lunes, 29 de agosto de 2022

Hombre es algo más que ser torpemente vivo: es atender una misión, ennoblecerla y cumplirla


Orlando Guevara Núñez

Muy interesantes son las reflexiones hechas por José Martí en el artículo donde expone esta idea. Lo hace por petición de un amigo, Gustavo Gosdawa,  barón de Gostkowski. Este hombre escribió sobre los vicios de la juventud y sus deficiencias lastimosas, afirma nuestro Apóstol. Se estaba refiriendo a la juventud mexicana. Pero el escrito no fue bien acogido por los lectores. Un periódico respondió en su contra, y el amigo le pidió escribiera explicando la mala interpretación sobre su obra. El referido escrito martiano fue publicado en la Revista Universal, de México, el 21 de septiembre de 1875. 

Y Martí va directo al problema. “Gostkowski quiere que se diga aquí cuán bien sabe él  que hay en México muchos jóvenes estimables: pero los buenos no han menester ser flagelados. ¿A qué medicinar al sano? Se examina y se ataca el mal en el enfermo. Y ofrece un criterio: ¿Es nuestra juventud iniciadora?  No: vive demasiado aislada para crear. ¿Es escasa de conocimientos y de fuerzas aprovechables?  No: es fecunda en ellos; fáltanle solo cohesión en sus facultades, concordia en los espíritus, atmósfera propicia, unión en la marcha”. Expone que hay en México una pléyade de jóvenes brillantes: son talentos fértiles; pero se incuban separadamente y por eso tardan tanto en producir. “Nadie rehúse el combate-dice- caer  vencido en buena lid es ya victoria”

Afirma que  Gostkowski  habla de otra juventud “crapulosa, corrompida, torpe.

Es una juventud que tiene algo de simia; hace todo lo que en otras tierras hacen: se viste bien y obra mal (…)  Dice que las mujeres que se unirán a ellos no los amarán bien, porque no tendrán en ellos nada que respetar. “He aquí un daño grave en una sociedad: que las mujeres no puedan amar a sus maridos”.

Es la ocasión para sus criterios directos y aleccionadores: “De matrimonios débiles nacen hijos malos. Con hijos malos no se reconstruye un pueblo. Quien piensa en estas cosas no puede amar a la juventud rica de México. Se es hombre para serlo. Hombre es más que ser torpemente vivo: es entender una misión, ennoblecerla y cumplirla”.

Plasma Martí otro pensamiento valedero: “Puesto que en México es don común la inteligencia, es más culpable el que envilece la suya o la descuida que el que no la usa porque no la tiene”.

Aprovecha este análisis para verter sabios criterios sobre el concepto de filosofía. Dice que “Es indudable que existe en el hombre una tendencia natural a explicarse la causa de todo: el ejercicio de esta tendencia produce el conjunto de observaciones que forman la filosofía”.  Agrega que “Hemos establecido leyes para nuestro ser; pero es indudable que sin nuestro ser, no hubiéramos podido deducir las leyes. Siempre el ser inexplicable es lo primero (…).  “La experiencia es la base más firme del conocimiento: ¿cómo me he de negar al derecho de conocer de una experiencia que siento en mí propio? (…) ¿Puedo explicármelo todo?  No puedo. ¿Negaré lo que no me explico? No tengo el derecho de negarlo, como no tengo el derecho de asentar un sistema metafísico sobre imaginaciones”.

 

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