viernes, 16 de junio de 2017

Medidas de Trump contra Cuba bloquean a su propio pueblo



.Orlando Guevara Núñez
El presidente de los Estados Unidos con sus recién anunciadas medidas contra Cuba, está bloqueando a su propio pueblo. No ha tenido en cuenta que el 65 por ciento de los norteamericanos encuestados hace pocas horas se han pronunciado contra el retroceso en las relaciones iniciadas por el presidente Obama, luego de reconocer el fracaso del bloqueo. Basta que dos tipejos, como Díaz Balart y Marco Rubio le hayan adulado – y tal vez chantajeado- para desdeñar los sentimientos mayoritarios de los norteamericanos.
Resulta que ahora Trump limita de nuevo la visita de los norteamericanos a Cuba. Y los que vengan tendrán que rendirle cuenta al gobierno de cada paso y acción en nuestro país, lo cual no es nuevo. Recuerdo a un conocido que venía bajo esos requisitos. Estaba autorizado solo a visitar iglesias. Y de regreso, hasta un hago constar buscó, falso desde luego, emitido por una de esas instituciones la cual reconoció el fraude bajo la justificación del socorro piadoso a una persona cuyo único fin era ver a su familia.
Dijo el presidente que restringirá el turismo hacia nuestro país. Bueno, ya vendrán otros, de otros países. Si eso no es un bloqueo al pueblo de los Estados Unidos, que venga Lucifer y me lo discuta. Restricción para sus comerciantes que, según datos publicados, perderán más de  seis mil millones de dólares, al tiempo que se perderán unos doce mil empleos. Pero ninguna de esas dos cosas les interesan al mandatario yanqui, ni a la pandilla que lo asesora respecto a Cuba.
Cosa ridícula, que los norteamericanos sean castigados por su gobierno a no visitar a Cuba, y les prohíba  consumir su famoso ron, fumar sus inigualables tabacos y saborear su aromático café, además de gozar sus playas y tener contacto abierto con un pueblo que, tras más de medio siglo de bloqueado, ha aprendido a no odiarlos, identificando a los gobernantes como los únicos culpables de tales aberraciones.
Si alguien conoce en el mundo otro pueblo cuyo gobierno le imponga esas absurdas restricciones, valdría la pena señalarlo.
A eso noble pueblo no solo lo respetamos los cubanos, sino que en este momento, lo compadecemos por haber sentado en el poder a un irracional, creyente de que el mundo es una empresa, precisamente de las suyas. Los cubanos seguiremos luchando contra el criminal bloqueo. Y sin dudas, el propio pueblo estadounidense arreciará su lucha por el mismo objetivo.
Cuando escribo estas líneas, no tengo a manos la versión total del discurso de Trump. Por eso me refiero solo a una parte de los muchos disparates seguramente rumiados.

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