. Orlando Guevara Núñez
Si el presidente norteamericano y sus cómplices de
aventuras conocieran al pueblo cubano y las raíces de su ideología, su
patriotismo y firmeza de principios, no hablaran con tanta superficialidad y
charlatanería sobre sus propósitos de destruir la Revolución cubana.
Nuestras ideas se han cimentado durante 150 años de
lucha. Esas ideas se han transformado en convicciones, y las convicciones en
práctica revolucionaria, en obras.
Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, nos
enseñó que el enemigo solo nos puede parecer grande si nos acostumbramos a
contemplarlo de rodillas. Mariana Grajales, Madre de la Patria, nos legó el
principio de luchar por la libertad o morir por ella.
Uno de nuestros más insignes héroes independentistas, el
Mayor General Antonio Maceo advirtió, en el siglo XIX, que quien intente
apoderarse de Cuba solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no
perece en la lucha
Nuestro Héroe Nacional, José Martí, afirmó que ¡Antes
que cejar en el empeño de hacer libre y
próspera a la patria, se unirá el mar del Sur al mar del Norte, y nacerá una
serpiente de un huevo de águila!
Ya en el siglo XX, Julio Antonio Mella, fundador del
Partido Comunista de Cuba, asesinado durante su exilio en México, fue claro en
su proyección política:”La lucha contra el imperialismo de todas las fuerzas y
tendencias es la lucha más importante en el momento actual (...), tenemos el
deber de plantear el problema «nacionalista» para unos, el «social» para otros
pero antiimperialista para todos”.
Otro de nuestros próceres en la etapa de la república
mediatizada, Rubén Martínez Villena, líder comunista, antes de morir de
tuberculosis, escribió a su esposa: “Mi
último dolor no es el de dejar la vida, sino dejarla de modo tan inútil para la
Revolución y el Partido, tengo el consuelo de haberte ayudado a dar un
contenido tan grande a la vida, que él mismo te resguardará del dolor de mi pérdida.
¡Hay que estudiar, hay que combatir alegremente por la Revolución, pase lo que
pase, caiga quien caiga! ¡No lágrimas! ¡A la lucha!
Antonio Guiteras Holmes, revolucionario asesinado por los
sicarios batistianos en 1935, expuso y luchó bajo las banderas de los
siguientes principios:
"Sólo la fuerza de la unión de todos los hombres
—aunque posean diferentes tendencias políticas— envueltos en la lucha, por
lograr un régimen de libertad y justicia, podría lograr el triunfo de una
verdadera Revolución" (…) "Fracasamos
porque una revolución solo pude llevarse adelante cuando esta mantenida por un
núcleo de hombres identificados ideológicamente, poderoso por su unión
inquebrantable, aunados por los mismos principios". (…)"Para que la
ordenación orgánica de Cuba en Nación alcance estabilidad, precisa que el
Estado cubano se estructure conforme a los postulados del Socialismo".
Un joven héroe guerrillero cubano, el Comandante Camilo
Cienfuegos, fallecido en 1959 en un accidente aéreo dijo en uno de sus
ardientes discursos: "Tan altos y firmes como la Sierra
Maestra son hoy la vergüenza, la dignidad y el valor del pueblo de Cuba en esta
monstruosa concentración frente a este Palacio, hoy revolucionario, del pueblo
de Cuba”.
“Se demuestra esta tarde que no importan las traiciones arteras y cobardes que puedan hacer a este pueblo y a esta Revolución, que no importa que vengan aviones mercenarios tripulados por criminales de guerra y amparados por intereses poderosos del Gobierno norteamericano, porque aquí hay un pueblo que no se deja confundir por los traidores”.
“Esta manifestación de pueblo, estos campesinos, estos obreros, estos estudiantes que hoy vienen a este Palacio, nos dan las energías suficientes para seguir con la Revolución, para seguir con la Reforma Agraria, que hoy no se detendrá ante nadie ni ante nada. Porque hoy se demuestra que lo mismo que supieron morir veinte mil cubanos por lograr esta libertad y esta soberanía, hay un pueblo entero dispuesto a morir, si es necesario, por no vivir de rodillas”.
Porque para detener esta revolución cubanísima tiene que morir un pueblo entero, y si eso llegara a pasar serían una realidad los versos de Bonifacio Byrne: Si deshecha en menudos pedazos/ llega a ser mi bandera algún día/ nuestros muertos, alzando los brazos/ la sabrán defender todavía.
“Se demuestra esta tarde que no importan las traiciones arteras y cobardes que puedan hacer a este pueblo y a esta Revolución, que no importa que vengan aviones mercenarios tripulados por criminales de guerra y amparados por intereses poderosos del Gobierno norteamericano, porque aquí hay un pueblo que no se deja confundir por los traidores”.
“Esta manifestación de pueblo, estos campesinos, estos obreros, estos estudiantes que hoy vienen a este Palacio, nos dan las energías suficientes para seguir con la Revolución, para seguir con la Reforma Agraria, que hoy no se detendrá ante nadie ni ante nada. Porque hoy se demuestra que lo mismo que supieron morir veinte mil cubanos por lograr esta libertad y esta soberanía, hay un pueblo entero dispuesto a morir, si es necesario, por no vivir de rodillas”.
Porque para detener esta revolución cubanísima tiene que morir un pueblo entero, y si eso llegara a pasar serían una realidad los versos de Bonifacio Byrne: Si deshecha en menudos pedazos/ llega a ser mi bandera algún día/ nuestros muertos, alzando los brazos/ la sabrán defender todavía.
De nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro aprendimos el
principio asumido por todo el pueblo: “Nacimos en un país libre que nos legaron
nuestros padres, y primero se hundirá la Isla en el mar antes que consintamos
en ser esclavos de nadie”
Y entre las muchas enseñanzas que hemos tenido del
General de Ejército Raúl Castro, hay convertida en conciencia de pueblo: “Frente
al enemigo, no habrá nunca ni rendición, ni conciliación, ni derrota”.
Con ese heroísmo se derrotó a la tiranía batistiana y se ganó
la victoria de la Revolución. Con ese amor a la libertad y al decoro, hemos
forjado y defendido la obra de la Revolución. Y la seguimos construyendo y
defendiendo.
Contra esos principios, desde Céspedes hasta Fidel y Raúl, se estrellarán todas las
maniobras de Trump y su pandilla de matones. Les convendría conocer mejor a nuestro pueblo. Ellos seguirán poniendo las
agresiones, nosotros, la lucha; ellos, la derrota, nosotros, la victoria.
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