viernes, 22 de enero de 2021

Hacia el VIII Congreso del Partido: ( III ) El primer Partido Comunista de Cuba

 


.Orlando Guevara Núñez

Los enemigos de la Revolución cubana, en su afán  de tergiversar la historia de luchas de nuestro pueblo, han difundido la mentira de que la existencia de un solo partido en  Cuba es una decisión copiada de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Omiten la verdad de que  desde 1892 nuestro Héroe Nacional, José Martí, creó el Partido Revolucionario Cubano - un solo Partido- con el objetivo de alcanzar nuestra independencia y auxiliar  la de Puerto Rico.

Y Martí concibió esa independencia como  primer paso  para fundar después una República, con todos y para el bien de todos.  Su caída en combate dejó trunca esa aspiración. Pero sus ideas no desaparecieron con su muerte. Por eso es de justicia afirmar que el Partido Comunista de Cuba tiene profundas raíces martianas.

No en vano, cuando el 16 de agosto de 1925 se fundó el primer Partido Comunista de Cuba, junto a Julio Antonio Mella, estaba Carlos Baliño, quien había participado, junto a Martí, en la creación del Partido Revolucionario Cubano, el 10 de abril de 1892.

Sobre este tema, afirmaría el Comandante en Jefe, Fidel Castro: “Ambos hechos se enlazan a lo largo de la historia. Los luchadores por la revolución social estaban indisolublemente unidos a los luchadores por la independencia de la patria. No se alcanzó a finales del siglo la independencia real de Cuba, y al fin se unieron las dos aspiraciones: las aspiraciones a la plena independencia nacional y a la revolución social.”

“Cada una de estas aspiraciones tuvo un momento culminante. Si la aspiración a la independencia tuvo sus momentos culminantes en 1868 y en 1895, de igual relieve histórico es el 16 de agosto de 1925, cuando tras la aspiración de la revolución social surge el primer Partido Co­munista de Cuba.”

Así, el nacimiento de ese Partido, significó una verdadera unión de las ideas independentistas del siglo XIX; con las ideas de transformación social del siglo XX. Fue en su inicio un Partido pequeño.  Hoy se conoce que participaron en su creación solo 13 delegados y cuatro invitados. Y que la Agrupación Comunista de Manzanillo, presidida por Agustín Martín Veloz (Martinillo) no pudo participar, por no contar con los recursos para su traslado a la capital cubana.

Los acuerdos de aquel memorable 16  de agosto de 1925 tuvieron en cuenta los intereses de los obreros y los campesinos, el apoyo a los sindicatos, los derechos de las mujeres, los jóvenes y los niños.

Se sabe también que, desde su nacimiento, el Partido Comunista de Cuba sufrió una feroz represión por el gobierno tiránico de Gerardo Machado, apoyado en ese empeño por el gobierno imperialista de los Estados Unidos. Una medida inmediata fue  expulsar del país al Secretario General electo,  el español José Miguel Pérez, al tiempo que Julio Antonio Mella, perseguido y calumniado, tuvo que marchar hacia el exilio en México, donde fue asesinado por  orden del tirano Machado, en complicidad con la embajada norteamericana,  el 10 de enero de 1929. Otros de los fundadores, entre ellos el propio Baliño, sufrieron igual represión.

Pero aquí se hizo realidad el criterio  martiano de que un principio justo, desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército. Las ideas comunistas se extendieron, echaron raíces entre los trabajadores y los estudiantes. Y surgieron nuevos líderes, entre ellos Rubén Martínez Villena, quien desempeñó un importante papel  en las luchas que determinaron el derrocamiento del tirano Machado.

Muchos comunistas fueron asesinados durante esta larga lucha. Pero no hubo puestos vacantes.

Un resumen hecho por el compañero Jorge Risquet Valdés, durante  la celebración del aniversario 90 de la  fundación del primer Partido Comunista de Cuba, es elocuente y aleccionador.

“Legalizada su existencia en 1938, primero bajo el nombre de Unión Revolucionaria Co­munista, a partir de 1944 con el de Partido Socialista Popular, defendieron en el parlamento burgués los derechos del pueblo y batallaron porque se promulgaran las leyes complementarias que permitieran hacer realidad las disposiciones progresistas de la Constitu­ción de 1940”

“En los años de la tiranía tuvieron que retornar a la clandestinidad y en la lucha insurreccional integrantes del Partido perdieron la vi­da, como José María Pérez y Fulgencio Oroz. Militantes comunistas crearon en el nor­te de Las Villas un foco guerrillero que luego se in­corporó a las tropas de Che y Camilo”.

“Tras el triunfo de la Revolución, el proceso de unidad liderado por Fidel hizo posible que  junto con las otras dos organizaciones políticas que llevaron el peso de la lucha contra la tiranía batistiana (el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Re­volucionario), se fusionara en 1961 en las Organizaciones Re­vo­lu­cio­na­rias Integradas (ORI), antecedente para constituir el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC), que a partir de 1965 adoptó el nombre de Partido Comunista de Cuba”.

La historia gloriosa de este Partido no cabe en estas notas. Cabe sí, decir con orgullo que él nació como fruto genuino de la lucha de nuestro pueblo por su independencia, su libertad y su lealtad infinita al pueblo. Es el Partido seguidor de las ideas de Martí, el Partido fundado en la lucha y el martirologio. El Partido de Fidel y de Raúl. El Partido de todos los cubanos. El único que necesitamos, que seguimos y defendemos los revolucionarios cubanos.

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