miércoles, 25 de febrero de 2015

El mérito no es otro que haber cumplido con nuestro deber




Intervención de Gerardo Hernández Nordelo, en el acto por el aniversario 120 del reinicio de la Guerra de Independencia y de condecoración a los Cinco Héroes, en el Palacio de Convenciones, el 24 de febrero del 2015, “Año 57 de la Revolución”
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Foto: Jorge Luis González
(Versiones Taquigráficas-Con­se­­jo de Estado)

Querido compañero General de Ejército Raúl Castro Ruz, Pre­si­den­te de los Consejos de Estado y de Ministros;
Compañeras y compañeros:
Honrar a las cubanas y cubanos que un día como hoy, hace 120 años, decidieron retomar las ar­mas para luchar por la independencia de la patria, es la mejor manera de recibir el Título Ho­norífico de “Héroe de la República de Cuba” que generosamente se nos otorga a cinco cubanos de estos tiempos cuyo mérito no es otro que haber cumplido con nuestro deber.
José Martí, alma de aquel levantamiento nacional del 24 de febrero de 1895, sentenció que la capacidad para ser héroe se mide por el respeto que se tributa a quienes lo han sido.  Por ello, en un día como hoy, nuestro primer pensamiento es de gratitud y fidelidad hacia todos los que a lo largo de la historia, con su sacrificio, han hecho posible que vivamos en una Cuba socialista, revolucionaria y victoriosa, conscientes de que corresponde a nuestra generación, y a las que nos siguen, defender la continuidad de esta obra, los sueños y los ideales de nuestros libertadores.
El primer pensamiento de Los Cinco en este día  ha de ser para un hombre cuyo liderazgo y visión estratégica fueron decisivos en la batalla que condujo a nuestra liberación, y quien con su ejemplo nos inculcó siempre el espíritu de lu­cha, resistencia y sacrificio. Un hom­­­bre que nos enseñó que la palabra rendición no existe en el diccionario de un revolucionario, y que des­de muy temprano aseguró a todos los cubanos que Los Cinco regresaríamos a la patria. Coman­dante en Jefe:  esta condecoración que hoy con orgullo recibimos, es también suya (Aplau­sos).
A nuestro General de Ejército Raúl Castro, quien no descansó hasta cumplir lo que Fidel había prometido, y a las compañeras y compañeros que como él llevan ya en sus pechos esta honrosa estrella, y fueron siempre un ejemplo para Los Cinco, les decimos que esta condecoración es también de ustedes (Aplausos).
Al pueblo cubano que hizo suya la causa de Los Cinco, y que aún hoy no deja de alentarnos con sus muestras de apoyo y de cariño; a la dirección del Partido y del Go­bierno de nuestro país; a las organizaciones de masas, ins­tituciones, abogados, religiosos, personalidades y gobiernos de otros países que se solidarizaron con nuestra causa: esta condecoración es también de ustedes (Aplau­sos).
Agradecemos también a los hermanos de todo el mundo que lu­charon codo a codo durante más de 16 años de batallas legales y políticas, y les decimos que esta condecoración es también de to­dos ustedes (Aplausos).
A nuestros familiares, que lu­charon, sufrieron y resistieron con firmeza durante tantos años, y a todas las personas que merecieron ver este día, y que ya no están en­tre nosotros: esta condecoración es también de ustedes (Aplau­sos).
A los héroes y heroínas sin rostros que nunca podrán recibir un homenaje público como este, pero que dedicaron, dedican, o dedicarán mañana sus vidas a la defensa de la patria desde anónimas trincheras: sepan, dondequiera que estén, que esta condecoración es también de ustedes (Aplausos).
Este honor que recibimos hoy, es a la vez un reto que nos exige es­tar a la altura de los nuevos desa­fíos que enfrenta la Revolución.  No pocas veces, desde nuestro re­greso, se nos han acercado compatriotas para expresarnos que les hu­biera gustado tener la oportunidad que tuvimos Los Cinco de proteger a nuestro pueblo de agresiones. A ellos y a todos los patriotas cubanos, les decimos que nues­tra misión no ha terminado, y que pueden sumarse.
La actualización de nuestro mo­delo económico en aras de lograr un socialismo más eficiente, próspero y sustentable, así como el pro­ceso de restablecimiento de relaciones con los Estados Unidos, conforman una coyuntura de cam­­bios que demanda de todos no­sotros actuar con inteligencia, pro­fe­sio­na­lismo, compromiso y firmeza, para identificar y enfrentar los nuevos retos y nuevos peligros que se avecinan. Hay y habrá muchas maneras de defender a Cuba, y Cuba necesitará siempre de hijos leales que velen por ella. Es por eso que nos alienta saber que en el seno de este pueblo revolucionario hay muchos “Cinco” dispuestos a sa­cri­ficarlo todo por su patria.
Junto a Ramón, René, Fernando y Antonio, recibimos con orgullo y gratitud este alto honor que la pa­tria nos confiere. Cuente la pa­tria con estos cinco soldados que hoy, ante todo nuestro pueblo, reafirmamos el compromiso de servirle has­ta el último de nuestros días, y de ser siempre fieles a las ideas de Mar­tí, del Che, de Fidel, y de Raúl.

¡Muchas gracias! (Aplausos.)

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