martes, 24 de febrero de 2015

Un sencillo homenaje a José Martí



.Orlando Guevara Núñez

Esta mañana, 24 de febrero, asistí a un singular homenaje a Martí. Una algarabía infantil  frente al  edificio donde vivo, llamó la atención de los vecinos. Era una visita de niños de prescolar, del Círculo Infantil  Alegre Amanecer. Nos saludaron con canciones y lemas patrióticos. Y se estableció un diálogo informal.
Alguien les preguntó por qué andaban vestidos de forma tan bonita (uniforme de banda de música)  y la respuesta fue rauda, casi en coro: Porque hoy es 24 de febrero.  ¿Y qué pasó el 24 de febrero?  Que los mambises su fueron para la guerra. ¿Quiénes fueron esos mambises?
Martí, Maceo, incluyen a Carlos Manuel de Céspedes.
Otras preguntas donde demostraron saber donde está sepultado José Martí, donde cayó Antonio Maceo y donde reposan sus restos, quien fue Mariana Grajales y, por  vivir  aquí, saben que son santiagueros.
A esa edad,  tales respuestas  impresionan. Pero hubo una pregunta respondida  de forma  más ilustrativa sobre la inteligencia de los pequeños visitantes. Más que una interrogación, fue una invitación: Levanten  las manos los que sean disciplinados. Del grupo de unos 30, alrededor de la mitad alzó sus manos.
Una asistente del Círculo, trata de explicar que a lo mejor ellos no habían entendido bien el concepto de disciplinados. La pregunta se repite, agregando, a la palabra disciplinados, los que se portan bien.
De nuevo la misma cantidad  de manos levantadas. Entonces, la afirmación de otra asistente: han dicho la verdad, no los están engañando. Si todos fueran disciplinados y se portaran  bien, yo no estuviera ronca.
Al final, otra pregunta, en este caso a quienes no levantaron la mano. ¿Y es muy difícil ser disciplinado? , fue la respuesta inmediata de uno. Se pasaba a otro tema cuando hubo un reclamo: ¡A mí no me han preguntado! Interrogante repetida y la misma respuesta afirmativa: es difícil ser disciplinado. 
Más que reproche por  no ser disciplinados, vale el reconocimiento por ser honestos, el camino más seguro para la forja de disciplina.
El encuentro llega a su final. Fue un sencillo homenaje a José Martí, confirmación de su pensamiento: Los niños son la esperanza del mundo.
Suenan los tambores de la banda, se esparce el rítmico sonido, vuelve la algarabía infantil, se sienten eufóricos por sus coloridos trajes, las manos se agitan en señal de despedida, no sin antes extender una invitación a los vecinos para visitarlos el próximo 10 de abril, aniversario de los Círculos Infantiles. Viven en el Centro Urbano José Martí.  L a visita de ellos, será correspondida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario