Orlando Guevara Núñez
El 16 de abril, víspera de la invasión mercenaria de
Playa Girón, el Comandante en Jefe Fidel Castro, en el sepelio de las víctimas
del ataque aéreo a tres aeropuertos cubanos el día anterior, proclamó el
carácter socialista de la Revolución.
No fue un hecho fortuito. La Revolución había cumplido ya
su primera etapa, definida como democrático-popular, agraria y antiimperialista,
y estaba lista para asumir el inicio de una fase más avanzada: la construcción
del socialismo.
Al llegar al poder, el 1ro. de enero de 1959, comenzó a
aplicarse de inmediato el Programa del Moncada, expuesto por Fidel en su
alegato La historia me absolverá, el 16 de octubre de 1953. Lo primero fue
desplazar al bloque burgués latifundista e instaurar el poder del pueblo, en
real alianza de los obreros, los campesinos, los estudiantes, las masas
populares y otros importantes sectores, encabezados, como garantía del poder,
por el Ejército Rebelde.
En los primeros meses, se destruyó totalmente la
maquinaria militar que había sostenido a la dictadura, unida a otros cuerpos de
represión; se aplicó la justicia revolucionaria a los criminales; se
confiscaron los bienes malversados a la nación; se democratizó la vida
política, social y sindical; se comenzaron a aplicar leyes para la
reivindicación económica y social de las
clases anteriormente explotadas, y comenzó una tenaz lucha contra el desempleo,
la miseria, el analfabetismo, la insalubridad y la discriminación racial y de
la mujer. Los partidos políticos corruptos y cómplices de la tiranía,
desaparecieron.
En el mismo año de 1959, se nacionalizó la mal llamada
Compañía Cubana de Teléfonos, se rebajaron los alquileres, se declararon
públicas las playas hasta entonces privadas; se dictó la Ley de Reforma
Agraria, se redujeron las tarifas eléctricas y se prohibió el tráfico de drogas
y los juegos ilícitos.
Estas medidas favorecían al pueblo, pero chocaban contra
los intereses de los explotadores, apoyados desde el mismo inicio por el
gobierno de los Estados Unidos. Particularmente la Reforma Agraria, atrajo
hacia Cuba el odio más visceral del imperio norteamericano.
El pueblo cubano respondió preparándose en todos los
frentes. Fueron creadas las Milicias Nacionales Revolucionarias, los Comités de
Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación de
Jóvenes Rebeldes y otras organizaciones, y se restablecieron las relaciones con
la entonces Unión Soviética.
El 6 de agosto de 1960, tuvo lugar la nacionalización de
las refinerías de Petróleo, las empresas de la Electricidad y Teléfonos y 36
centrales azucareros pertenecientes a
monopolios norteamericanos. Este paso de independencia económica,
tendría un decisivo respaldo el 13 de octubre
de igual año, cuando se decretó la nacionalización de todos los bancos y de 383
grandes empresas económicas. Un día después, fue proclamada la Ley de Reforma
Urbana.
Fueron esas las transformaciones que marcaron el
cumplimiento de la primera etapa revolucionaria y crearon condiciones para
entrar en un nuevo período histórico, la etapa socialista.
A ese punto se había llegado defendiendo a fuego y sangre
las conquistas de la Revolución frente a los sabotajes, las bandas mercenarias armadas
y financiadas por la CIA y el gobierno yanqui, y en medio de un combate
ideológico contra los enemigos internos y externos. Refiriéndose a esa lucha y
al triunfo de Playa Girón, expresaría luego el Comandante en Jefe Fidel Castro:
“Si en la guerra de independencia de
1868 la división nos trajo la derrota, esta vez la unión nos dio la victoria”
Así cuando el 16 de abril fue proclamado el carácter
socialista de la Revolución cubana, al decir de Raúl, se ponía el nombre a un
niño que ya había nacido.
Hasta los acontecimientos de Playa Girón, las principales
organizaciones que habían luchado contra la tiranía batistiana – el Movimiento
Revolucionario 26 de Julio y su Ejército Rebelde, el Directorio Revolucionario
13 de Marzo y el Partido Socialista Popular, trabajaban con un mismo fin, pero
no se habían unido en una sola. A partir de entonces, se unieron primero en las
Organizaciones Revolucionarias Integradas, base para el posterior surgimiento
del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, hasta octubre de 1965, que
adoptó su nombre actual: Partido Comunista de Cuba.
Así, el 16 de abril de 1961 no hubo actividad alguna que
marcara la fundación de nuestro Partido dirigente, pero se escogió esa fecha
por su simbolismo de unidad revolucionaria y de disposición de todo el pueblo
de defender hasta con su propia vida las ideas socialistas.
La validez histórica de nuestro Partido, fue definida por
su Primer Secretario, el compañero Fidel: “Las geniales ideas de Martí y Lenin
acerca de la necesidad de un Partido para dirigir, estaban más que nunca
presentes. Su ideal no podía ser el pensamiento liberal o burgués, sino la de
la clase social revolucionaria que la historia misma había colocado al frente
de la lucha por la liberación de la humanidad: la de la clase obrera, el marxismo-leninismo,
que ya habían enarbolado valientemente en 1925, Baliño y Mella”.
Otra significación histórica del 16 de abril, es la
conmemoración del Día del Miliciano. Las Milicias Nacionales Revolucionarias se
habían creado el 26 de octubre de 1959. Pero se honra a los milicianos cada 16
de abril, como perenne homenaje no sólo a los caídos en Playa Girón y a quienes
contribuyeron a la derrota de los mercenarios
o cayeron en otros frentes de
combate, sino también a los cientos de miles que empuñaron sus armas y ocuparon
sus trincheras, dispuestos también a morir en defensa de la Revolución. Con sus
puños en alto, enarbolando sus fusiles, nuestras milicias defendieron las ideas
proclamadas aquel memorable día por el Comandante en Jefe Fidel Castro.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario