. Orlando Guevara Núñez
En su lucha contra Cuba, los gobiernos de los Estados Unidos
no han escatimado esfuerzos en tratar de formar “héroes” que, desde adentro,
contribuyan a socavar la fortaleza de la Revolución y sirvan de base a sus
aspiraciones de regresarnos al pasado capitalista. Los intentos vienen desde antes del triunfo del 1ro. de enero de 1959.
En los días finales de la guerra contra la tiranía de
Fulgencio Batista, a la cual habían apoyado con armas y asesores militares. El
gobierno norteamericano hizo todo los posible con el fin de que Fidel Castro no
llegara al poder. Y uno de los métodos fue, cuando ya sabían perdida su
“causa”, aconsejar al tirano el abandono del país, pero dejando una junta que
asumiera el poder y escamoteara el triunfo revolucionario.
De inmediato fueron seleccionados los” sucesores” del gobierno vencido. Pero la utilización de
la “materia prima” para fabricar los nuevos “cuadros” no pudo ser más pésima:
militares, personajes corruptos, políticos que estaban dispuestos a hacerle el
juego a los dictámenes imperiales. Así, fraguaron un golpe de estado en la
capital cubana, con nuevo presidente y todo. Pero, al decir de una canción del
afamado músico cubano, Carlos Puebla, “Llegó el Comandante y mandó a parar”.
Pero no cesaron en el empeño. Siempre, a sus actos
agresivos, sumaron el interés de fabricar líderes y oposición interna que no existían,
albergando la aspiración de conventirlos en una punta de lanza que se autoproclamara
como gobierno y pidiera la ayuda que les permitiera una intervención militar en Cuba.
Nuevo fracaso de ese estúpido intento. De nuevo la “materia
prima” fue de pésima calidad: ex militares, personas desplazadas del poder,
lumpens, traidores a la Revolución. A ese tipo de gente, los proclamaron como
héroes, los santificaron, los financiaron, los armaron y compartieron con ellos
las aventuras que siempre los condujeron al fracaso. No lograron siquiera la unidad programática y de acción de los cabecillas
contrarrevolucionarios.
Con el paso de los años, los métodos fueron cambiando, hasta
desembocar en los llamados disidentes. Pero tampoco su “materia prima” podía darles un mejor “resultado productivo”. Camajanes, vividores,
vende patrias, personas incapaces de hacer el menor esfuerzo en aras del pueblo
cubano, fueron reclutados para el mercenarismo. Pero los nombraron como
“héroes”, como luchadores, como líderes, para los cuales no ha faltado el apoyo
y, sobre todo, el financiamiento. Aún
sin creer en ellos, los han sostenido, aspirando a transformarlos en personas
influyentes dentro de los cubanos.
Hace algún tiempo, la propia Oficina de Intereses de los
Estados Unidos en Cuba, emitió criterios sobre la calidad de su producción de
cuadros en Cuba. Estas fueron solo algunas de sus evaluaciones.
• Muchos
grupos de oposición son dominados por individuos con encumbrados egos que no
trabajan bien en equipo
• Vemos poca evidencia de que las organizaciones disidentes principales tengan mucho impacto en los cubanos de a pie
• Las encuestas informales que hemos hecho entre solicitantes de visas y refugiados muestran que las personalidades disidentes o sus agendas son prácticamente desconocidas
• Tengan o no las organizaciones de oposición agendas capaces de atraer la atención de una amplia gama de intereses en la isla, es preciso que empiecen por lograr cierto grado de unidad de objetivos como oposición o al menos que dejen de gastar tanta energía en serrucharse el piso los unos a los otros
• Pese a sus afirmaciones de que representan a “miles de cubanos”, nosotros vemos muy pocas evidencias de ese apoyo, al menos desde nuestra óptica, limitada, en la Habana
• Cuando cuestionamos a los líderes disidentes sobre sus programas, no vemos plataformas diseñadas para llegar a amplios sectores de la sociedad cubana, sino que más bien dirigen sus mayores esfuerzos a obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día de los principales organizadores y sus seguidores claves
• Si bien la búsqueda de recursos es su principal preocupación, la segunda más importante parece ser limitar o marginar las actividades de sus antiguos aliados de manera de reservarse el poder y el acceso a los escasos recursos
• Los de la isla acusan a los exiliados de Miami y Madrid de tratar de organizar sus acciones desde lejos y de no presentar cabalmente sus criterios ante los artífices de política de Washington
• Resulta irónico que en muchos casos la “comunidad del exilio” incluye a ex disidentes que hace muy poco abandonaron la isla, de manera que sus estrechas relaciones con los disidentes que permanecen en el país no parecen suficientes para mantenerlos en buenos términos con estos
• Son muy pocos los disidentes, si es que hay alguno, con una visión política aplicable a un gobierno futuro
• Pese a que no lo admitirían, los disidentes son poco conocidos en Cuba fuera del círculo de los diplomáticos extranjeros y la prensa.
