.Orlando Guevara Núñez
Víctor Carreras Hernández ya
no está físicamente junto a nosotros. Pero su recuerdo es imprescindible cuando
de los días gloriosos de Playa Girón se habla. Pongo a disposición de los
lectores una entrevista que hice a Víctor con motivo del 40. aniversario de ese
hecho histórico. Tengo en mis manos, además, de su puño y letra, el relato de
lo sucedido durante esos días y, sobre todo, el momento en que él condujo el
tanque SAU-100, desde el cual el Comandante en Jefe Fidel Castro hundió el
buque Houston, uno de los baluartes de la invasión mercenaria.
“Fidel, después de hablarnos
sobre la situación de la invasión, nos dijo que teníamos que tomar Girón fuera
como fuera”. Así lo testimonia el entonces muchacho que pocas horas antes había
vencido un curso de tanquista, sin sospechar que su verdadera graduación
tendría como escenario un combate de tanta trascendencia.
Víctor Carreras Hernández,
recuerda que partió para el lugar del desembarco como conductor de un tanque
SAU-100, junto a otros cuatro de ese tipo y media docena de T-34. “Hicimos el
recorrido en los tanques, por carretera, desde Managua hasta Playa Girón”,
afirma.
“Antes de llegar a Matanzas
–una evocación triste- se nos volcó un
T-34 y allí murió el compañero Emilio Daudinot Pineda, lo que nos causó una
gran impresión. En ese momento, el compañero Fermín Tobar, jefe de compañía de
tanques, nos dijo que Fidel nos esperaba en el central Australia, pues había un
desembarco y estaban muriendo muchos milicianos y civiles”.
Relata que cuando llegaron al
Australia y los recibió el Comandante en Jefe, “conocimos que el entonces
teniente López Cuba había entrado en combate y su tanque había sido averiado y
herido él en una mano. Al marchar hacia Girón, los milicianos se montaron sobre
los tanques y al pasar cerca del equipo averiado de López Cuba, en Playa Larga,
fuimos bombardeados por la aviación enemiga”.
Los recuerdos trágicos
afloran. “Fueron incendiadas las guaguas que transportaban a nuestros
milicianos y en ese momento al SAU-100 conducido por Rafael Rodríguez, una
bomba de NAPALM le arrancó la estera izquierda, recibiendo él un golpe en la
cabeza, con pérdida de conocimiento”.
“Mi tanque venía atrás y me
vi obligado a realizar un giro violento para evitar un choque que habría sido
fatal. Me salí de la carretera, hacia el manglar. Nos detuvimos, salimos del
tanque bajo el bombardeo para socorrer a los compañeros.
“Bajo las bombas comenzamos a
armas la estera rota y en ese instante llegaron tres Cuatro Bocas, manejadas por jóvenes rebeldes de 15 y 16 años de
edad, quienes tumbaron dos aviones mercenarios pintados con insignias cubanas.
Eran como las 7:00 de la noche del día 17 de abril.
“En una curva hacia Playa
Girón, entablamos combate con los invasores, quienes contaban con cinco tanques
Sherman, morteros, bazucas, cañones sin retroceso, otros armamentos modernos y
la aviación”.
Entre los muchos
acontecimientos, el conductor del SAU-100 rememora que el 18 de abril
continuaron los feroces combates y su tanque y el de Ángel Labrada Díaz
abrieron fuego contra un navío que intentaba desembarcar mercenarios.
“Nuestros tanques iban en dos
columnas, a la derecha e izquierda de la carretera”. Evoca el recuerdo de un
tanque incendiado, compañeros saliendo por la escotilla, otro estaba muerto. La
aviación enemiga lanzando paracaidistas, otro SAU-100 impactado por una
bazuca…”
La memoria de Víctor guarda
un hecho de particular emoción. “Estando ya en Playa Girón, se recibió una
orden de Fidel pidiendo tres tanques para Playa Larga, donde un destroyer, cercano a la costa, estaba
disparando y había matado a un compañero”. “Salimos a las tres de la tarde para
allá, donde estaba Fidel con las columnas 1 y 2 del Ejército Rebelde”.
Para Víctor, se mantiene
fresca la imagen del Comandante en Jefe disparando desde un tanque T-34,
tratando de persuadir al enemigo ocupante del navío Houston, buscando que se rindiera,
lo cual no se consiguió.
El jefe de la Revolución pasa
entonces al SAU-100 de Fermín Tobar, con Víctor como conductor, desde el cual
abre fuego sobre la embarcación, impactándola e incendiándola hasta hacerla
sucumbir.
Afirma Víctor que la foto de Fidel
bajándose de un tanque, fue en su descenso del T-34, no del SAU-100 con el cual
hundió al Houston.
El testimonio de Víctor
Carreras Hernández no cabe en este espacio periodístico, ni tampoco su historia
revolucionaria que comenzó cuando casi adolescente se unió a la Columna 18 del II Frente Oriental Frank País y
después de la victoria de Playa Girón alcanzó los grados de teniente.
La trayectoria de este
valioso joven creció luego con su participación en misiones internacionalistas,
como combatiente o cooperante- en Viet Nam, Angola, Guinea Conakry, Sierra
Leona y Nicaragua. Al momento de su muerte, era militante del Partido Comunista
de Cuba y un firme defensor de la Revolución.
Sirva este momento para el
homenaje al muchacho que tuvo el honor de conducir el Tanque de la Victoria, símbolo de la
primera derrota militar del imperialismo en América y que marcó un hito
importante en la historia de la
Revolución cubana y en este continente.
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