.Orlando Guevara Núñez
Es uno de los aforismos
martianos más conocidos y utilizados. . En
realidad, hasta ahí está incompleto, pues Martí continuó así: Truécase
en polvo el cráneo pensador; pero viven perpetuamente y fructifican las ideas
que en él se elaboraron.
Esas palabras inician una
crónica martiana, publicada en el periódico mexicano El Federalista, edición
literaria, publicada del 5 de marzo de 1876.
Bien podría pensarse que están referidas a la muerte por motivos épicos; pero no.
Honran la memoria de una
afamada teatrista española, fallecida,
Pilar Belaval, durante un homenaje a ella dedicado por el Liceo Hidalgo, de
México: “Mujer bella de cuerpo y elevada
de talento, maestra en la interpretación
de la comedia, dueña y señora del drama (…) Dicen que no hubo nunca
mayor gracia cómica, ni pasear más picaresco, ni más intencionado mirar que aquellos
con que regocijaba a su auditorio Pilar Belaval”.
En esa crónica, Martí
expresó que “es una manera de honrarse,
y no la menos generosa, honrar a los demás”
y agregó estas bellas palabras: Se
cumple el arte, despierta la fiera, llora el llanto, muévese con más vigor dentro del pecho el ave inquieta
y sorprendida. Estos triunfos alcanzó la Belaval, triunfos siempre pasajeros
por injusticias de la memoria o apetito
de novedades, nunca saciado en los
humanos”.
Y no faltó, en la crónica,
el sentimiento patriótico de Martí: “Arbusto
solitario es el alma del hijo enamorado de la patria que lejos de su amada
sufre sin consuelo; manera de morirse es
ésta de vivir alejado de la patria”.
Hoy los cubanos
afirmamos que ese pensamiento martiano, es un fiel retrato de su propia
vida, de su eterna vida, porque su muerte no será nunca verdad.
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