.Orlando
Guevara Núñez
Este
25 de agosto señaló el aniversario 30 del fallecimiento de una mujer
santiaguera cuya vida dejó huellas indelebles en la historia de la Revolución
cubana: Gloria Cuadras de la Cruz. Símbolo de patriotismo, de valentía, de
fidelidad a las ideas revolucionarias antes y después del triunfo del
1ro. de enero de 1959.
Ya
en 1930 está en la fundación del Directorio Estudiantil de Santiago de
Cuba. Participa en manifestaciones. Es víctima de la represión
policial. En 1933 integra el comité del plantel del Instituto santiaguero que
toma el centro. Forma parte de la comisión depuradora de los elementos
entreguistas. Llama a la lucha por una patria libre. A finales de ese año se
traslada a la capital cubana y es colaboradora del revolucionario
Antonio Guiteras Holmes.
Luego
se integraría a las filas del Partido del Pueblo Cubano, liderado por Eduardo
Chibás, escenario en el que conoció al joven Fidel Castro, junto a quien
figuraba como Delegada a la Asamblea Provincial de Oriente por esa organización
opositora, cuyo lema era Vergüenza contra dinero.
El
asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de
Céspedes, en Bayamo, sirvió de cauce para el ímpetu revolucionario de Gloria.
Desde poco antes, en mayo de 1953, había iniciado un espacio radial en la
emisora CMKR, de la capital oriental. Desde junio de 1955 hasta abril de
1956, fecha en que fue definitivamente clausurado, mantuvo su espacio Cuba
Libre. Verdades que laceraban a la tiranía. Cara a cara, sin miedo a
la censura ni a las represalias.
Ella
misma declararía luego; (…) Hablábamos de Fidel, de sus ideales, de
aquellos muchachos del Moncada y lo hacíamos para toda la provincia, porque
queríamos desmentir los horrores y las mentiras que decían Chaviano, Tabernilla
y Batista''.
Fue
Gloria una de las mujeres santiagueras que inmediatamente después del asalto
del 26 de julio de 1953 se solidarizó con Fidel y sus compañeros. Protagonizó
el rescate y preservación de los cadáveres de los moncadistas asesinados,
evitando que la dictadura los desapareciera. Cuando uno de los sicarios le
preguntó por qué lo hacía, su respuesta fue clara y precisa.” Lo hago en nombre
de todas las madres cubanas”.
Sobre
ese episodio diría la heroína del Moncada, Melba Hernández, en entrevista
concedida a este autor:
“Desde
el primer instante en que empezaron a trasladar los cuerpos de nuestros
compañeros muertos para el cementerio Santa Ifigenia, se ligaron a nosotros.
Ellos cuidaron nuestros gloriosos cadáveres hasta dejarlos depositados en Santa
Ifigenia y siempre nos mandaron mensajes de que estaban bien cuidados y de que
se les ponía flores. Siempre muy cerca de nosotros el pueblo de Santiago de
Cuba y muy especialmente el caso ejemplar de esa luchadora que se llamó Gloria
Cuadras y de su esposo, Amaro Iglesias, un compañero muy querido, a quien cada
vez que voy a Santiago lo visito''.
Cuando
a fines de 1954 fue constituida en Santiago de Cuba la Dirección
Provincial del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, Gloria integró esa
jefatura, como responsable de Propaganda. Y durante el Alzamiento Armado de
Santiago de Cuba, el 30 de noviembre de 1956, allí estaba ella, formando parte
del Estado Mayor de Frank País.
A
partir de esa fecha, la responsabilidad de la propaganda pasó a manos de otra
persona, Enzo Infante Urivazo. Era un trabajo totalmente clandestino. Gloria
seguía en sus funciones públicas, compartidas con la clandestinidad.
Una
carta dirigida en esa ocasión a ella por Frank País, testimonia la confianza y
el respeto del héroe de la lucha clandestina hacia ella:
“En
nuestros hombros, como en los tuyos, pesa la responsabilidad de haber
compartido las esperanzas de nuestros mártires y haber sufrido tantas
privaciones y tristezas por el ideal que siempre ha estado torturándonos el
recuerdo, fijándonos el camino inexorable que hemos de seguir y con ellos
tenemos que cumplir si el destino no se interpone y nos señala también el
martirologio.
Siempre
he tenido mucha fe en ti. Me has inspirado muchas veces y tu ejemplo de lucha y
sacrificio ha tratado de ser mi guía. Y como una vez más, creo que la historia
nos verá juntos, combatiendo por el mismo ideal “(…)
Durante
la lucha contra el tirano Batista, Crea el Frente Cívico de mujeres
cubanas para oponerse a la dictadura y luchar por la libertad y los derechos
ciudadanos
Durante
una de las manifestaciones, en 1954, en protesta por la intervención
norteamericana en Guatemala que provocó el derrocamiento del presidente Jacobo
Arbenz, en acta policial se plasmaba una acusación sobre Gloria Cuadras:
“Arengaba
a la multitud y los conminaba a luchar contra el gobierno de Batista y
por el triunfo de la Revolución, exaltando los ánimos contra los miembros
actuantes, siendo conducida a esta Jefatura después de una tenaz resistencia y
haber llenado de improperio a los actuantes”
Otro
momento en que el valor de Gloria se irguió frente a los esbirros batistianos,
fue a raíz de la muerte de Frank País, el mismo día del entierro. Esa vez
Gloria, tras los atropellos a un grupo de mujeres que protestaban por el crimen,
aprovechando la visita de un diplomático yanqui a la ciudad, quiso entregarle
una nota de denuncia, siendo interceptada por el asesino Salas Cañizares, con
el fin de impedirlo. El esbirro le aprisiona un brazo, pero ella lo esquiva, se
quita un zapato y lo ataca. En su misma cara le grita: “Tú eres un asesino
despreciable, me mataste a Frank, que era como un hijo para mí. Eres una
bestia”. Cuando el militar se repone, la toma por los cabellos y es entonces
cuando Gloria le pega una fuerte mordida en una mano. De nuevo el atropello y
la prisión. Pero más alta la dignidad de la mujer santiaguera.
A
finales de 1958, se incorpora al Ejército Rebelde, en el Segundo Frente Frank
País, el nombre de su querido jefe en la clandestinidad. Allí permaneció hasta
el triunfo de la Revolución a la que le dedicó su vida con la misma pasión y
fidelidad con que ayudó a forjarla.
A
Gloria la recuerdo aún en los debates del Comité provincial del
Partido, en cuya sede dedicó sus últimos años de vida. Palabra firme, combinación
de delicadeza y firmeza. Fue delegada a los dos primeros Congresos del
Partido. Un día presencié un diálogo de ella con el Comandante en Jefe Fidel
Castro, a quien veneraba. Lo trataba de “tú” y él desbordaba su cariño y
respeto hacia ella. Recuerdos juveniles. Bromas mutuas. Plena identidad de
ideas. La victoria que ella no pudo disfrutar junto a Frank, la disfrutó junto
a Fidel.
Cuando
exhaló su último aliento tenía 75 años de edad. Imaginarla hoy es representarse
a una mujer fusil en una mano y en la otra una flor. Así fue Gloria
Cuadras de la Cruz: Gloria de Santiago de Cuba, Gloria de la mujer cubana.
Gloria de la Patria.
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