miércoles, 5 de abril de 2017

La salud cubana sigue el camino trazado por Fidel




.Orlando Guevara Núñez

Cuando triunfó la Revolución cubana, el 1ro. de enero de 1959, el país tenía un sistema de salud deplorable. La tasa de mortalidad infantil andaba alrededor de los 60 fallecidos por cada mil nacidos vivos, al tiempo que la esperanza de vida no llegaba a los 60 años. Hoy la referida tasa está por debajo de cinco, y los cubanos tenemos unos 78 años en las expectativas de existencia.
Varias enfermedades no transmisibles, que causaban miles de decesos cada año, han sido erradicadas, y el total de nuestra población infantil está inmunizada contra varias enfermedades que siguen cobrando vidas incluso en países desarrollados.
En 1958, Cuba  contaba con solo unos 6 000 médicos, de los cuales la mitad, estimulados por el gobierno de los Estados Unidos, abandonaron  el país. La medicina era una mercancía y el paciente un cliente.
Pero la obra de la Revolución para garantizar a los cubanos el más sagrado de los derechos humanos, el de la vida, ha sido una verdadera  proeza que trasciende fronteras.
Hasta el cierre de 2015, en Cuba se han formado  151 783 médicos, además de 23 730 en estomatología,  81 922 en licenciatura en enfermería,  79 812 graduados en tecnología de la salud, y  2 999 en psicología de la salud, para un gran total de  340 246 especialistas y técnicos quienes  sustentan un sistema que llega a toda la población, de forma gratuita.
Pero Cuba se ha preocupado no solo por la salud de sus habitantes. Así lo definió Fidel: “Ese es un principio sagrado de la Revolución; eso es lo que nosotros llamamos internacionalismo, porque consideramos que todos los pueblos somos hermanos y antes que la Patria está la humanidad”. 
Siguiendo ese postulado fidelista, decenas de miles de médicos y otros profesionales de la salud han prestado y prestan servicios en decenas de países, donde han ofrecido más de  1 500 000 000 de consultas, han salvado más de 6,5 millones de vidas, han asistido más de  2,9 millones de partos y sobre pasan los 10 000 000 de intervenciones quirúrgicas.
En Cuba se han graduado en Ciencias Médicas 34 205 extranjeros, al tiempo que mediante la Operación Milagro se han realizado  2 861 438 intervenciones quirúrgicas de han sacado de las tinieblas a personas, en la mayoría de los casos, sin recursos para pagar ese servicio.
El personal médico cubano en el exterior se caracteriza por ir a los lugares más apartados, allí donde mucha gente no había recibido nunca la visita de un especialista de la salud. Han enfrentado enfermedades contagiosas, han desafiado el peligro ante terremotos y  huracanes, exponiendo su vida para salvar las de otros, enalteciendo el altruismo, el humanismo y la ética de la medicina cubana.
Toda esa labor, en medio de un férreo bloqueo que hasta ahora ha impedido al país obtener medicamentos y equipos, fabricados en Estados Unidos, útiles para salvar una vida, incluyendo infantil, diagnosticar, curar o aliviar un mal.
Esa práctica  cubana en la salud sigue creciendo, sin importar distancias geográficas, idiomas, razas, credos religiosos o ideologías políticas. Un deber que, al decir de nuestro Héroe Nacional, José Martí, los cubanos cumplimos sencilla y naturalmente.

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