domingo, 6 de marzo de 2022

Lo que un grupo ambiciona, cae; perdura lo que un pueblo quiere

 


Orlando Guevara Núñez

Con las palabras: el Partido Revolucionario Cubano, es el pueblo cubano, completó Martí esa afirmación. Se estaba refiriendo, precisamente, al partido creado por él para hacer la revolución en su patria y auxiliar a la de Puerto Rico. El pensamiento está  en un artículo en el periódico Patria, el 3 de abril de 1892. 

Comenzando la idea, dice Martí que los cubanos independientes y los puertorriqueños  que se les hermanan, “abominarían de la palabra partido, si significase mero bando o secta, o reducto donde unos criollos se defendiesen de otros: y a la palabra partido se amparan, para decir que se unen en esfuerzo ordenado, con disciplina franca y fin común, los cubanos que han entendido ya que, para vencer a un adversario deshecho, lo único que necesitan es unirse”.

Habla, precisamente, de la unidad. Y de quienes le hacen el juego al enemigo principal, el gobierno colonial español. Por eso afirma que ¡A la mesa del castigador no puede sentarse con honra, sino sin honra, ningún hermano del castigado!

Analiza  los distintos momentos y causas por las que suelen nacer los partidos, desde  lo superficial hasta lo profundo, concluyendo que “ El Partido Revolucionario Cubano, nacido con responsabilidades sumas en los instantes de descomposición  del país, no surgió de la vehemencia pasajera, ni del deseo vociferador e incapaz, ni de la ambición temible; sino del empuje de un pueblo aleccionado, que por el mismo Partido proclama, antes de la república, su redención de los vicios que afean al nacer la vida republicana. Y erraría, de afuera o de adentro, quien lo creyese extinguible o deleznable”

A continuación de esas palabras es que Martí expresa el pensamiento inicialmente señalado.

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