.Orlando Guevara Núñez
Cuando la invasión mercenaria de Playa Girón pisó
tierra cubana, se encontró a un pueblo entero en pie de guerra. El Comandante
en Jefe Fidel Castro había planteado la misión con toda claridad:
“Cada cubano debe ocupar el puesto que le
corresponda en las unidades militares y centros de trabajo sin interrumpir la
producción, ni la campaña de alfabetización, ni una sola Obra Revolucionaria .La
Patria resistirá a pie firme y
serenamente cualquier ataque enemigo, segura de la victoria”
.En la misma mañana del desembarco, Fidel hizo
un patriótico llamado al pueblo. El eco de aquellas ardientes palabras no se ha
apagado aún en la mente de quienes las escuchamos:
AL PUEBLO DE
CUBA:
Tropas de
desembarco por mar y por aire, están atacando varios puntos del territorio
nacional al sur de la provincia de Las Villas, apoyadas por aviones y barcos de
guerra.
Los
gloriosos soldados del Ejército Rebelde y de las Milicias Nacionales
Revolucionarias han entablado ya combate con el enemigo en todos los puntos de
desembarco.
Se está
combatiendo en defensa de la Patria sagrada y la Revolución contra el ataque de
mercenarios organizados por el gobierno imperialista de los Estados Unidos.
Ya nuestras
tropas avanzan sobre el enemigo seguras de su victoria.
Ya el Pueblo
se moviliza cumpliendo las consignas de defender la Patria y mantener la
producción.
¡Adelante
Cubanos! A contestar con hierro y fuego a los bárbaros que nos desprecian y que
pretenden hacernos regresar a la esclavitud. Ellos vienen a quitarnos la tierra
que la Revolución entregó a campesinos y cooperativistas; nosotros combatimos
para defender la tierra del campesino y el cooperativista. Ellos vienen a
quitarnos de nuevo las fábricas del pueblo, los centrales del pueblo, las minas
del pueblo; nosotros combatimos por defender nuestras fábricas, nuestros
centrales, nuestras minas. Ellos vienen a quitarle a nuestros hijos, a nuestras
muchachas campesinas las escuelas que la Revolución les ha abierto en todas
partes; nosotros defendemos las escuelas de la niñez y del campesinado. Ellos
vienen a quitarle al hombre y la mujer negros la dignidad que la Revolución les
ha devuelto; nosotros luchamos por mantener a todo el pueblo esa dignidad
suprema de la persona humana. Ellos vienen a quitarle a los obreros sus nuevos
empleos; nosotros combatimos por una Cuba Liberada con empleo para cada hombre
y mujer trabajadores. Ellos vienen a destruir la Patria y nosotros defendemos
la Patria.
¡Adelante
Cubanos, todos a los puestos de combate y de trabajo!
¡Adelante
Cubanos, que la Revolución es invencible y contra ella y contra el pueblo
heroico que la defiende se estrellarán todos los enemigos!
¡Gritemos
ahora con más ardor y firmeza que nunca, cuando ya hay cubanos inmolándose en
combate!
¡VIVA CUBA
LIBRE! ¡PATRIA O MUERTE! ¡VENCEREMOS!
A mi mente acuden las escenas de los camiones repletos de milicianos
rumbo a las trincheras. Y personas que hasta ese momento no habían ingresado a
las milicias, reclamando un puesto en la defensa de la patria agredida.
Recuerdo el espectáculo de las mujeres ocupando los puestos de los
obreros milicianos que marchaban al combate o a las trincheras. Los estudiantes
cortando y alzando las cañas, recogiendo cosechas de los campesinos. Los
jóvenes presentándose a las Unidades Militares, pidiendo marchar hacia el
escenario de la invasión.
Los Comités de Defensa de la Revolución, controlando y neutralizando a
los enemigos, sin violencia física, pero con firmeza revolucionaria.
La radio y la televisión repetían el Comunicado de Fidel. El Che
exhortando a los jóvenes a defender la Revolución.
Los faroles iluminados de los alfabetizadores, irradiando más luz.
Fidel y el presidente Osvaldo Dorticós denunciaban ante la opinión
pública mundial la agresión violatoria
del derecho internacional, y definiendo al imperialismo norteamericano como el
principal enemigo de la humanidad, junto a una afirmación de la cual no hubo
nunca dudas:¡Cuba vencerá!
Así transcurrió aquel histórico día 17 de abril de 1961. Desde
las primeras horas de esa mañana, sangre cubana comenzó a firmar la victoria
cubana en Playa Girón. Y sangre mercenaria comenzó a firmar la primera derrota
del imperialismo yanqui en América.
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