hábitos de alimentación y otros que conspiran contra la salud.
Cuba se encuentra entre los primeros países del mundo donde la población vive más años después de haber cumplido los 60 de edad.
No hay país del mundo con más médicos por habitantes que Cuba. Pero no es sólo la cantidad, sino que todos, sin excepción, están al servicio del pueblo. La crítica situación de la salud, inspiró el combate del Moncada; ahora la salud en Cuba es una muestra de  que los sueños de ayer, son la realidad conquistada durante más de 60 años de lucha.
Es plena confirmación de las palabras de Fidel Castro en el histórico juicio, tras exponer las razones del Moncada y la confianza en el triunfo: “A los que me llamen por esto soñador, les digo como Martí: “El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber; y ese es el único hombre práctico cuyo sueño de hoy será la ley de mañana, porque el que haya puesto los ojos en las entrañas universales y visto hervir los pueblos, llameantes y ensangrentados, en la artesa de los siglos, sabe que el porvenir, sin una sola excepción, está del lado del deber”.
Con estos datos y otra enorme cantidad  que podrían citarse, cualquier persona honesta, de cualquier ideología, podría definir  el mejor sistema de salud que hemos conocido los cubanos, si el capitalista o el del socialismo.

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