.Orlando Guevara Núñez
En un artículo titulado Extranjero, publicado por Martí en el periódico El Federalista, de México, el 16 de diciembre de 1876, fue escrito este pensamiento. Anuncia – y explica las razones- su partida de México, país en el que había residido. El 7 de ese mismo mes, había escrito otro artículo, fustigando el método del general Porfirio Díaz para asumir la jefatura del país azteca.
Enjuicia críticamente las consecuencias para México de los cruentos acontecimientos que a costa de sangre y vidas mexicanas llevaban al poder al caudillo que había derrocado al presidente.
Y emite un juicio sobre el hecho:” ¡Humanidad más que política! ¡Indignación más que miseria! Esta es mi fuerza: aquélla es mi amor. Por eso me sentí como herido en el pecho, la tarde en que a la luz opaca del crepúsculo, porque el sol mismo le negaba sus luces, leí aquel documento inolvidable en que un hombre se declaró, por su exclusiva voluntad, señor de hombres”.
Agregó seguidamente: “Por eso, cercano ya mi día de despedida, tomé amorosamente la pluma de la indignación entre mis manos, y escribí La situación, y otros artículos anteriores, y otras cosas más, que en la vida y sobre la vida flota fiero el misterio de la humana dignidad”. Reafirma su amor por México, y dice que donde quiera que esté, en su peregrinar, para la lisonja siempre será extranjero, y para el peligro, siempre ciudadano.
Refiriéndose a la dignidad del hombre, vierte Martí otro criterio de mucha valía: ¡Qué grande es la voluntad! ¡Qué misterio tan imponente, tan consolador, tan majestuoso, tan bello, el de la personalidad! ¡Qué inmenso es un hombre cuando sabe serlo! Se tiene en la naturaleza humana mucho de ígneo y de montañoso. Hay hombres solares y volcánicos; miran como el águila, deslumbran como el astro, sienten como sentirían las entrañas de la Tierra, los senos de los mares y la inmensidad continental”
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