• Vemos poca evidencia de que las organizaciones disidentes principales tengan mucho impacto en los cubanos de a pie
• Las encuestas informales que hemos hecho entre solicitantes de visas y refugiados muestran que las personalidades disidentes o sus agendas son prácticamente desconocidas
• Tengan o no las organizaciones de oposición agendas capaces de atraer la atención de una amplia gama de intereses en la isla, es preciso que empiecen por lograr cierto grado de unidad de objetivos como oposición o al menos que dejen de gastar tanta energía en serrucharse el piso los unos a los otros
• Pese a sus afirmaciones de que representan a “miles de cubanos”, nosotros vemos muy pocas evidencias de ese apoyo, al menos desde nuestra óptica, limitada, en la Habana
• Cuando cuestionamos a los líderes disidentes sobre sus programas, no vemos plataformas diseñadas para llegar a amplios sectores de la sociedad cubana, sino que más bien dirigen sus mayores esfuerzos a obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día de los principales organizadores y sus seguidores claves
• Si bien la búsqueda de recursos es su principal preocupación, la segunda más importante parece ser limitar o marginar las actividades de sus antiguos aliados de manera de reservarse el poder y el acceso a los escasos recursos
• Los de la isla acusan a los exiliados de Miami y Madrid de tratar de organizar sus acciones desde lejos y de no presentar cabalmente sus criterios ante los artífices de política de Washington
• Resulta irónico que en muchos casos la “comunidad del exilio” incluye a ex disidentes que hace muy poco abandonaron la isla, de manera que sus estrechas relaciones con los disidentes que permanecen en el país no parecen suficientes para mantenerlos en buenos términos con estos
• Son muy pocos los disidentes, si es que hay alguno, con una visión política aplicable a un gobierno futuro
• Pese a que no lo admitirían, los disidentes son poco conocidos en Cuba fuera del círculo de los diplomáticos extranjeros y la prensa.
Los comentarios huelgan. Pero el gobierno
norteamericano necesita de este tipo de gente en su enfermizo propósito de
destruir a la Revolución. Lo que predican a través de su guerra mediática es
verticalmente opuesto a la realidad.
En esa manía de fabricar héroes para injertarlos en
el proceso revolucionario cubano e inocularle el veneno que destruya a la
Revolución, aplican ahora el engendro del “Programa de verano para jóvenes
cubanos”, bajo el ropaje de una falsa Organización No Gubernamental- la World
Learning - cuya filiación subversiva de sobra se conoce.
Dentro de sus propósitos confesos
está “el desarrollo de habilidades en
áreas que incluyan hablar en público, trabajar en equipo, negociar, fomentar
consenso, resolución de conflictos, defender los derechos propios, y solución
de problemas.”
El estudiantado cubano no
necesita tal asesoramiento, menos del gobierno de un país donde la aplicación de
estos postulados es una burla a los
verdaderos derechos humanos, la democracia y la libertad. Los cuadros que en un futuro dirigirán a la
Revolución cubana, tienen una mejor academia para formarse: en la lucha diaria
para mejorar, engrandecer y defender su socialismo. En la lucha contra el
bloqueo y demás leyes criminales que los pretendidos profesores aplican contra
su país.
Una vez más, se equivocan en la selección de la “materia
prima”. Y se equivocan en los métodos para derrotar a la Revolución. Porque
esta Revolución es, sencillamente, invencible. Y sus héroes, surgen del pueblo,
de la lucha, no de tubos de ensayo, ni de experimentos cuyo fin es destruir su obra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario