.Orlando Guevara Núñez
Los cubanos, frente a las
mentiras imperiales que precedieron al desembarco mercenario de Playa
Girón, creímos siempre no en lo que nos
decía la propaganda enemiga, sino en lo que veíamos, en lo que nos daba la
Revolución, entre otras muchas cosas la oportunidad de redimirnos por nosotros
mismos, de construir nuestra propia felicidad.
Para nosotros, la palabra socialismo dejó de ser un enigma el 16
de abril de 1961, cuando Fidel afirmó que esta era la revolución patriótica,
democrática y socialista de los humildes, por los humildes y para los humildes.
Y no solo aceptamos esa idea, sino que estuvimos dispuestos a defenderla en
todo el país como lo hicieron los valerosos combatientes de Playa Girón.
Después de derrotada en menos
de 72 horas la invasión mercenaria, los cubanos conocimos quiénes eran los que
venían a “salvarnos”. Los “héroes” fabricados por la Agencia Central de
Inteligencia y el gobierno de los Estados Unidos, estaban hechos en moldes del
crimen, de la explotación y otros componentes similares a los de sus
fabricantes.
He aquí algunos de esos
“libertadores” de procedencia cubana. Juzgue el lector.
Se enrolaron en la invasión
194 ex militares y esbirros que habían formado parte de la tiranía batistiana.
Muchos de ellos con numerosos crímenes contra los cuales los habían protegido
las autoridades norteamericanas.
Vinieron l00 latifundistas,
112 grandes comerciantes y 35 magnates industriales, con el propósito no de
liberar a los cubanos, sino de arrebatarles las propiedades que les había
devuelto la Revolución. Venían a quitarles la tierra a los campesinos, a
explotar a los obreros, a sumir de nuevo
a los cubanos en la miseria y la explotación.
Entre los libertadores
formaron parte de la invasión mercenaria 67 casatenientes, 24 grandes
propietarios, 179 personas acomodadas económicamente. Y un elemento que no
podía faltar, los lumpens, 112, que no trabajaban, y pretendían volver a vivir
en Cuba a costa del sudor del pueblo.
Esos, con el pleno respaldo
de otros que en Estados Unidos quedaron sin atreverse a venir en la invasión,
fueron nuestros frustrados “libertadores”. Por la parte cubana, pelearon
obreros, campesinos y estudiantes integrados a las Milicias Nacionales
Revolucionarias, combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, del
Ministerio del Interior y de la Policía Nacional Revolucionaria. Peleó el
pueblo uniformado.
Cuba derrotó esa invasión en
menos de 72 horas, a un costo de 157 muertos y más de 300 heridos. Los
mercenarios tuvieron unos 89 muertos y 1 197 prisioneros. La jefatura de los
mercenarios huyó sin combatir.
Después de la victoria cubana
en Playa Girón, mucho se ha escrito sobre ese hecho glorioso para Cuba y
vergonzoso para los Estados Unidos.
La rápida derrota de los
mercenarios, impidió la proyectada creación de un gobierno provisional que
daría paso a la intervención norteamericana en Cuba. El imperio norteamericano
sufrió su primera gran derrota militar en este continente y, a partir de
entonces, el pueblo cubano fue más respetado, al tiempo que los pueblos
hermanos de Latinoamérica, al decir de Fidel, fueron un poco más libres.
Playa Girón, desde entonces,
trascendió las fronteras cubanas para insertarse en la historia de los pueblos
de nuestro Continente y más allá, como síbolo de un pueblo que asumió en esa
epopeya las palabras pronunciadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro ante
el Tribunal que los juzga por los hechos del 26 de Julio de 1953: “Nacimos en
un país libre que nos legaron nuestros padres y primero se hundirá la Isla en
el mar antes que consintamos en ser esclavos de nadie”.
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