.Orlando Guevara Núñez
Si un pueblo tiene razones
para entender el convulso momento que vive Venezuela, ese pueblo es el nuestro,
el cubano. Porque hemos padecido, provenientes del mismo enemigo, las mismas
calumnias, las mismas amenazas, los mismos intentos de destruir la Revolución,
sin descartar ningún método, por sucio que haya sido.
Aún antes del triunfo del 1ro.
de enero de 1959, el gobierno norteamericano maniobró para evitar que el Ejército Rebelde, bajo el
mando del Comandante en Jefe Fidel Castro, llegara al poder. Solo la visión de
Fidel, su audacia y su decisión de lucha, salvaron a Cuba de la frustración
después de haber vencido con las armas a la tiranía batistiana, armada,
asesorada y respaldada por el imperio norteamericano.
Desde el inicio, las
agresiones combinaron la mentira con las
amenazas primero y las agresiones después. No hubo días de tregua.
Recordamos las sucias
campañas mediáticas contra el comunismo; el recibimiento en Estados Unidos,
como héroes, a los criminales, ladrones y corruptos que habían asesinado a
miles de cubanos.
Una de las más brutales
mentiras fue la campaña de la Patria potestad, es decir, que el gobierno le
quitaría los hijos a los padres, lo que provocó el éxodo, solos, de más de 14
000 niños cubanos a ese país, muchos de ellos que no volvieron nunca a ver a sus progenitores. Esa es la triste historia de la Operación Petter
Pan, apoyada por el clero reaccionario.
Pero de las campañas
engañosas se pasó a las agresiones. Los datos son tenebrosos. Solo en el
período de diciembre de 1961, hasta enero de 1963, el gobierno norteamericano,
dirigió contra Cuba 5 780 acciones
terroristas, incluyendo 716 sabotajes de largo alcance en instalaciones
industriales. Todo esto combinado con incendio de cañaverales, bombardeos a
centrales azucareros, ametrallamiento de industrias, y asesinato de obreros y
de la población civil.
A todo lo largo y ancho
del país, el gobierno yanqui, con su
Agencia Central de Inteligencia (CIA)
-entre 1959 y 1965- organizó, dirigió y armó 299 bandas
contrarrevolucionarias con 3 995 mercenarios, los cuales fueron exterminados
por nuestras Fuerzas Armadas, el Ministerio del Interior y las Milicias Nacionales Revolucionarias, al
costo de 549 muertos y centenares de heridos.
Esa campaña terrorista costó a Cuba la vida
de 3 478 personas y 2 099 incapacitados
permanentes.
Al no poder vencer a la
Revolución por esas vías, planificaron, organizaron financiaron y dirigieron la
invasión mercenaria de Playa Girón, en abril de 1961, con el objetivo de formar
un gobierno en el territorio cubano, que diera paso a una intervención del
gobierno de los Estados Unidos. Pero el pueblo cubano, con Fidel al frente, en
solo 66 horas, hizo añicos a los invasores y frustró los sueños imperiales de
destruir a la Revolución.
Si alguien quisiera conocer
la magnitud de aquella invasión, integrada por unos 1 500 efectivos, lea los
datos, publicados en Cuba, sobre el armamento que utilizaron:
La brigada mercenaria contaba con
abundantes equipos y armamentos. Disponía de 5 barcos de transporte artillados,
2 unidades de guerra tipo LCI modificadas y artilladas, 3 barcazas de
desembarco tipo LCV para transporte de equipos pesados y 4 barcazas de
desembarco tipo LCVP para transporte de personal. Para las operaciones aéreas,
los mercenarios fueron apoyados por 16 aviones de combate del tipo B-26, 6
aviones de transporte del tipo C-46 y 8 del tipo C-54, y 2 aparatos anfibios
tipo Catalina. Contaban con 5 tanques Sherman del tipo M-41, con cañones de 76
milímetros, y 10 carros blindados y artillados con ametralladoras 50; 75
bazucas, 60 morteros de diversos calibres y 21 cañones sin retroceso de 75 y 57
milímetros; 44 ametralladoras calibre 50 y 39 calibre 30 entre pesadas y
ligeras; 8 lanzallamas; 22 mil granadas de mano; 108 fusiles automáticos
Browning; 470 subametralladoras M-3; 635 fusiles Garand y carabinas M-1, 465 pistolas y otras armas
ligeras.
Luego,
en octubre de 1962, Cuba estuvo bajo la amenaza de un exterminio nuclear. Pero
nadie se acobardó, ni tembló. Estuvimos dispuestos al holocausto total,
dispuesto a morir de pie antes que morir de rodillas.
Estados
Unidos rompió las relaciones con Cuba,
en maridaje con la OEA, provocó la expulsión de Cuba de esta prostituida
organización, logró que en América Latina solo México quedara sin sumarse al
aislamiento a nuestro país, implantó el bloqueo económico, comercial y financiero
que todavía se mantiene, y respaldó cuantas acciones terroristas, campañas
difamatorias y de aislamiento que hemos enfrentados en estos años, incluyendo
638 intentos de asesinato de nuestro
Comandante en Jefe Fidel Castro.
Hemos
sufrido agresiones criminales como la
introducción del dengue hemorrágico, de enfermedades de los animales y las
plantas, de bloqueo que impiden la compra de equipos para diagnosticar un mal o
de medicinas para curarlo o aliviarlo.
Ha
sido una guerra total.
Por
eso entendemos mejor lo que está
sufriendo hoy el hermano pueblo de Venezuela. Por eso descubrimos mejor las mentiras contra ese heroico país y
con él compartimos su decisión de lucha para no dejarse arrebatar las conquistas.
Los
cubanos hemos triunfado y continuamos triunfando porque nunca flaqueamos frente
al enemigo, porque siempre hemos sabido identificarlos, combatirlos y
vencerlos, porque ninguna fuerza, interna ni externa, nos pareció nunca
demasiado grande para enfrentarla con la
fe inconmovible en la victoria. Así lo hace hoy Venezuela. Por eso confiamos en
que también vencerá.
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