lunes, 29 de octubre de 2018

Solo pueden desertar de la política los que deserten de sus propios hijos




 Orlando Guevara Núñez

Este pensamiento  acomoda bien para quienes se auto proclaman contrarios a la política y dicen ser neutrales. Y es que todo está enmarcado, para bien o para mal, en una política. Fue en un trabajo titulado así: La política, publicado en Patria, el 19 de marzo de 1892, que nuestro Apóstol vertió este criterio. 
Afirma  que el espionaje español, comprendiendo que el peligro para la política de España está precisamente en la buena política revolucionaria, fomenta en los reformadores cubanos y en las casas de trabajo el odio a la política.
Y hace importantes definiciones sobre este término. Dice que la política es el estudio de los diversos medios de vida común que ha discernido o pueda discernir el hombre. Señala  que la aristocracia es una política y la democracia es otra. Que el zarismo es política, y es política la anarquía. Por ello, sentencia que los hombres que desean sinceramente una condición superior para el linaje  humano no pueden ser cómplices de la política de policía que anda predicando el desdén a la política.
Continúa Martí su reflexión exponiendo que el deber de procurar el bien mayor de un grupo de hijos del país; no puede ser superior al deber de procurar el bien de todos los hijos del país. Hace una diferencia entre la política protectora de intereses de poder, vanidad y apetitos, a la que defiende la virtud, y  lucha por salvar al pueblo.
 Defiende el principio de que cuando la política pretende un mero cambio de forma en un país, sin cambiar las condiciones de injusticia en que viven sus habitantes, y tiene por objeto, bajo el nombre de libertad, el reemplazo en el poder de unos autoritarios por otros, el deber de un hombre honrado no será nunca el de echarse a un lado de la política, para dejar que sus parásitos la gangrenen. Es la casa en que vive lo que le gangrenan, y ha de entrar en ella para purificarla, agrega.
En contraposición, asevera que cuando la política es para poner en condiciones de vida a los hombres que el gobierno priva de los medios de aspirar por el trabajo y el decoro a la felicidad, falta al deber de hombre quien se niegue a pelear por la política que busque ese derecho al trabajo y al decoro.
Proclama que los hombres que lo son, se juntan para salvar el barco de quienes lo desvían, y los hombres que no lo son, los hombres recortados, los egoístas, se echarán, solos, a los pocos botes de naufragio; dejando atrás a sus compañeros de desgracia y vagarán, abandonados, por las olas.
“La cobardía y la indiferencia no pueden ser nunca las leyes de la humanidad", a lo que suma que es necesario, para ser servido de todos, servir a todos.

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