.Orlando
Guevara Núñez
A
José Martí los cubanos, además de cómo Héroe Nacional, El Maestro o el Apóstol
de nuestra independencia, lo conocemos como Autor Intelectual del asalto al
Cuartel Moncada.
¿En
cuáles circunstancia nació ese último
apelativo al hombre reconocido también como el más universal de los cubanos?
Fue
durante una de las sesiones del juicio seguido a los asaltantes, en este caso
al entonces joven abogado y máximo jefe
de la acción del 26 de julio de 1953, Fidel Castro. El escenario fue el Palacio
de Justicia de Santiago de Cuba.
Es
conocido que , como consecuenca del desconocimiento de la dictadura batistiana
sobre el carácter del Movimiento revolucionario y las ideas que
sustentaban el proceder de los jóvenes
asaltantes, en el juicio fueron involucrados decenas de políticos de la oposición
que nada tenían que ver con las acciones de ese día en Santiago de Cuba y
Bayamo.
Fidel,
ante las disímiles preguntas, respondió categóricamente que ninguno de esos
políticos presos, ni otros, tenían participación alguna en el asalto, ni como
miembros del Movimiento.
Fue
en esas circunstancias que uno de esos
acusados, Ramiro Arango Alsina, quien en su condición de abogado ejercía
su propia defensa, tratando de demostrar su inocencia, pregunto a Fidel:
- ¿Pertenezco yo a ese movimiento?
- ¿Pertenezco yo a ese movimiento?
.
No. Fue la respuesta categórica del máximo jefe de los asaltantes.
-
Entonces no he sido autor intelectual de esta revolución? La nueva pregunta provocó la definición
histórica de Fidel sobre José Martí:
-
Nadie debe preocuparse de que lo acusen
de ser autor intelectual de la Revolución, porque el único autor intelectual
del asalto al Moncada es José Martí, el Apóstol de nuestra independencia.
Un
aplauso de los verdaderos asaltantes, suscribió las palabras de Fidel.
Y
no era esta una afirmación alejada de la realidad, pues en el manifiesto que sería dirigido por la radio al
pueblo si se lograba la toma del
Moncada, se puntualizaba que “La
revolución declara que reconoce y se orienta en los ideales de Martí,
contenidos en sus discursos, en las Bases del Partido Revolucionario Cubano y
en el Manifiesto de Montecristi (…)
Luego,
en su alegato La historia me absolverá, ante el tribunal que lo juzgaba, Fidel expondría con mayor amplitud sus concepciones
martianas y la correspondencia del programa revolucionario con ese pensamiento. El trinfo revolucionario del 1ro. de enero de 1959, propició que pudieran hacerse realidad los sueños de Martí de crear una república con todos y para el bien de todos, donde la Ley primera fuera el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.
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