. Orlando Guevara Núñez
La fecha del 21 de octubre marca un hecho trascendente en
la historia de la juventud cubana. Ese día de 1960 se produjo la integración
del movimiento juvenil de nuestro país en una sola organización: la Asociación
de Jóvenes Rebeldes (AJR).
Se alcanzaba, con esa decisión unitaria, un objetivo de
muchos años, fraguado en una lucha que no cesó nunca, pero que solo el triunfo
de la Revolución hizo posible.
La AJR había sido anunciada ya públicamente el 28 de enero de 1960. Surgió
como una organización semi militar, adscripta al Departamento de Instrucción de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cuyo jefe era el comandante Ernesto Che
Guevara.
En su nacimiento, la AJR agrupó a jóvenes desmovilizados
del Ejército Rebelde y a desempleados cuyas edades oscilaban entre los 13 y 18
años. Pronto se amplió, dando cabida a jóvenes sin distinción de sexo, posición
social- e incluso ideología- con la único condicionante de estar dispuestos a defender a la
Revolución.
Así fueron creadas a todo lo largo del país las Brigadas
Juveniles de Trabajo Revolucionario, primer nombre que tuvieron las
organizaciones de base de la AJR. Esa decisión fue adoptada respondiendo al llamado del Comandante en Jefe
Fidel Castro.
Su principal contenido de trabajo era movilizar a los
jóvenes para tareas revolucionarias. De aquí surgieron los legendarios Cinco
Picos, llamados así porque subían cinco veces el Pico Turquino, en la Sierra
Maestra, quienes desarrollaron, además, importantes tareas económicas. Desde
sus inicios, las jóvenes se incorporaron a la organización y se destacaron en
diversas y duras misiones.
La labor por la unidad fue un proceso continuo, en el
cual desempeñó un papel importante la Juventud Socialista, la que, desde abril
de 1960, había expresado su disposición de disolverse para contribuir a la creación de una sola organización
juvenil. También la Federación Estudiantil Universitaria hizo esta proposición
de unidad.
Inspirados en el espíritu unitario de Fidel, se fue
forjando esa integración juvenil. Hasta que la 1ra. Plenaria Nacional de la
AJR, celebrada del 21 al 24 de octubre de 1960, se logró reunir en una sola
organización nacional a las secciones juveniles del Movimiento Revolucionario
26 de Julio, del Partido Socialista Popular y del Directorio Revolucionario 13
de Marzo, además de diversas organizaciones juveniles que apoyaban a la
Revolución, entre éstas muchas estudiantiles. En el caso de la FEU, aunque fue
parte de la integración, se decidió, por su carácter y funciones, que se
mantuviera como organización independiente.
La AJR, entonces, dejó de ser una organización semi
militar y se convirtió en masiva, es decir, en la organización política donde
estaba representada toda la juventud cubana. Agrupaba a los jóvenes de entre 14
y 25 años. Como expresión de sus ideas y sus objetivos, surgió la consigna de
Estudio, Trabajo y Fusil.
De esa 1ra. Plenaria, nació la decisión de apoyar a las
Milicias Nacionales Revolucionarias, la Campaña de Alfabetización, las tareas
del Gobierno Revolucionario y movilizar a los estudiantes frente a las
actividades contrarrevolucionarias internas y externas. Otra decisión fue la de
crear una organización infantil, mediante la creación de las Patrullas
Juveniles, que en abril de 1961 dieron paso a la Unión de Pioneros Rebeldes y
luego Unión de Pioneros de Cuba, nombre adoptado en el 1er. Congreso Nacional
de la AJR, en abril de 1962.
Este Congreso fue histórico pues, como expresión de su
desarrollo organizativo, político
ideológico y de sus proyecciones, la AJR adoptó el nombre de Unión de Jóvenes
Comunistas. El Comandante en Jefe, en ese histórico encuentro, definiría el
contenido de ese nombre y su principal misión:
¿Es acaso un extremismo bautizar la organización juvenil
con el nombre de Unión de Jóvenes Comunistas? ¡No! ¡No!
Porque precisamente la función de esa organización es formar jóvenes que
tengan una actitud comunista ante la sociedad y ante la vida; de formar jóvenes
que han de vivir en una sociedad nueva, en una sociedad distinta, en una
sociedad diferente de la sociedad en que hemos vivido. La misión de esa
organización es formar jóvenes capaces de construir esa sociedad y de vivir en
esa sociedad”.
A partir de entonces, la organización de la juventud dejó
de ser de masas para convertirse en
selectiva, sin perder su esencia de representar a toda la juventud cubana.
Hoy, el aniversario de
fundación de la UJC y de los Pioneros lo celebramos cada 4 de abril. Pero cada
21 de octubre, debemos recordar la fecha de la integración juvenil cubana, un
paso trascendente que fue decisivo y materializó la aspiración unitaria de muchas generaciones. Sin esa
unidad, lo demás habría sido más difícil
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