.Orlando Guevara
Núñez
Al conmemorarse
hoy el aniversario 55 de la fundación de
la Federación de Mujeres Cubanas, viene
a la mente el recuerdo de tres mujeres santiagueras que, en distintos
días y años, dejaron de existir físicamente en el mes de agosto, aquí, en
Santiago de Cuba.
Las tres son
símbolos de patriotas, de luchadoras. Símbolos de la mujer santiaguera y
cubana.
La primera es
América Lavadí Arce. Había nacido el 15
de junio de 1917 en Yateras, Guantánamo. Hija de madre comunista y luchadora antimachadista. El padre,
tabaquero. Ambos progenitores descendían de familias
mambisas.
América, desde
casi niña, tuvo que laborar para contribuir al sustento del hogar. En Santiago
de Cuba, donde había pasado a residir su familia, América se sumó a la lucha
contra la tiranía machadista. Militó en la Liga Juvenil Comunista, desarrollando
una amplia labor de propaganda desde una célula de Defensa Obrera Internacional.
En más de una ocasión sufrió prisión y fue golpeada por los esbirros de la
tiranía.
El 1ro. de
agosto de 1933, el Partido de los comunistas cubanos convocó a una
manifestación por el Día Internacional
de la Lucha contra la Guerra y por la Paz, por las demandas de los desocupados,
contra el imperialismo yanqui y por la retirada del embajador norteamericano,
Summer Welles, que tuvo como escenario a Santiago de Cuba.
América había
realizado propaganda sobre esta actividad. Y allí estaba, en primera fila,
portando la bandera cubana cuando –abrazada a ese símbolo patrio- cayó
acribillada por las balas de un esbirro. Contaba, al morir, con solo 16 años de
edad.
Del lugar de su
caída, el cuerpo de América Lavadí Arce fue levantado por el dirigente obrero y
comunista santiaguero Juan Taquechel López, junto al dirigente de la Liga
Juvenil Comunista, Rolando Ramos Zapata, quien también caería asesinado una
semana después, en otra manifestación.
El día 5 de otro
agosto, esta vez de 1975, falleció en
Santiago de Cuba
Doña Rosario García
Calviño. Había nacido en España, el 1ro. de agosto de 1899. Llegó a Cuba en 1917,
radicándose en esta ciudad, como trabajadora doméstica en la Casa Pastoral del
Primer Templo Bautista de Santiago de Cuba. En 1927 contrae matrimonio con el
Reverendo Don Francisco País Pesqueira, de cuya unión nacieron tres hijos:
Frank, Agustín y Josué. Los tres combatieron desde la clandestinidad a la
tiranía batistina.
Josué, el menor, con solo 19 años de
edad, cayó el 30 de junio de 1957, junto a sus compañeros Salvador Pascual y
Floromiro Vistel, en enfrentamiento contra la jauría batistiana. Frank cayó un
mes después, el 30 de julio, cuando, aún sin cumplir los 23 años, era máximo jefe del Movimiento Revolucionario 26
de Julio en el llano.
Ante la muerte de sus hijos, Doña Rosario actuó con
valentía, como digna madre que entregaba sus hijos a la causa de la libertad de
la patria.
Desde 1939, ante el fallecimiento de
su esposo, Doña Rosario dedicó su vida al mantenimiento y educación de sus
hijos.
Luego del
triunfo revolucionario, esta mujer
incrementó su patriotismo y defendió la obra por la cual cayeron sus
hijos.
En otro agosto,
el día 25, de 1987, dejó de existir en Santiago de Cuba la combatiente revolucionaria Gloria Cuadras de la Cruz.
Había nacido el 18 de julio de 1911, en Santiago de Cuba.
Mujer de estirpe
bravía. Combatió a las tiranías machadista y batistiana. Compañera de lucha
del insigne revolucionario Antonio
Guiteras Holmes. Militó en las filas del Partido del Pueblo Cubano
(Ortodoxo).
Desde los
primeros días que siguieron al asalto al Cuartel Moncada, se solidarizó con los
asaltantes, luchó por la preservación de los restos de los moncadistas
asesinados y desde su programa radial
Cuba Libre, en la Emisora
Provincial, acusó a los esbirros de la tiranía, desentrañó las mentiras de Batista, Tabernilla y Chaviano, y llamó al
pueblo a la lucha por la libertad cubana.
Al constituirse,
en 1955, el Movimiento Revolucionario 26 de Julio en la provincia, ocupó el
cargo de Responsable de Propaganda en Oriente. Formó parte del Estado Mayor que,
bajo la jefatura de Frank País, dirigió el alzamiento del 30 de noviembre de
1956 en Santiago de Cuba, primera acción armada de la juventud cubana después
del 26 de julio de 1953, cuyo objetivo
fue apoyar el desembarco del Granma, con Fidel al frente.
Gloria Cuadras
fue detenida en varias ocasiones, golpeada por los esbirros, ante quienes luchó,
incluso marcando con sus dientes a uno de los más connotados
asesinos.
En 1958, se
incorpora al Segundo Frente Oriental que
llevara el nombre de su admirado jefe Frank País.
Desde el mismo
triunfo de la Revolución, dedicó toda su vida a laconstrucción y defensa de la
obra por la cual había luchado. Integrante del Comité Provincial del Partido,
delegada a los dos primeros congresos del Partido, revolucionaria
inclaudicable, santiaguera de
corazón.
Así, América Lavadí Arce, Doña Rosario García
Calviño y Gloria Cuadras de la Cruz, fueron flores sepultadas en distintos
agostos. Aún así no las recordamos como flores marchitas. Las imaginamos juntas,
como ramo frondoso adornando el jardín de la libertad cubana. Transmitiendo su
fragancia a las nuevas generaciones,
depositarias de la obra que ellas ungieron con la miel de su
cariño.
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