sábado, 22 de enero de 2022

Un pueblo no es independiente cuando ha sacudido las cadenas de sus amos: empieza a serlo cuando se ha arrancado de su ser los vicios de la vencida esclavitud


Orlando Guevara Núñez

A ese precepto, agregó Martí: “Y para patria y vivir nuevos, alza e informa conceptos de vida  radicalmente opuestos a la costumbre de servilismo pasado, a las memorias de debilidad y de lisonja que las dominaciones despóticas usan como elementos de dominio sobre los pueblos esclavos”.

Estas ideas fueron publicadas el 25 de mayo de 1875, en Revista Universal, de México. Se estaban inaugurando, en la actividad reseñada, las clases del Colegio de Abogados de ese país.

Afirma que “un pueblo no es una masa de criaturas miserables y regidas: no tiene el derecho de ser respetado hasta que no tenga la conciencia de ser regente: edúquese en los hombres los conceptos de independencia y propia dignidad: es el organismo humano compendio del organismo nacional: así no habrá luego menester estímulo para la defensa de la dignidad y de la independencia de la patria”

Dice Martí sobre el fin de las clases orales: “Las Repúblicas se hacen de hombres: ser hombre es en la tierra dificilísima y pocas veces lograda carrera.

Hace una reseña de los discursos de diversas personalidades, entre ellas las del poeta Justo Sierra, de quien dice que la frente de este hombre se calienta en el sol de la raza virgen, que pertenece a la generación nueva de poetas. Y  opina que la poesía no es el canto débil de la naturaleza plástica: esta es la poesía de los pueblos esclavos y cobardes, agregando que la poesía de las  naciones libres, la de los pueblos dueños, la de nuestra tierra americana, es la que desentraña y ahonda en el hombre las razones de la vida, en la tierra los gérmenes del ser. Argumenta que lo pequeño adora: lo grande arranca y busca. 

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