.Orlando Guevara Núñez
En una de las muchas cartas
a su amigo Gonzalo de Quesada, escribe Martí este pensamiento. Y en ella le
dice, además, que “poco vale este amigo infeliz e impotente; pero sabe
donde está la virtud, y el modo de conciliarla
con las obligaciones de la vida, sin faltar a ésta ni a ella”
Le asegura que las almas
nacidas para la honradez no tienen conveniencia, ni viven tranquilas, fuera de la honradez. La misiva está fechada en Nueva York, el 16 de noviembre de 1889l
Afirma que son algunos los
vendidos y muchos los venales, pero el honor puede echarlos atrás cuando salen
de las filas al escuchar el látigo que los convoca o ver servido el plato de
lentejas,
Hace alusión a la penuria
económica que le ha impedido haber publicado el periódico para Cuba y América,
una sola en su previsión y pensamiento. Dice que ya podría estar publicado si él
hubiese decidido aceptar ayuda de
personas que no compartían su modo de pensar, pero que ideas de esa dignidad no deben aparecer con pobreza ante el
público, porque es dañarlas más que defenderlas. El decoro de los hombres es
una prédica constante en Martí. Para él es esa una condición indispensable,
pues sin decoro no es
posible ni predicar ni hacer obra digna y en bien de
la patria.
Al
final, le escribe al fiel amigo: Hay que levantarse, sacudirse el polvo y
seguir andando.
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