miércoles, 4 de marzo de 2015

Como ayer, como hoy y como siempre: ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!



.Orlando Guevara Núñez

El 5 de marzo de 1960, durante el sepelio del más de un centenar de víctimas del sabotaje al vapor francés La Coubre, perpetrado el día anterior en La Habana, el Comandante en Jefe Fidel Castro pronunció, por primera vez, la consigna de ¡Patria o Muerte! que hoy sigue siendo grito de guerra, bandera de combate y símbolo de victoria de todo el pueblo cubano.
La embarcación traía armas adquiridas por el gobierno revolucionario cubano en Bélgica para armar al pueblo y defender las conquistas de la Revolución y su derecho a construir su futuro. Las  manos de la CIA y del gobierno norteamericano  fueron  responsables de tan abominable crimen que, junto al centenar de cubanos fallecidos, sumó la muerte de seis marinos franceses.
Ese sabotaje no fue un hecho aislado. Fueron los tiempos de las acciones criminales contra la economía, como los sabotajes a la industria, la quema de cañaverales, seguidos por la creación de bandas mercenarias organizadas, entrenadas, armadas, financiadas y dirigidas por la CIA, causantes de asesinatos a obreros, campesinos, maestros y hombres y mujeres humildes de nuestro pueblo.
En el año siguiente, abril de 1961, se produciría la invasión mercenaria de Playa Girón.  Por eso estaban interesados en que Cuba no tuviera armas para defenderse, lo que corrobora, además, el hecho de que la primera acción que precedió a esa invasión fue el bombardeo a los aeropuertos de Ciudad Libertad y San Antonio de los Baños, en La Habana, y Antonio Maceo, de Santiago de Cuba, tratando de destruir en tierra los pocos aviones de combate de nuestras jóvenes Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Más de 1 500 mercenarios, también organizados, entrenados y armados  por el gobierno de los Estados Unidos,  fueron aniquilados en menos de 72 horas. Y precisamente, las primeras palabras que en territorio cubano escucharon  esos mercenarios, fue el grito de ¡Patria o Muerte!
Con esa consigna, nuestros milicianos, hermanados con las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior, aniquilaron las bandas contrarrevolucionarias. Con esa consigna, enfrentamos los días difíciles de la Crisis de Octubre de 1962, cuando bajo la amenaza  norteamericana de un exterminio nuclear, salvamos la vida porque fuimos capaces de arriesgarla antes que plegarnos  ante los intentos de destruirnos.
Con el ¡Patria o Muerte! en los labios y en el corazón, en muchas ocasiones marchamos a las trincheras, nos enfrentamos a los sabotajes, cumplimos heroicas misiones internacionalistas y hemos vencido el criminal bloqueo  que dura ya más de medio siglo.
El 7 de junio de ese mismo año, 1960, en otro de sus discursos, el Comandante en Jefe Fidel Castro, refiriéndose al papel de los revolucionarios cubanos en Cuba y más allá, expresó:
(…) ¡Esa trinchera se mantendrá firme e invencible!, porque los que estamos en ella, los que tenemos el privilegio de estar en esa trinchera, no la perderemos; los que tenemos el privilegio de jugar este rol que Cuba está jugando en la historia de este continente, sabremos estar a la altura de las circunstancias, con la seguridad de que venceremos, vencerá nuestro pueblo; ¡cueste lo que cueste, vencerá nuestro pueblo!  Porque sus hijos están decididos a defenderlo, porque sus hijos tienen el valor, el patriotismo y la unión que en una hora como esta se necesita, porque sus hijos han dicho:  ¡Patria o Muerte!   Y han dicho ¡Patria o Muerte!, porque esa es la consigna de cada cubano.  Para cada uno de nosotros, individualmente, la consigna es: ¡Patria o Muerte!, pero para el pueblo, que a la larga saldrá victorioso, la consigna es: ¡Venceremos!
Desde entonces ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!  es un escudo protector de la libertad, independencia soberanía y la dignidad de un pueblo que no solo proclama esa consigna, sino que es capaz de aplicarla en su cotidiano quehacer,  tanto frente a sus tareas políticas, económicas y sociales, como  a los enemigos de la Revolución.

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