.Orlando Guevara Núñez
A los oídos de muchos pudiera
parecer extraña la petición de que debe cesar, como el de Cuba, el bloqueo al
pueblo de los Estados Unidos. Pero es un hecho cierto. El culpable es el mismo:
el gobierno de ese país, que no fue
quien lo implantó, pero lo ha adoptado como hijo, lo ha alimentado y lo sostiene.
Los perdujicados han sido y son nuestros pueblos.
Veamos. Los ciudadanos
norteamericanos tienen bloqueado su derecho de visitar a Cuba. Solo pueden
hacerlo aquellos que su gobierno autorice, con absurdos criterios para la
selección. Ni siquiera como turistas pueden venir. No pueden tampoco enviar
libremente remesas a sus familiares en Cuba.
Si tienen familiares en Cuba,
los norteamericanos no pueden recibirlos cuando quieran, pues los permisos
desde nuestro país están limitados y se otorgan, violando los derechos humanos,
por sorteo. Estados Unidos incumple cada año los compromisos de entrega de
visas, mientras recibe allá a quienes lleguen por vías ilegales, arriesgando la
vida y a merced de bandas traficantes de personas.
El pueblo de los Estados
Unidos tiene bloqueado el placer de tomar ron cubano, de saborear nuestro café,
endulzado con nuestro azúcar y disfrutar de los mejores habanos del mundo, los
fabricados en Cuba.
Los norteamericanos sufren
otro terrible bloqueo de su gobierno. No pueden ser favorecidos por medicinas
cubanas. En ese país, cada año miles de personas reciben amputaciones, pero no
pueden ser tratados con el Heberprot, medicina cubana, única en el mundo, con
altos resultados para impedir ese traumático procedimiento para el pie diabético.
Sucede igual con otros logros científicos cubanos en la medicina. Su gobierno
les bloquea su derecho a la salud.
Los empresarios
norteamericanos no pueden comerciar libremente con Cuba. Los bancos no pueden
realizar operaciones financieras con los nuestros. Si alguno se atreviera, el
castigo sería inmediato, como lo ha sido hasta ahora.
Ninguna empresa puede
adquirir ningún equipo que tenga componentes cubanos.
Son solo algunos ejemplos. ¿Existirá,
en tales sentidos, un pueblo más bloqueado que el de los Estados Unidos? Claro,
que esa opresión no es ejercida por un gobierno exterior, sino por el suyo
propio.
Y hay otro bloqueo criminal
que sufre el pueblo norteamericano en relación con Cuba: el bloqueo a la
verdad, al derecho a la información objetiva. Ese derecho está sustituido por
la mentira, el engaño, la tergiversación, la manipulación, sin escrúpulos de
ningún tipo.
Por esas razones, siempre los
cubanos hemos sabido diferenciar entre los gobiernos y el pueblo de los Estados
Unidos.
Algún día, nuestros dos
pueblos, además de hermanados por la amistad, estarán hermanados en la victoria
contra ese injusto y criminal bloqueo.
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