.Orlando Guevara Núñez
Con fundamentadas razones, muchos estudiosos de la historia cubana han calificado a Carlos Baliño como un nexo entre las ideas martianas y marxistas, entre el ideal de independencia del siglo XIX y de la revolución social en el siglo XX. Este destacado patriota cubano, en 1892, firmó junto a José Martí el acta de creación del Partido Revolucionario Cubano, al cual le dedicó grandes esfuerzos. Y luego, el 16 de agosto de 1925, su firma refrendaría la fundación del Partido Comunista de Cuba.
Había nacido en Guanajay, el 13 de febrero de 1848. Desde sus años juveniles, muestra ideas revolucionarias, apoya la insurrección independentista del 10 de octubre de 1868 y, al año siguiente, perseguido en Cuba, se une a su padre, en el exilio en los Estados Unidos, desde donde colabora con la lucha por la independencia de su patria.
Obrero tabaquero. Expresa su pensamiento en diversas publicaciones, contribuyendo a la difusión de las ideas socialistas.
“No hay para el obrero modo de salvarse aisladamente. No mejorará su condición sino cuando mejore la de todos. No se emancipará sino cuando se emancipen todos”. El único modo de rendención, lo veía Baliño en la creación de una sociedad distinta, sin explotados ni explotadores. Y eso podría lograrse solo con el socialismo.
En fecha temprana como en 1903, crea en La Habana el Club de Propaganda Socialista, primero en Cuba para difundir las concepciones expuestas por Carlos Marx y Federico Engels.
A su labor se debe la organización del nombrado Partido Obrero, en 1904, transformado poco después en el Partido Obrero Socialista. Ya en 1906, aparece Baliño como firmante del documento de constitución del Partido Socialista de Cuba.
El ideal revolucionario de Carlos Baliño lo lleva al encuentro con Julio Antonio Mella y otro grupo de destacados revolucionarios que fundan el Partido Comunista de Cuba. A partir de entonces, la tiranía de Gerardo Machado intensifica la persecución contra los revolucionarios, más acentuada contra los comunistas, quienes la mayor parte del tiempo tuvieron que vivir en la clandestinidad.
En esa vorágine de lucha, el 18 de junio de 1926, deja de latir el corazón de Carlos Baliño. Pero no se extinguió su prédica revolucionaria. Nuevas raíces le brotarían a las ideas socialistas en Cuba, sostenidas por una nueva generación de revolucionarios.
Otro nombre, junto al de Carlos Baliño y Diego Vicente
Tejera, es imprescindible al estudiar el surgimiento y desarrollo de las
ideas socialistas en Cuba: el de Agustín Martín Veloz (Martinillo), nacido en
España - de padre español y mulata cubana- el 18 de julio de 1881. Desde
niño, sus progenitores regresaron a vivir en Manzanillo.
Aprendió desde temprano el oficio de tabaquero. Su
juventud la dedicó a la lucha por la reivindicación de los trabajadores, a
los cuales supo organizar en diversos
gremios y conducir a las acciones para la defensa de sus derechos.
Ya en 1907, su prestigio como luchador lo lleva a la
presidencia del Partido Socialista y de la Confederación Obrera de
Manzanillo, instituciones creadas en esa fecha. Bajo la máxima de Luchar y
Estudiar, Estudiar y Luchar, Martinillo extendió la labor del Partido a diversos poblados y zonas rurales de
Manzanillo.
Mantiene una posición intransigente ante elementos que en
el seno del propio partido hacen
pactos con representantes de la burguesía. En
1908, el Partido Socialista de Manzanillo es aceptado como adjunto al
Partido Socialista de La Habana. Martinillo sufrió prisiones, fue perseguido,
acosado, pero se mantuvo luchando.
Este líder manzanillero, no solo se dedicó a expandir las
ideas del socialismo desde el punto de vista teórico. Se consagró a organizar
huelgas, entre estas una de trascendencia nacional, la de los obreros del
central Niquero S.A. propiedad de la
New Niquero Sugar Company de posesión norteamericana, en enero de 1912. Allí, en
ese poblado, previamente había organizado un comité del Patido Socialista.
En un llamado al apoyo a estos trabajadores, escribiría
Martinillo:
“Vivimos una època de grandes luchas, de reivindicaciones
necesarias.El obrero agricola que, hasta ayer permanecía sumiso al burgués
ensoberbecido, hoy, cansado de sufrir vejaciones, conscientes de sus derechos
y convencidos de su fuerza, protestan con altiva dignidad y poderosa energia,
de las cadenas que sujetan su cuerpo, su voluntad, sus sentimientos, su
espíritu” (…) “Esa huelga es la
batalla del siervo contra el señor, del débil oprimido contra el opresor
poderoso. ¿Qué alma noble, qué espíritu justo puede dejar de prestarle
apoyo?”
La represión policial y de la guardia rural se ensañó con
los trabajadores, y el propio martinillo y otros líderes sufrieron prisión.
Pero la simiente de rebeldía se afianzó con esa lucha en la conciencia de los
trabajadores
Así, cuando el 16 de agosto de 1925 se funda el Partido
Comunista de Cuba, figuraba Martinillo entre los convocados, pero su delegación no pudo asistir por
limitaciones económicas, pasando a ser representada por Julio Antonio Mella y
Alejandro Barreiro.
La muerte de Martinillo se produjo el 5 de julio de 1934.
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