jueves, 23 de julio de 2020

Santiago de Cuba 505 años. Marta Rojas Rodríguez: “La población comenzaba a tomar partido en la causa que se examinaba”





 .Orlando Guevara Núñez



Marta Rojas es la periodista, asistente al juicio por los hechos del 26 de Julio de 1953, que más ha escrito sobre ese proceso, calificado por muchos como el más trascendente de la historia cubana.  Santiaguera de nacimiento, reside ahora en La Habana. En su libro El juicio del Moncada, Marta   se refiere a la actitud de la población de esta ciudad en aquellos dramáticos momentos.
“La población de Santiago de Cuba, que habría de convertirse en la más heroica durante la etapa de la guerra revolucionaria, fue enterándose por referencias de testigos presenciales por el juicio del Moncada, que los acusadores habían devenido acusados” (…)
“Los métodos brutales del régimen de facto, el cual degeneró en sangrienta tiranía, habían sido sufridos en Santiago, como consecuencia de las represalias por los sucesos del Moncada, antes que en ninguna otra población de Cuba; así que no era difícil imaginarse lo que iba a ocurrir después que los culpables se supieran descubiertos”.
“A partir del 21 de septiembre, en que se inició el gran juicio, empezó a conocerse la verdad de lo ocurrido la mañana de la Santa Ana en la capital oriental, y, al día siguiente de la segunda vista del proceso judicial, la población comenzó a tomar partido en la causa que se examinaba (…)
“La amenaza de muerte que acechaba a Fidel era evidente y los presos


comunes se habían encargado de trasmitir tal sospecha, muy fundada, a  aquella pléyade de revolucionarios. La vida de Fidel había que defenderla a toda costa, aun  a riesgo de la integridad física de cada uno de ellos. Los mensajes, advirtiendo el complot, habían llegado a tiempo a conocimiento de Fidel”
“La solidaridad del pueblo con los combatientes pudo ser experimentada por ellos desde el mismo día 26 de julio, cuando después de la acción, muchos de los asaltantes encontraron refugio entre los vecinos de Santiago de Cuba y de Bayamo; y aun antes, durante el fragor del combate, entre el personal de enfermería y servicios del hospital civil Saturnino Lora”.(…)
“Por otra parte, algunas familias santiagueras se solidarizaron de tal forma con los combatientes, que les hacían  llegar a éstos alimentos y medicinas a la cárcel.(…)

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