.Orlando Guevara Núñez
El gobierno de los Estados Unidos acaba de decretar la “muerte” de la política de “pies
secos y pies mojados” y de la admisión provisional para profesionales de la
salud cubanos que prestan servicios en
otros países, medidas denunciadas por
Cuba desde hace varios años.
La Declaración Conjunta de los gobiernos de la República de
Cuba y de los Estados Unidos, la del Gobierno Revolucionario y la del
presidente norteamericano, sobre el tema migratorio, explican las razones y las
decisiones para poner fin a una política absurda que ha costado la vida a
cientos de cubanos, tanto en naufragios como a manos de bandas traficantes de
personas.
Era una política insostenible, por la fragilidad de sus
argumentos. Durante muchos años, miles de cubanos llegaban ilegalmente a los
Estados Unidos. No importaba si eran personas honestas o delincuentes, si
habían robado o cometido crímenes para sus objetivos de llegar a ese país, con
la seguridad de recibir abrigo. Bastaba que fueran cubanos para obtener ese
privilegio, negado a millones de personas de otros países, principalmente de
nuestra área geográfica que hacia allá emigraban.
Mucho se utilizó el falso argumento de la “persecución política” para ser admitido con mayor rapidez en
Estados Unidos, en el caso de los cubanos. Así, en un corto período de tiempo,
un año, derecho a residencia, trabajo y otras ventajas vetadas para unos doce
millones de personas que han llegado a ese país y luchan infructuosamente por
iguales derechos, teniendo en muchos casos, el castigo de la deportación.
“Perseguidos políticos” que en corto plazo regresaban a Cuba
en viajes de plácida estancia, sin que nadie siquiera les preguntase nada por su
salida ilegal, ni les exigiera cuentas sobre el hecho de haberse prestado a la
componenda para hacer aparecer al gobierno de su país como opresor.
Esta decisión ha sido, sin dudas, un paso trascendente,
porque ha eliminado una de las injusticias que entorpecían el camino emprendido para la normalización de
las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. Demostrativo, además, de cómo
pueden continuarse aplicando soluciones que verdaderamente ayudan a las dos
partes, sin menoscabo para su soberanía.
Bienvenidos estos acuerdos sobre el tema migratorio. Y el deseo de que su aplicación no sufra en
ningún momento el azote de vientos que enrarezcan la brisa de paz y sensatez
sobre la cual se transportan. Para que la muerte de una injusticia siga
salvando vidas y evitando sufrimientos a los cubanos que, por diversas razones,
ejercen su derecho de emigrar y lo tienen también de regresar, todo dentro de
los marcos regulares, seguros y
ordenados sustentados por los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario