martes, 7 de noviembre de 2017

La Nikki se graduó de ignorante





. Orlando Guevara Núñez

Cuando   Nikky Haley, en su condición de embajadora de los Estados Unidos en la ONU, tomó la  palabra en la sesión de ese organismo para explicar lo inexplicable: el voto de su gobierno en contra del proyecto de Resolución  cubano que condena el bloqueo económico, comercial y financiero a nuestro país, su intervención fue algo así como una tesis para graduarse de ignorante. Y obtuvo la máxima calificación.
Sus palabras fueron una mezcla de desconocimiento sobre la historia, de mentiras, de falta de ética y de irrespeto a todos los países representados en el máximo organismo internacional.
No tendría la Nikki que venir a Cuba para conocer las verdades sobre la esencia del criminal bloqueo de su país al nuestro. Allí, en los Estados Unidos existen documentos desclasificados, hace rato, que podrían ilustrarla. O al menos ayudarla para no aparecer antes los ojos del mundo, con la ridiculez que lo hizo.
Allí, en un documento desclasificado desde 1991,  puede corroborar la denuncia  de nuestro canciller, Bruno Rodríguez Parrilla, sobre el carácter genocida del bloqueo a Cuba, expresado en abril de 1960: “El único medio previsible para enajenar el apoyo interno es a través del desencanto y el desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades económicas” “Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba”.  “Una línea de acción que tuviera el mayor impacto es negarle dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”
La Nikki  podría obtener con facilidad  los resultados de la reunión del Consejo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos, celebrada el 17 de marzo de 1960, donde fueron aprobados dos documentos tan injerencistas como contrarrevolucionarios: El Programa de acción  encubierta contra Castro, que incluía medidas propagandísticas, militares y la creación de una oposición  interna en Cuba;  y el Programa de presiones económicas contra el régimen de Castro, donde se pretendía buscar un apoyo interno a las fuerzas que ya en el exterior se alistaban para propinar un golpe mortal a la Revolución.
Otra fuente, a su disposición, pudiera ser la reunión del Departamento de Estado de su país, celebrada el 27 de junio de 1960, donde fueron debatidas y acordadas varias medidas que consideraron necesarias para destruir a la Revolución cubana.
Los resultados de esos acuerdos están  ahí. Reducción de la cuota azucarera en 700 000 toneladas, cierre de las operaciones de la planta de concentrado de níquel, de Nicaro; recomendación a los norteamericanos  de no visitar a Cuba; presiones a bancos norteamericanos  privados para impedir créditos a nuestro país; prohibición de exportaciones norteamericanas a Cuba, junto a presiones a otros países para sumarse al bloqueo;
Junto a estas y otras medidas económicas, se produjeron  sabotajes, apoyo a la contrarrevolución  interna, intentos de aislar a Cuba con la complicidad de la OEA y otras muchas medidas con el mismo fin: destruir el proceso revolucionario cubano.
Todos esos proyectos desembocaron en la invasión  de Playa Girón, integradas por unos  1 500 mercenarios reclutados, entrenados, armados y financiados por el gobierno de los Estados Unidos y su Agencia Central de Inteligencia. Y acompañada por tantas mentiras como mercenarios.
Al parecer,  la Nikki lo único que heredó de aquella derrota de su gobierno fueron las mentiras.
Pero fracasada la invasión surgieron nuevos planes agresivos. El esfuerzo  se concretó en la llamada Operación Mangosta, aprobada por el presidente Kennedy el 30 de noviembre de 1961, con  el mismo fin: asesinar a la Revolución cubana.
Esos documentos pueden  ser estudiados por la Nikki para mitigar en algo su ignorancia. Allí pueden verse, con toda claridad, las verdaderas intenciones del gobierno norteamericano contra Cuba.
Allí están detalladas las 32 medidas. Económicas (13),  de inteligencia (4), políticas (6),  psicológicas (4) y militares (5).
En esa época, el pueblo cubano enfrentó con dignidad el más brutal acoso del imperio agresor norteamericano.
El 3 de enero de 1961, Estados Unidos había roto unilateralmente sus relaciones con Cuba;  el 17 de abril, se había producido la invasión de Playa Girón; el  3 de febrero de 1962, se había oficializado el bloqueo a Cuba; en agosto de ese año, Cuba había sido expulsada de la OEA.  En nuestro país llegaron a operar 299 bandas de alzados con más de 4 000 integrantes, armados y dirigidos por la CIA, quienes cometieron diversos crímenes contra campesino, obreros, maestros y la población civil, hasta ser exterminadas por el pueblo uniformado.
Fue aquella la ocasión en que el gobierno yanqui llegó a elaborar un  cronograma para el fin de la Revolución  en  octubre de 1962.
Solo entre 1961  y 1963, el gobierno norteamericano , a través de la CIA, ejecutó en Cuba  5 760 acciones terroristas, entre éstas 716 contra instalaciones industriales. Secuestros de naves aéreas y marítimas, quema de cañaverales, infiltraciones de grupos armados y de sabotaje.
Esa es la historia, ignorada por la Nikki, que ha costado al pueblo cubano la vida de 3 478 de sus hijos, más miles de heridos, entre ellos 2 099 con discapacidad  permanente.
Con lo que no contaron nunca los planes yanquis contra Cuba, fue con la grandeza de un jefe como Fidel, la misma grandeza de su pueblo y la capacidad  de ambos  para resistir y vencer.
Tengo a manos un libro titulado Bloqueo, el asedio económico más prolongado de la historia, del autor Andrés Zaldívar Diéguez, publicado en La Habana, en 2004. Confieso que si pudiera, se lo obsequiaría a la Nikki, como contribución a alfabetizarla en  el tema histórico sobre las agresiones de su país y el nuestro.

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