lunes, 5 de octubre de 2020

El crimen de Barbados: ¡la injusticia sigue temblando!

 


.Orlando Guevara Núñez

En mi memoria permanece con nitidez  aquel día de octubre de 1976. Estaba, junto a miles de cubanos, en la hermana República Popular de Angola. Fuimos convocados por la Jefatura para recibir una información. Y la sorpresa fue cuando comenzamos a escuchar una grabación con la voz de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro.

Las primeras palabras nos llenaron de dolor e indignación. Comenzamos a conocer y entender la terrible verdad, el crimen horrendo.

Familiares de los cubanos asesinados el 6 de octubre;

Compatriotas:

Conmovidos, luctuosos, indignados, nos reunimos hoy en esta histórica Plaza para despedir, aunque solo sea casi simbólicamente, los restos de nuestros hermanos asesinados en el brutal acto de terrorismo perpetrado contra un avión civil en pleno vuelo con 73 personas a bordo, de ellas 57 cubanos. La mayor parte de los restos yacen en las profundidades abismales del océano, sin que la tragedia haya dejado a los familiares allegados ni aun el consuelo de sus cadáveres. Solo los restos mortales de ocho cubanos han podido ser recuperados. Ellos se convierten así en símbolo de todos los caídos, el único resto material al que daremos sepultura en nuestra tierra de quienes fueron 57 saludables, vigorosos, entusiastas, abnegados y jóvenes compatriotas nuestros. Su edad promedio apenas rebasaba los 30 años aunque sus vidas eran ya, sin embargo, inmensamente ricas en su aporte al trabajo, al estudio, al deporte, al afecto de sus familiares allegados y a la Revolución.

El silencio era absoluto. La gravedad del hecho nos hería en lo más profundo. Y a ello se juntaba el pesar por no estar  junto a nuestro pueblo en momentos de tanto dolor. Poníamos todo el asunto  a los detalles.

“En pleno vuelo el avión fue destruido por una carga explosiva a los pocos minutos de haber despegado del aeropuerto de Barbados. Con heroísmo indescriptible los bravos y expertos pilotos de la nave hicieron un supremo esfuerzo para hacerla regresar a tierra, pero el equipo, ardiendo y casi destruido, solo pudo permanecer en el aire unos minutos más. Contaron, sin embargo, con el tiempo y la entereza suficiente para explicar que había ocurrido una explosión a bordo, que la nave ardía e intentaban regresar a tierra. Es inimaginable el drama que tiene que haber significado para los pasajeros y los tripulantes la explosión y el incendio encerrados en una nave aérea a una altura aproximada de 6 000 metros”

Fidel  mencionaba  nombres de terroristas sobre quienes todos los indicios  apuntaban como culpables del crimen. Los acontecimientos posteriores le dieron la razón. Reseñó también otros actos terroristas ejecutados  ese mismo año contra el pueblo de Cuba. Detrás de ellos, la CIA, organizaciones contrarrevolucionarias y el gobierno de los Estados Unidos.

Y, como siempre, el aliento de Fidel, sembrando nuevas fuerzas para continuar desarrollando y defendiendo la Revolución.

“Podríamos preguntarnos qué se pretende con estos crímenes. ¿Destruir la Revolución? (Exclamaciones de: "¡No!") Es imposible. La Revolución emerge más vigorosa frente a cada golpe y cada agresión, se profundiza, se hace más consciente, se hace más fuerte. ¿Intimidar al pueblo? (Exclamaciones de: "¡No!") Es imposible. Frente a la cobardía y la monstruosidad de crímenes semejantes el pueblo se enardece, y cada hombre y mujer se convierte en un soldado fervoroso y heroico dispuesto a morir”

La emoción de nuestro eterno Comandante en Jefe, penetró raudo  en nuestros pechos. El silencio profundo  se convirtió en fuerza mayor para cumplir ahora con más decisión nuestro deber internacionalista.

¡Nuestros tripulantes, nuestros heroicos trabajadores del aire y todos nuestros abnegados compatriotas sacrificados cobardemente ese día, vivirán eternamente en el recuerdo, en el cariño y la admiración del pueblo! (Aplausos) ¡Una patria cada vez más revolucionaria, más digna, más socialista y más internacionalista será el grandioso monumento que nuestro pueblo erija a su memoria y a la de todos los que han caído o hayan de caer por la Revolución!

“Hacia nuestros hermanos guyaneses y coreanos inmolados ese día, va también nuestro recuerdo más ferviente en estos instantes. Ellos nos recuerdan que los crímenes del imperialismo no tienen fronteras, que todos pertenecemos a la misma familia humana y que nuestra lucha es universal “

“No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!

Y después de 44 años, ¡la injusticia sigue temblando!

                                       

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