miércoles, 23 de septiembre de 2020

Fidel Castro en la ONU, 26 de septiembre de 1960. Contra la explotación del hombre por el hombre y de los países subdesarrollados por el capital financiero imperialista.

 


                                                         Fragmentos

 


"Estamos, en fin, con todas las nobles aspiraciones de todos los pueblos.  Esa es nuestra posición.  Con todo lo justo estamos y estaremos siempre:  contra el coloniaje, contra la explotación, contra los monopolios, contra el militarismo, contra la carrera armamentista, contra el juego a la guerra.  Contra eso estaremos siempre.  Esa será nuestra posición".

"Y, para finalizar, cumpliendo lo que entendemos como un deber nuestro, traer al seno de esta Asamblea la parte esencial de la Declaración de La Habana.  Ustedes saben que la Declaración de La Habana fue la respuesta del pueblo de Cuba a la Carta de Costa Rica.  No se reunieron 10, ni 100, ni 100 000, se reunieron más de un millón de cubanos.  Quienes duden, pueden ir a contarlos en la próxima concentración o asamblea general que demos en Cuba, en la seguridad de que van a ver un espectáculo de pueblo ferviente y de pueblo consciente, que difícilmente hayan tenido oportunidad de ver, y que solo se ve cuando los pueblos están defendiendo ardorosamente sus intereses más sagrados".

"En aquella asamblea de respuesta a la Carta de Costa Rica, en consulta con el pueblo y por aclamación del pueblo, se proclamaron estos principios, como los principios de la Revolución Cubana":

"La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba, condena el latifundio, fuente de miseria para el campesino y sistema de producción agrícola retrógrado e inhumano; condena los salarios de hambre y la explotación inicua del trabajo humano por bastardos y privilegiados intereses; condena el analfabetismo, la ausencia de maestros, de escuelas, de médicos y de hospitales; la falta de protección a la vejez que impera en los países de América; condena la discriminación del negro y del indio; condena la desigualdad y la explotación de la mujer; condena las oligarquías militares y políticas que mantienen a nuestros pueblos en la miseria, impiden su desarrollo democrático y el pleno ejercicio de su soberanía; condena las concesiones de los recursos naturales de nuestros países a los monopolios extranjeros como política entreguista y traidora al interés de los pueblos; condena a los gobiernos que desoyen el sentimiento de sus pueblos para acatar mandatos extranjeros; condena el engaño sistemático a los pueblos por órganos de divulgación que responden al interés de las oligarquías y a la política del imperialismo opresor; condena el monopolio de las noticias por agencias monopolistas, instrumentos de los trusts monopolistas y agentes de esos intereses; condena las leyes represivas que impiden a los obreros, campesinos, estudiantes y a los intelectuales, a las grandes mayorías de cada país, organizarse y luchar por sus reivindicaciones sociales y patrióticas; condena a los monopolios y empresas imperialistas que saquean continuamente nuestras riquezas, explotan a nuestros obreros y campesinos, desangran y mantienen en retraso nuestras economías, y someten la política de la América Latina a sus designios e intereses".

"La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba condena, en fin, la explotación del hombre por el hombre, y la explotación de los países subdesarrollados por el capital financiero imperialista".

"En consecuencia, la Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba, proclama ante América" —y lo proclama aquí ante el mundo":

"El derecho de los campesinos a la tierra; el derecho del obrero al fruto de su trabajo; el derecho de los niños a la educación; el derecho de los enfermos a la asistencia médica y hospitalaria; el derecho de los jóvenes al trabajo; el derecho de los estudiantes a la enseñanza libre, experimental y científica; el derecho de los negros y los indios a la 'dignidad plena del hombre'; el derecho de la mujer a la igualdad civil, social y política; el derecho del anciano a una vejez segura; el derecho de los intelectuales, artistas y científicos a luchar, con sus obras, por un mundo mejor; el derecho de los Estados a la nacionalización de los monopolios imperialistas, rescatando así las riquezas y recursos nacionales; el derecho de los países al comercio libre con todos los pueblos del mundo; el derecho de las naciones a su plena soberanía, el derecho de los pueblos a convertir sus fortalezas militares en escuelas, y armar a sus obreros" —porque en esto nosotros tenemos que ser armamentistas, en armar a nuestro pueblo para defendernos de los ataques imperialistas—, "campesinos, estudiantes, intelectuales, al negro, al indio, a la mujer, al joven, al anciano, a todos los oprimidos y explotados, para que defiendan, por sí mismos, sus derechos y sus destinos."

"Algunos querían conocer cuál era la línea del Gobierno Revolucionario de Cuba.  Pues bien, ¡esta es nuestra línea!".


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