martes, 23 de febrero de 2021

No olvidamos el ¡Patria o Muerte! de Playa Girón

Orlando Guevara Núñez

Cuando el 17 de abril de 1961, se  produjo la invasión mercenaria por Playa Girón, organizada, armada, financiada y dirigida por el gobierno imperialista de los Estados Unidos, topó con los primeros milicianos cubanos y los instó  a rendirse, recibió una sola respuesta: ¡Patria o Muerte!

Si alguien no conoce aún el poderío de aquella criminal agresión que pretendía destruir a la Revolución, he aquí algunos datos, contenidos en la  Demanda del Pueblo de Cuba al Gobierno de los Estados Unidos por daños humanos, el 31 de mayo de 1999:

“Unidades de la Marina de Guerra norteamericana, entre ellas un portaaviones (el Essex, con 40 aviones de combate y un batallón de Infantería de Marina a bordo), un portahelicópteros, cinco destructores y un buque de desembarco tipo LSD, entre otras unidades navales, vinieron escoltando a las embarcaciones en que se transportaban las fuerzas mercenarias y se mantuvieron durante toda la batalla a pocas millas de la zona de operaciones”.

La brigada mercenaria contaba con abundantes equipos y armamentos. Disponía de 5 barcos de transporte artillados, 2 unidades de guerra tipo LCI modificadas y artilladas, 3 barcazas de desembarco tipo LCV para transporte de equipos pesados y 4 barcazas de desembarco tipo LCVP para transporte de personal. Para las operaciones aéreas, los mercenarios fueron apoyados por 16 aviones de combate del tipo B-26, 6 aviones de transporte del tipo C-46 y 8 del tipo C-54, y 2 aparatos anfibios tipo Catalina. Contaban con 5 tanques Sherman del tipo M-41, con cañones de 76 milímetros, y 10 carros blindados y artillados con ametralladoras 50; 75 bazucas, 60 morteros de diversos calibres y 21 cañones sin retroceso de 75 y 57 milímetros; 44 ametralladoras calibre 50 y 39 calibre 30 entre pesadas y ligeras; 8 lanzallamas; 22 mil granadas de mano; 108 fusiles automáticos Browning; 470 subametralladoras M-3; 635 fusiles Garand y carabinas M-1, 465 pistolas y otras armas ligeras”

Añádase a ese poderío, la intención de una invasión directa del Ejército yanqui.  Pero el ¡Patria o Muerte! que recibió esa mañana el enemigo, se convirtió pronto en decisión de todo el pueblo. Y el intento mercenario no llegó a las 72 horas de vida.

Podríamos hoy plantear la siguiente interrogante. Si más de un millar de mercenarios, con ese armamento, fueron doblegados por el pueblo, ¿cuánto podrían durar, los  insignificantes vende patria y mercenarios de hoy si emprendieran más acciones provocadoras contra  Cuba? Esa pregunta, desde luego, es para ellos.

Los revolucionarios cubanos no tenemos duda de cuáles serían los resultados.

 

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