domingo, 14 de octubre de 2018

Estados Unidos contra Cuba: ¡Siempre la mentira!




.Orlando Guevara Núñez
Si fuese cierta la historia de Pinocho – la de crecerle la nariz cada vez que decía una mentira- en Estados Unidos se hubiese roto muchas  veces el récord en la dimensión de ese órgano humano. Las dimensiones serían trasatlánticas y, sobre todo en la Casa Blanca, no cabrían sus propietarios.
Desde que triunfó la Revolución, esa ha sido una práctica constante en las más altas esferas gubernamentales yanquis, encabezadas, incluso, por sus presidentes. Y, de seguro, entre los más “agraciados”, estaría el actual presidente, Donald Trump.
La propia prensa de ese país ha dicho- y ya hace rato- que este mandatario, desde que ocupó la silla presidencial, ha dicho públicamente más de 2 000 mentiras. Y que de muchas él mismo ha sido quien las desmienta… ¡con mentiras nuevas!
No por gusto, en la reciente Asamblea General de las Naciones Unidas, algunas de sus afirmaciones causaron  risas y mofas entre los asistentes a ese foro mundial de los pueblos. No recuerdo otro caso semejante.
En esta ocasión, la emprendió contra Cuba y Venezuela, acusando al socialismo como culpable de males que solo existen en su calenturienta mentalidad de millonario fracasado como político.
Está claro  que su mensaje persigue confundir, engañar, embrutecer a la opinión pública, incluyendo a su propio pueblo.
¿Qué pensarían los millones de campesinos del mundo, si supieran que en Cuba no existen latifundios, que todos los que trabajan  la tierra son dueños de ella y desapareció para siempre el desalojo y la miseria en nuestros campos?
¿Qué pensarían los millones de personas  sin derecho a la salud- incluyendo el propio Estados Unidos- si supieran que en Cuba la salud es totalmente gratis para todos, porque con la Revolución la medicina dejó de ser una mercancía, y el paciente dejó de ser un cliente?
¿Qué pensarían los más de 800 millones de analfabetos del mundo y muchos –también incluyendo a Estados Unidos, si supieran que en Cuba no existe analfabetismo y que la educación, en todos los niveles, es enteramente  gratis para todos los cubanos?
¿Qué opinarían los millones de personas que en el mundo sufren persecución, prisión, torturas y asesinatos, incluidos los Estados Unidos-si supieran que en Cuba no existen esos bárbaros procedimientos, porque se aplica el principio martiano del culto a la dignidad plena del hombre?

¿Qué pensarían del presidente yanqui quienes sepan  que Cuba está declarada como único país de América Latina sin desnutrición infantil y que nuestro país tiene una tasa de mortalidad infantil mejor que la de los Estados Unidos?
¿ Qué pensarían millones de personas en el mundo al escuchar las palabras del gobernante yanqui, si supieran que Cuba sufre de parte de los Estados Unidos,  un criminal bloqueo que tiene la misma edad de la Revolución, y sin embargo tiene un pueblo sin desamparados, ni abandonados a su suerte, como existen tantos en el mismo país bloqueador?
¿Qué dirían los millones de discriminados por el color de su piel, por su posición social, por el sexo o creencias religiosas –incluyendo a los Estados Unidos- si supieran que en Cuba esos derechos están garantizados para todos, sin excepción?
Si se compararan esos – y otros muchos, bastante muchos logros de la Revolución- con lo que existe en el mundo capitalista, cabría la interrogante: ¿De quién es el fracaso mencionado por Trump, del socialismo o del capitalismo?
No esperamos los cubanos que el presidente norteamericano – y la jauría que lo acompaña- abandonen  la mala costumbre de mentir. Pero Cuba sigue en pie, desbaratando las ridículas mentiras con su valiente palabra, pero, sobre todo, con su obra redentora y su capacidad para seguir venciendo.

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