domingo, 11 de junio de 2017

El Che y Máximo Gómez, cubanos por nacimiento




. Orlando Guevara Núñez
Hay hechos históricos que entrelazan  la vida de los hombres entre sí, o de ellos con los pueblos. Este es el caso de Ernesto Guevara de la Serna, El Che, con Cuba.
El Che nació en Rosario, Argentina, el 14 de junio de 1928, igual día que en 1845 nació en Santiago de Cuba el  Lugarteniente General del Ejército Libertador Cubano, Antonio Maceo Grajales.
Si en  1895 la invasión de Oriente hacia Occidente, que  derrotó al poder colonial en Cuba, fue conducida por un cubano y un extranjero, Antonio Maceo y Máximo Gómez, la invasión rebelde de Oriente hacia Occidente, que culminó con la derrota de la dictadura de Fulgencio Batista, estuvo también bajo la jefatura de un cubano y un extranjero: Camilo Cienfuegos Gorriarán y Ernesto Guevara de la Serna.
El 7 de febrero de 1959, el Che fue declarado  ciudadano cubano por nacimiento, condición que solo había sido otorgada al Generalísimo  Máximo Gómez Báez, nacido en Baní, República Dominicana, en 1836. Véase  que los únicos dos extranjeros declarados cubanos por nacimiento fueron los héroes de esas epopeyas gloriosas de nuestro pueblo.
El  amor por la tierra cubana, tanto en Máximo Gómez como en el Che, fue sincero, profundo, sin  exigir condiciones.
Así lo expresaría Gómez, terminada la contienda contra España, cuando la victoria cubana fue escamoteada por la intervención  norteamericana:
"...Extranjero como soy, no he venido a servir a este pueblo, ayudándole a defender su causa de justicia, como un soldado mercenario; y por eso desde que el poder opresor abandonó esta tierra y dejó libre al cubano, volví la espada a la vaina, creyendo desde entonces terminada la misión que voluntariamente me impuse. Nada se me debe y me retiro contento y satisfecho de haber hecho cuanto he podido en beneficio de mis hermanos. Prometo a los cubanos que, donde quiera que plante mi tienda, siempre podrían contar con un amigo."
«Dominicano de nacimiento, pero dominicano y cubano de corazón». Fue la autodefinición del héroe de la independencia cubana.
Al partir hacia otras  tierras del mundo, el Che, en carta de despedida al Comandante en Jefe Fidel Castro, el Che dejaba constancia de su amor por Cuba.
“Hago formal renuncia de mis cargos en la dirección del Partido, de mi puesto de ministro, de mi grado de comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos.
Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor; aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos… y dejo un pueblo que me admitió como su hijo: eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo dondequiera que esté; esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura”.
“Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento, será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo y que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano y como tal actuaré”. (…)
El Che pasó a ser parte de la historia cubana y más allá. Cubano por nacimiento, condición, más que otorgada, ganada en los campos de batalla primero y como constructor de una sociedad  nueva después. El Che y Gómez, nacidos en otras tierras de nuestra América, están hermanados en la historia gloriosa del pueblo cubano.

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