domingo, 3 de marzo de 2019

Estados Unidos, su única barrera de contención: la razón y la dignidad de los pueblos




.Orlando Guevara Núñez
El gobierno norteamericano sigue amenazando al hermano pueblo de Venezuela. Su  prepotencia no tiene límites, ni tampoco la ética y el respeto a las normas internacionales sobre la independencia y autodeterminación de las naciones.
Con el mayor cinismo, proclama que defenderá al impostor, al fracasado payaso que se auto tituló presidente venezolano. Está claro que ese guión fue elaborado en Estados Unidos, encargado de completar el elenco del circo con pésimos actuantes, con la triste misión de repetir lo que les escribieron, desde su camerino de Lima.  
Para la insolencia yanqui parece no existir fronteras. Ni siquiera la falta de apoyo en la OEA, ni en el Consejo de Seguridad de la ONU, ha  aplacado el propósito  de aplastar a la Revolución bolivariana. Después del fracaso en la frontera con Colombia, se buscan otros pretextos y apoyo para la anunciada posibilidad de la invasión.
La historia ha demostrado que este tipo de agresores, solo aprende a fuerza de golpes, y cuando los reveses les resultan demasiado costosos. Venezuela es un pueblo pacífico, que desea trabajar en paz, pero está dispuesto a defenderse. Y lo haría, trayendo a la realidad una definición martiana sobre el destino de los agresores frente a los pueblos de América:
“El tigre espera, detrás de cada árbol, acurrucado en cada esquina. Morirá, con las zarpas al aire, echando llamas por los ojos”.
Sería un hecho doloroso que la única barrera de contención sea esa. Pero si fuese así, sería una barrera infranqueable. Valdría la pena que a todas las opciones planteadas por el presidente norteamericano, se sume la de respetar a Venezuela. Y que los gobernantes yanquis entiendan que su prepotencia y arbitrariedad, no podrán nunca  doblegar la razón y la dignidad de los pueblos.

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