sábado, 19 de febrero de 2022

La enseñanza ¿quién no lo sabe? es una obra de infinito amor


Orlando Guevara Núñez

Entre las muchas cosas bellas que sobre la educación expresó José Martí, estuvo ésta. Corría el mes de septiembre de 1886 y su día 28,  cuando fechó una carta  dirigida al director del periódico argentino La Nación, el cual la publicó el 14 de noviembre del mismo año. 

El documento tiene como tema la educación en Nueva York. Y habla  sobre las insuficiencias de ese sistema, su carácter mecanicista, sin el ingrediente formativo que debe contener la enseñanza.

Analiza  que las escuelas allí son muchas, pero falta espacio para quienes aspiran  a éstas,  Y agrega que después de los 14 años, son pocos los que asisten a clases. Afirma que la escuela solo se ocupa de enseñar a leer y escribir, y no de dotar a los niños de otros conocimientos. Define las aulas como talleres de memorizar.

Critica el concepto falso que se tiene sobre la educación pública, que viene de la falta de espíritu amoroso en  los maestros y de la idea mezquina de la vida que es en ese lugar  la carcoma nacional.

Describe lo que es en Nueva York el concepto de la vida, como un mandato de goce, como una boca abierta, como un juego de azar donde solo triunfa el rico. “Los hombres-dice- no se detienen a consolarse y ayudarse. Nadie ayuda a nadie. Nadie espera en nadie”.

Y describe esa vida en una forma más cruda: “Todos marchan  empujándose, maldiciéndose, abriéndose espacio a codazos y mordidas, arrodillándolo  todo, todo, por llegar primero”.

Y  resume de forma dramática la situación: “Leer, escribir, contar: eso es todo lo que les parece que los niños deben saber”, sin incentivar el interés por la lectura, el engrandecimiento del conocimiento y nutrir la mente de ideas.

Plantea Martí la necesidad de cambiar ese sistema, para crear hombres vivos, hombres directos e independientes, hombres amantes, que es los que no hace ahora la escuela. Y apunta que ese cambio  quisieran  hacerlo  allí los reformadores más juiciosos, de manera que ese sistema no apague al hombre, y surja al sol todo el oro de su naturaleza.

Aleccionador  análisis martiano sobre el contenido de la enseñanza

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