.Orlando
Guevara Núñez
Con
frecuencia, los enemigos de la Revolución
repiten su gastado epíteto de “la tiranía de los Castro”. Es una campaña que inunda al mundo. Mas, en
lugar de credibilidad, ganan cada vez el rechazo de millones de personas; y el
ridículo crece en magnitud.
¿Qué
tiranía lograría movilizar a millones de personas en apoyo a su política y al
sistema social establecido? ¿Cómo
podría lograr que millones de ciudadanos
desfilen alegres, coreando consignas revolucionarias, que
desafíen la lluvia o el sol, que recorran largas distancias a pie, que se
acompañen de sus familiares, incluyendo los niños?
¿Qué
tiranía podría juntar de manos a los obreros, campesinos, estudiantes,
soldados, a todo un pueblo, bajo la idea de defender el socialismo, de
predicar y ejercer solidaridad con todos los trabajadores del mundo en un día
tan significativo como el 1ro. de Mayo?
Ese
“milagro” de la “tiranía de los Castro”
es el mejor desmentido a quienes
esgrimen tal calumnia.
Fidel
y Raúl siguen y seguirán movilizando al
pueblo porque siempre han marchado al frente de él, desde los días gloriosos de
la insurrección, la victoria revolucionaria y la construcción y defensa de la
sociedad socialista cubana.
Fidel
y Raúl arriesgaron su vida cuando el 26
de Julio de 1953, con el asalto al Moncada, iniciaron la última etapa de lucha
del pueblo cubano por su verdadera libertad e independencia. Los dos
sufrieron prisión primero y los rigores
del exilio después. Juntos regresaron a Cuba como expedicionarios del Granma,
para reiniciar la lucha armada. Condujeron la guerra revolucionaria contra la
tiranía batistiana y encabezaron la victoria del 1ro. de enero de 1959. Por
eso, son legítimos héroes cubanos.
Fidel
y Raúl, como lo demuestra la historia, han
multiplicado en la paz las heroicidades de la guerra.
¿Qué
tiranía podría entregar la propiedad de la tierra a los campesinos, eliminar el
latifundismo, fomentar el cooperativismo agrícola bajo el principio de la más
respetada voluntariedad y erradicar la miseria en todo el campo, como lo hizo
la Revolución?
¿Qué
tiranía podría convertir la salud y la educación en
patrimonio gratuito de todo el pueblo, eliminar el analfabetismo y
lograr que su país tenga los índices más altos en el mundo de médicos por
habitante y maestros por alumnos?
¿Podría
una tiranía lograr la eliniminación de los monopolios nacionales y extranjeros
y convertir al pueblo en dueño de sus recursos naturales?
¿Podría ser dominado por una tiranía un pueblo
que por convicción y vocación
internacionalista aportó a casi 400 000
de sus hijos a la lucha independentista en Africa y en otras latitudes del
mundo, trayendo de esas tierra solo el tesoro de nuestros muertos, la
satisfacción del deber cumplido y el cariño de nuestros hermanos de lucha?
¿Podría
obligarse a miles de maestros a marchar a otros países, a brindar la luz de la
enseñanza, en difíciles condiciones de vida y de trabajo con el solo incentivo
de luchar contra las tinieblas del analfabetismo?
¿Cómo
podría un gobierno tiránico lograr que
decenas de miles de médicos marchen a decenas de países, en lugares casi
inhóspitos, a exponer su vida para
salvar la de otros?
¿Qué
tiranía se atrevería a armar al pueblo y prepararlo para la defensa de la
Patria, como lo hizo la Revolución cubana desde los días iniciales del triunfo?
¿Qué
gobierno tirano se atrevería a enfrentar al imperio más poderoso, más agresivo
y criminal que registra la historia de la humanidad, y que lo haya hecho con el
apoyo y el protagonismo del pueblo?
¿Qué
gobierno tirano podría sostenerse en el poder frente a un bloqueo como el que
sufrimos los cubanos hace más de medio siglo? ¿Qué gobierno no popular habría
podido derrotar a las bandas armadas
creadas, armadas y financiadas por el gobierno de los Estados Unidos y su
Agencia Central de Inteligencia? ¿Cuál
habría sobrevivido a la Crisis de Octubre de 1962, cuando los cubanos
fuimos amenazados por el holocausto nuclear y salvamos la vida porque fuimos
capaces de arriesgarla en defensa de nuestra ideología y de nuestros
principios?
Lo
que no acaban de entender, o más que entender aceptar, los enemigos de la Revolución cubana, es que en Cuba
las palabras Fidel, Raúl, Pueblo,
Patria, Socialismo, Dignidad, Libertad y Soberanía son una misma cosa.
No
entienden que en Cuba el pueblo es el gobierno y el gobierno es el pueblo. Ni
aceptan que estemos enfrascados en un proceso de cambios económicos para
fortalecer el socialismo, no para debilitarlo como es su deseo.
Dos
hechos recientes debían gravarse bien en la mente de los enemigos de la
Revolución cubana. Uno, las elecciones parciales del pasado 19 de abril para
elegir a los Delegados a las asambleas municipales del Poder Popular,
realizadas con un rotundo éxito. Otro, la celebración, en todo el país, del
1ro. de mayo. Ambas jornadas, mostraron, una vez más, el irrestricto apoyo del
pueblo a su Revolución y a sus líderes.
Lo
que en realidad duele a nuestros enemigos, es que este pueblo agredido,
bloqueado, amenazado, calumniado, siga en pie junto a Fidel y Raúl, defendiendo
su obra y dispuesto al más supremo de los sacrificios, el de la vida, por
seguir siendo lo que somos y no regresar jamás a lo que fuimos.
Y
otra cosa que no deben olvidar nuestros adversarios: la presencia de “los
Castro”, como ellos los nombran, en Cuba irá mucho más allá de su existencia
física o en la dirección revolucionaria. Aún vivos, son símbolo y bandera. Y el devenir de los
años, hará más grande esos atributos.
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