sábado, 26 de abril de 2014

Primero de Mayo 1960-2014: Tras más de medio siglo, mayor agresión imperial, mayor fortaleza de la Revolución



.Orlando Guevara Núñez

El 1ro. de Mayo de 1960, el pueblo cubano levantó su voz y respaldó con sus fusiles una decisión irrevocable: ¡Vencer o Morir! En La Habana, Santiago de Cuba y demás capitales provinciales, en imponentes concentraciones, millones de personas, obreros, campesinos, estudiantes, integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, los Jóvenes Rebeldes y el pueblo, desfilaron varias horas, con carteles que ya no hacían demandas reivindicativas, sino que apoyaban las leyes de la Revolución y reafirmaban su disposición de defenderlas.
En Santiago de Cuba, ese día habló el Comandante Ernesto Che Guevara, legendario guerrillero que ahora ocupaba el cargo de Ministro de Industrias y era uno de los principales cuadros del Gobierno Revolucionario.
Las agresiones imperialistas contra Cuba estaban ya en marcha. Guerra mediática, como siempre basada en la mentira;  creación de bandas contrarrevolucionarias en todas las provincias; quema de cañaverales, asesinato de obreros y campesinos; sabotajes, entre éstos el del vapor La Coubre, que traía armas para defendernos de esas agresiones. Y se preparaba ya la invasión mercenaria de Playa Girón, con el objetivo de destruir a la Revolución.
La naturaleza de ese enemigo y el carácter de esa lucha, las definió el Che ese día en Santiago de Cuba. “No nos olvidemos que nuestros enemigos son muy fuertes; que cuanto más consolidemos internamente nuestra Revolución, con más odio nos mirarán los de afuera, no solo los colonialistas, no solo los que dominan con su capital imperial o con su fuerza de desembarco a otros países de América; también los traidores que por trasmano en cada uno de nuestros países, y pareciendo que gobiernan en nombre del pueblo, lo hacen obedeciendo órdenes ocultas que nacen todas en los grandes monopolios de todos los países imperialistas del mundo”.
“Hoy Cuba – afirmó el Che aquel 1ro. de Mayo de 1960- que ha sabido ganarse la admiración, el respeto y el cariño de toda la América y aún del mundo entero, siente, sin embargo, sobre sí, cada vez más amenazador, el odio de los poderes imperiales y el odio de los traidores que nos rodean”. En esa ocasión, la unidad revolucionaria fue planteada por él como una base esencial para la victoria.
En la capital cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro, ante un millón de cubanos, desenmascaraba las campañas enemigas que ya acusaban a Cuba de no ser democrática, pedían volver al sucio proceso electoral –que ellos llamaban verdadera democracia- de antes del triunfo revolucionario y lanzaban una cruzada mediática para confundir al pueblo y a la opinión pública internacional.
Fidel respondió uno a uno los infundios. Y el pueblo lo  apoyo no solo por lo que dijo, sino por lo que la Revolución, aún en fecha tan temprana había hecho ya a favor del pueblo. ¿Quién podría confundir a los obreros, a los campesinos, a los estudiantes, al pueblo que ahora era libre y soberano?
En su memorable discurso, afirmó el máximo líder de la Revolución cubana: “Democracia es esta, que hace al pueblo fuerte porque lo une. (…) Democracia es esta que le entrega un fusil a los campesinos y le entrega un fusil a los obreros y le entrega un fusil a los estudiantes y le entrega un fusil a los negros, y le entrega un fusil a las mujeres y le entrega un fusil a cada ciudadano dispuesto a defender una causa justa”.
Éramos un pueblo que no había llegado al poder por la vía electoral, cerrada por la falsa democracia que para entonces imperaba en Cuba, a imagen y semejanza de las existentes en los Estados Unidos. Los cubanos habíamos ganado esa libertad derrocando una tiranía que durante siete años había sumido al país en un baño de sangre que costó la vida de 20 000 cubanos. Pero esa osadía de haber vencido a un ejército tirano apoyado, armado y asesorado por esa potencia imperial, era un hecho imperdonable y un ejemplo que debía borrarse de la faz de nuestro continente.
En su histórico discurso de ese día, Fidel nos alertó sobre la conducta necesaria para preservar la libertad conquistada: “Cuando un pueblo se encarga de la tarea que nos hemos encargado, tiene que estar preparado y saber que lo que tiene que hacer es unirse y continuar unido”.
Hoy, a 54 años de aquel 1ro de Mayo de 1960, las palabras de Fidel y del Che han sido confirmadas por la historia y mantienen plena vigencia. Hemos vivido más de medio siglo de agresiones políticas y militares, de sabotajes, de guerra económica, de campañas difamatorias, de intentos de aislamiento del resto del mundo. El odio contra la Revolución cubana ha crecido. Pero más han crecido la unidad, el heroísmo y la dignidad de nuestro pueblo.
La disposición de ¡Vencer o Morir! está hoy multiplicada. Supimos asumirla frente a la invasión mercenaria de Playa Girón, en abril de 1961; durante la Crisis de Octubre, en 1962, cuando estuvimos al borde de un holocausto nuclear; la hemos mantenido frente al más criminal de los bloqueos sufrido por pueblo alguno en la historia. Once administraciones norteamericanas no han podido doblegarnos, ni podrán hacerlo cuantas más decidan continuar la infamia.
Este 1ro. de Mayo inundaremos nuestras calles, avenidas y plazas para ratificar la misma decisión, frente al mismo enemigo y los mismos traidores, seguros de que continuaremos venciendo.


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