jueves, 17 de junio de 2021

Vilma, en el sitial más alto de nuestra historia


.Orlando Guevara Núñez

  

 


Este 18 de junio se cumplen 14  años de la desaparición física de Vilma Espín Guillois. La efeméride justifica simbolizar hoy el recuerdo siempre presente en los santiagueros sobre esta heroína de la clandestinidad y de la lucha guerrillera. Vilma no pertenece al pasado de evocaciones, sino a la actualidad del quehacer incesante. En el Santiago de Cuba que la vio nacer y crecer, que cultivó su inteligencia estudiantil y su sensibilidad humana, que fue escenario de su patriotismo y rebeldía, es difícil hablar sobre ella si no se hace en presente.

Las actuales generaciones tienen en esta ciudad, una magnífica instalación donde conocer en toda su dimensión política y revolucionaria la figura de Vilma. El Memorial que lleva su nombre, en la casa donde vivió, más que un altar a su memoria, es savia de sensibilidad, donde la dulzura se mezcla con el heroísmo para forjar una figura de huellas imborrables. Más que museo, es un surtidor de vida.

Y en su tumba, junto al Mausoleo a los héroes caídos durante la guerra en el II Frente Oriental Frank País, los cantos de cuna a sus hijos se entretejen con los himnos que convocan cada día a las nuevas hazañas.

Allí, sus restos reposan en el interior de una roca que simboliza la fortaleza de la Revolución, de nuestros combatientes y de la ideología de nuestro pueblo. Palmas reales, como eternas centinelas parecen cantarle mientras ella duerme. Flores que simbolizan ternura, se disputan la ofrenda de su perfume.

Un día conmemorativo de su natalicio, pude observar a varios jóvenes y niños desfilar junto a su lecho eterno. Una flor en la mano, una lágrima, un gesto de reverencia y un silencio absoluto. Me imaginé a Vilma satisfecha y emocionada.

Hoy, el homenaje será sentido como siempre. Un día escuché decir al maestro Frank Fernández, que Vilma no temía a la muerte, porque la veía no como el fin trágico conque otros la vemos. Pienso que, en realidad, para ella la muerte no ha sido un final trágico. Ha sido un simple tránsito ascendente hacia el sitial más alto de nuestra historia.

 

 

 

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