jueves, 17 de octubre de 2019

21 de octubre de 1960: Integración del Movimiento Juvenil cubano







. Orlando Guevara Núñez

La fecha del 21 de octubre marca un hecho trascendente en la historia de la juventud cubana. Ese día de 1960 se produjo la integración del movimiento juvenil de nuestro país en una sola organización: la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR).
Se alcanzaba, con esa decisión unitaria, un objetivo de muchos años, fraguado en una lucha que no cesó nunca, pero que solo el triunfo de la Revolución hizo posible.
La AJR había sido anunciada  ya públicamente el 28 de enero de 1960. Surgió como una organización semi militar, adscripta al Departamento de Instrucción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cuyo jefe era el comandante Ernesto Che Guevara.
En su nacimiento, agrupó a jóvenes desmovilizados del Ejército Rebelde y a desempleados cuyas edades oscilaban entre los 13 y 18 años. Pero se amplió, dando cabida a jóvenes sin distinción de sexo, posición social- e incluso de  ideología- con la única condicionante  de estar dispuestos a defender  la Revolución.
Así fueron creadas a todo lo largo del país las Brigadas Juveniles de Trabajo Revolucionario, primer nombre que tuvieron las organizaciones de base de la AJR. Esa decisión fue adoptada  respondiendo al llamado del Comandante en Jefe Fidel Castro.
Su principal contenido de trabajo era movilizar a los jóvenes para tareas revolucionarias. De aquí surgieron los legendarios Cinco Picos, llamados así porque subían cinco veces el Pico Turquino, en la Sierra Maestra, quienes desarrollaron, además, importantes tareas económicas. Desde sus inicios, las jóvenes se incorporaron a la organización y se destacaron en diversas y duras misiones.
Inspirados en el espíritu unitario de Fidel, se fue forjando la integración juvenil. Hasta que la 1ra. Plenaria Nacional de la AJR, celebrada del 21 al 24 de octubre de 1960,  logró reunir en una sola organización nacional a las secciones juveniles del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, del Partido Socialista Popular y del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, además de diversas organizaciones juveniles que apoyaban a la Revolución, entre éstas muchas estudiantiles. En el caso de la FEU, aunque fue parte de la integración, se decidió, por su carácter y funciones, que se mantuviera como organización independiente.
La AJR, entonces, dejó de ser una organización semi militar y se convirtió en masiva, es decir, en la organización política donde estaba representada toda la juventud cubana. Agrupaba a los jóvenes de entre 14 y 25 años. Como expresión de sus ideas y sus objetivos, surgió la consigna de Estudio, Trabajo y Fusil.
De esa 1ra. Plenaria, nació la decisión de apoyar a las Milicias Nacionales Revolucionarias, la Campaña de Alfabetización, las tareas del Gobierno Revolucionario y movilizar a los estudiantes frente a las actividades contrarrevolucionarias internas y externas. Otra decisión fue la de crear una organización infantil, mediante la formación  de las Patrullas Juveniles, que en abril de 1961 dieron paso a la Unión de Pioneros Rebeldes y luego Unión de Pioneros de Cuba, nombre adoptado en el 1er. Congreso Nacional de la AJR, en abril de 1962.
Este Congreso fue histórico pues, como expresión de su desarrollo organizativo,  político ideológico y de sus proyecciones, la AJR adoptó el nombre de Unión de Jóvenes Comunistas. El Comandante en Jefe, en ese histórico encuentro, definiría el contenido de ese nombre y su principal misión:
¿Es acaso un extremismo bautizar la organización juvenil con el nombre de Unión de Jóvenes Comunistas? ¡No!  ¡No!  Porque precisamente la función de esa organización es formar jóvenes que tengan una actitud comunista ante la sociedad y ante la vida; de formar jóvenes que han de vivir en una sociedad nueva, en una sociedad distinta, en una sociedad diferente de la sociedad en que hemos vivido. La misión de esa organización es formar jóvenes capaces de construir esa sociedad y de vivir en esa sociedad”.
A partir de entonces, la organización de la juventud dejó de ser de masas  para convertirse en selectiva, sin perder su esencia de representar a toda la juventud cubana.
Hoy, el aniversario de fundación de la UJC y de los Pioneros lo celebramos cada 4 de abril. Pero cada 21 de octubre, debemos recordar la fecha de la integración juvenil cubana, un paso trascendente que fue decisivo y materializó la aspiración  unitaria de muchas generaciones. Sin esa unidad, lo demás habría sido más tardío y difícil.
Hay un hecho real: cuando se adopta el nombre de Juventud Comunista, ya la AJR tenía un rico aval de trabajo, de sacrificio, de grandes aportes a la economía y a la defensa de la Revolución. Y, sobre todo, un destacado aporte a la formación de una nueva legión de comunistas. Esa historia previa al 4 de abril, no debe olvidarse.
A algunos confunde el hecho de que siempre, cada 4 de abril, la OPJM cumple un año más que la UJC, siendo la AJR quien creó a la organización infantil. Los procreadores, más jóvenes que los procreados. La diferencia está solo en el cambio de nombre. Eso hay que saberlo y comprenderlo.
Hasta el 4 de abril de 1962, la fecha central  de la juventud era el 21 de octubre. Un sello con ese nombre estimulaba, de forma individual y colectiva, a quienes se destacaban en el cumplimiento de las tareas. Y no en vano, un 21 de octubre se fundó el periódico Juventud Rebelde.  No se trata, en lo absoluto, de negar una fecha: pienso que es de justicia honrar las dos.
Me cuento entre quienes piensan que a aquella fecha de unidad patriótica le debemos un recuerdo agradecido, porque la  unidad del movimiento juvenil cubano no fue formal, sino simiente de la gran obra posterior. Y que las nuevas generaciones, lejos de omitirla, deben estudiarla para enriquecer no solo el conocimiento de la historia, sino, sobre todo, para preservar siempre, y engrandecer, la lección de unidad y patriotismo de aquel histórico día. Y para elevar más alto  y sostener el estandarte del estudio, del trabajo y del fusil enarbolado por la Asociación de Jóvenes Rebeldes, representando a toda la juventud cubana.

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