viernes, 25 de agosto de 2017

Gloria Cuadras de la Cruz ¡Gloria de Santiago de Cuba, Gloria de la Patria cubana!



.Orlando Guevara Núñez


Este 25 de agosto señaló  el aniversario 30 del fallecimiento de una mujer santiaguera cuya vida dejó huellas indelebles en la historia de la Revolución cubana: Gloria Cuadras de la Cruz. Símbolo de patriotismo, de valentía, de fidelidad  a las ideas revolucionarias antes y después del triunfo del 1ro. de enero de 1959.
Ya en 1930 está en la fundación  del Directorio Estudiantil de Santiago de Cuba.  Participa en  manifestaciones. Es víctima de la represión policial. En 1933 integra el comité del plantel del Instituto santiaguero que toma el centro.  Forma parte de la comisión depuradora de los elementos entreguistas. Llama a la lucha por una patria libre. A finales de ese año se traslada a la capital cubana y es colaboradora del  revolucionario  Antonio Guiteras Holmes.
Luego se integraría a las filas del Partido del Pueblo Cubano, liderado por Eduardo Chibás, escenario en el que conoció al joven Fidel Castro, junto a quien figuraba como Delegada a la Asamblea Provincial de Oriente por esa organización opositora, cuyo lema era Vergüenza contra dinero.
El asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, sirvió de cauce para el ímpetu revolucionario de Gloria. Desde poco antes, en mayo de 1953, había iniciado un espacio radial en la emisora CMKR, de la capital oriental. Desde  junio de 1955 hasta abril de 1956, fecha en que fue  definitivamente clausurado, mantuvo su espacio Cuba Libre. Verdades que laceraban a la tiranía.  Cara a cara, sin miedo a la censura ni a las represalias.
Ella misma declararía luego; (…)  Hablábamos de Fidel, de sus ideales, de aquellos muchachos del Moncada y lo hacíamos para toda la provincia, porque queríamos desmentir los horrores y las mentiras que decían Chaviano, Tabernilla y Batista''.
Fue Gloria una de las mujeres santiagueras que inmediatamente después del asalto del 26 de julio de 1953 se solidarizó con Fidel y sus compañeros. Protagonizó el rescate y preservación de los cadáveres de los moncadistas asesinados, evitando que la dictadura los desapareciera. Cuando uno de los sicarios le preguntó por qué lo hacía, su respuesta fue clara y precisa.” Lo hago en nombre de todas las madres cubanas”.
Sobre ese episodio diría la heroína del Moncada, Melba Hernández,  en entrevista concedida a este autor:
“Desde el primer instante en que empezaron a trasladar los cuerpos de nuestros compañeros muertos para el cementerio Santa Ifigenia, se ligaron a nosotros. Ellos cuidaron nuestros gloriosos cadáveres hasta dejarlos depositados en Santa Ifigenia y siempre nos mandaron mensajes de que estaban bien cuidados y de que se les ponía flores. Siempre muy cerca de nosotros el pueblo de Santiago de Cuba y muy especialmente el caso ejemplar de esa luchadora que se llamó Gloria Cuadras y de su esposo, Amaro Iglesias, un compañero muy querido, a quien cada vez que voy a Santiago lo visito''.
Cuando a fines de 1954 fue constituida en Santiago de Cuba la Dirección  Provincial del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, Gloria integró esa jefatura, como responsable de Propaganda. Y durante el Alzamiento Armado de Santiago de Cuba, el 30 de noviembre de 1956, allí estaba ella, formando parte del Estado Mayor de Frank País.
A partir de esa fecha, la responsabilidad de la propaganda pasó a manos de otra persona, Enzo Infante Urivazo. Era un trabajo totalmente clandestino. Gloria seguía en sus funciones públicas, compartidas con la clandestinidad.
Una carta dirigida en esa ocasión a ella por Frank País, testimonia la confianza y el respeto del héroe de la lucha clandestina hacia ella:
“En nuestros hombros, como en los tuyos, pesa la responsabilidad de haber compartido las esperanzas de nuestros mártires y haber sufrido tantas privaciones y tristezas por el ideal que siempre ha estado torturándonos el recuerdo, fijándonos el camino inexorable que hemos de seguir y con ellos tenemos que cumplir si el destino no se interpone y nos señala también el martirologio.
Siempre he tenido mucha fe en ti. Me has inspirado muchas veces y tu ejemplo de lucha y sacrificio ha tratado de ser mi guía. Y como una vez más, creo que la historia nos verá juntos, combatiendo por el mismo ideal “(…)
Durante la lucha contra el tirano  Batista,    Crea el Frente Cívico de mujeres cubanas para oponerse a la dictadura y luchar por la libertad y los derechos ciudadanos
Durante una de las manifestaciones, en 1954, en protesta por la intervención norteamericana en Guatemala que provocó el derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz, en acta policial se plasmaba una acusación sobre Gloria Cuadras:
“Arengaba a la multitud y los conminaba  a luchar contra el gobierno de Batista y por el triunfo de la Revolución, exaltando los ánimos contra los miembros actuantes, siendo conducida a esta Jefatura después de una tenaz resistencia y haber llenado de improperio a los actuantes”
Otro momento en que el valor de Gloria se irguió frente a los esbirros batistianos, fue a raíz de la muerte de Frank País, el mismo día del entierro. Esa vez  Gloria, tras los atropellos a un grupo de mujeres que protestaban por el crimen, aprovechando la visita de un diplomático yanqui a la ciudad, quiso entregarle una nota de denuncia, siendo interceptada por el asesino Salas Cañizares, con el fin de impedirlo. El esbirro le aprisiona un brazo, pero ella lo esquiva, se quita un zapato y lo ataca. En su misma cara le grita: “Tú eres un asesino despreciable, me mataste a Frank, que era como un hijo para mí. Eres una bestia”. Cuando el militar se repone, la toma por los cabellos y es entonces cuando Gloria le pega una fuerte mordida en una mano. De nuevo el atropello y la prisión. Pero más alta la dignidad de la mujer santiaguera.
A finales de 1958, se incorpora al Ejército Rebelde, en el Segundo Frente Frank País, el nombre de su querido jefe en la clandestinidad. Allí permaneció hasta el triunfo de la Revolución a la que le dedicó su vida con la misma pasión y fidelidad con que ayudó a forjarla.
A Gloria  la recuerdo  aún en los debates del Comité provincial del Partido, en cuya sede dedicó sus últimos años de vida. Palabra firme, combinación de delicadeza  y firmeza. Fue delegada a los dos primeros Congresos del Partido. Un día presencié un diálogo de ella con el Comandante en Jefe Fidel Castro, a quien veneraba. Lo trataba de “tú” y él desbordaba su cariño y respeto hacia ella. Recuerdos juveniles. Bromas mutuas. Plena identidad de ideas. La victoria que ella no pudo disfrutar junto a Frank, la disfrutó junto a Fidel.
Cuando exhaló su último aliento tenía 75 años de edad. Imaginarla hoy es representarse a una mujer  fusil en una mano y en la otra una flor. Así fue Gloria Cuadras de la Cruz: Gloria de Santiago de Cuba, Gloria de la mujer cubana. Gloria de la Patria.

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