jueves, 18 de marzo de 2021

El hombre no ha de descansar hasta que no entienda todo lo que ve


 

.Orlando Guevara Núñez

 


No hay página de La Edad de Oro, revista escrita por José Martí para los niños de América, que no encierre una enseñanza. Y en uno de esos escritos, titulado Historia de la cuchara y el tenedor, está plasmada ésta, con valor para todas las edades.

“Porque la verdad es que da vergüenza  ver algo y no entenderlo”, escribe.  Les dice a los pequeños que la vida no es difícil de entender y que cuando uno sabe para lo que sirve todo lo que da la tierra y lo que han hecho los hombres en el mundo, se sienten deseos de hacer más que ellos, y eso es vida.

Por el contrario, juzga que “los que se están con los brazos cruzados, sin pensar y sin trabajar, viviendo de lo que otros trabajan, ésos comen y beben como los demás hombres, pero en la verdad de la verdad, ésos no están vivos”.

Con una sensibilidad muy grande, explica Martí  la diferencia entre la mujer y el hombre en el proceso de fabricación de la cuchara y del tenedor. Ellas, en tareas menos duras; ellos, en las más fuertes.

 “Nosotros, los hombres, somos como el león del mundo y como el caballo de pelear, que no está contento, ni se pone hermoso, sino cuando huele batalla, y oye ruido de sables y cañones”  “La mujer no es como nosotros, sino como una flor, y hay que tratarla así, con mucho cuidado y cariño, porque si la tratan mal, se muere pronto, lo mismo que las flores”.

¡Magnífica lección para la educación, desde la niñez!

 

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