martes, 21 de diciembre de 2021

Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en la concentración celebrada en la Plaza de la Revolución "José Martí", para proclamar a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo, el 22 de diciembre de 1961.

                                                       Fragmentos

 

 


Cuando se dijo que Cuba iba a liquidar el analfabetismo en el solo término de un año, aquello parecía una afirmación temeraria, aquello parecía un imposible. Nuestros enemigos posiblemente se burlaron de aquella promesa, posiblemente se rieron de aquella meta que nuestro pueblo se trazara. Parecía imposible, porque era realmente difícil cumplir en tan breve espacio de tiempo un cometido semejante. ¡Y es verdad! Aquella habría sido una tarea imposible, pero habría sido una tarea imposible para un pueblo que viviera bajo la opresión, habría sido una tarea imposible para cualquier pueblo del mundo, excepto que esa tarea se la hubiese planteado un pueblo en revolución (Aplausos). Solo un pueblo en revolución habría sido capaz de desplegar el esfuerzo y la energía necesarios para llevar adelante tan gigantesco propósito.

No pensamos que Cuba habría sido el único pueblo del mundo capaz. ¡No! Por muy alto y elevado concepto que todos tenemos de nuestro pueblo, para nosotros todos los pueblos de cualquier rincón del mundo son, antes que nada, pueblo; y pueblo quiere decir energía, pueblo quiere decir valor, pueblo quiere decir espíritu de lucha, pueblo quiere decir inteligencia, pueblo quiere decir historia (Aplausos).

Por eso nosotros creemos, y el mérito más grande que tienen los éxitos del pueblo cuando es que viene a demostrar, precisamente, que cualquier pueblo del mundo cuando rompe las cadenas que lo atan a la esclavitud, cuando rompe las cadenas que lo atan a la explotación, cuando rompe las cadenas que lo atan al coloniaje, al vasallaje, a la dependencia y al imperialismo, es capaz de realizar las más inconcebibles proezas.

Y ese es el gran mérito de nuestro pueblo en América, el haber demostrado que un pueblo que vivió siglos de opresión, de coloniaje, primero español, imperialista después, un pueblo que vivió siglos de ignorancia y de explotación, un pueblo pequeño a 90 millas solamente de la metrópoli imperial más reaccionaria y más poderosa del mundo como potencia imperialista, no como potencia mundial (Aplausos)... A 90 millas, sí, a 90 millas de la más poderosa metrópoli imperial del mundo contemporáneo, porque lo que para ellos es pánico, para ellos resulta sorpresivo, lo que para ellos resulta inadmisible, para nosotros resulta mayor gloria, para nosotros resulta mayor satisfacción, para nosotros significa mayor decisión; significa que precisamente por estar a 90 millas de esa metrópoli imperial, haremos todo lo que sea necesario para hacer a la Revolución más fuerte, para hacer a la Revolución más invencible (Aplausos). Y para que en la historia de la humanidad conste definitivamente que sí, que a 90 millas del monstruo imperialista, a 90 millas de la metrópoli imperial, por mucho que les duela, por mucho que les desagrade, a 90 millas se realizó la primera Revolución Socialista del continente americano (Aplausos). La primera Revolución Socialista, que no podrán aplastar, que no podrán vencer, que no podrán doblegar, que no podrán rendir.

 

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