martes, 3 de diciembre de 2019

Un regreso a la raíz





.Orlando Guevara Núñez

Las cenizas de Miguel Deulofeu Ramos, fallecido el 16 de octubre pasado en la capital cubana, están ya en el cementerio de Santa Ifigenia. Ese fue su deseo: el regreso a su raíz. Conservo una carta suya, del 7 de febrero de 2005, donde me explicaba el contenido de otra enviada a la máxima dirección política de la provincia, en la cual está contenida la pretensión. No imaginé, sin embargo, ser testigo de ese momento triste.
El homenaje póstumo tuvo como escenario un lugar simbólico de la Revolución en Santiago de Cuba: la otrora Escuela Normal para Maestros de Oriente, fragua de revolucionarios de la talla de Frank País, de Pepito Tey. Y de otros muchos. En ese recinto, Miguel Deulofeu forjó el carácter que definiría su vida. Por eso estuvo entre los jóvenes maestros seleccionados por el héroe de la lucha clandestina para fundar la Sección de Propaganda que, desde finales de 1954 hasta el triunfo de la Revolución, condujo la labor  de orientación, primero con los boletines informativos, y finalmente, a través del periódico Sierra Maestra.
El martes 3 de diciembre, en esa escuela se escucharon de nuevo las notas del himno  Hozanna, el  que llama a cantar sin demora, porque ”llegó la hora de levantar la voz”. Y frente a la tiranía la voz fue levantada y se convirtió en ideas, y las ideas en acciones patrióticas que cimentaron el triunfo de la Revolución.
El homenaje fue sencillo. Una definición de Carlos Sarabia Hernández, integrante del mismo grupo de maestros escogidos por Frank para la labor de propaganda, retrató la dimensión de Miguel Deulofeu Ramos: “Perteneció a la legión de patriotas que contribuyeron a que Santiago de Cuba fuera Ciudad Héroe”. Y al referirse a él como fundador de la prensa clandestina dijo que el periódico Sierra Maestra surgió en las penumbras de la clandestinidad, pero irradiando luz.
Allí estaba una representación de  las personas que él quiso y por ellas fue querido. Sus hijos, sus familiares santiagueros, los fundadores de Sierra Maestra durante la guerra, luchadores clandestinos,  compañeros de magisterio, vecinos, la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y un grupo  de jóvenes del Ministerio del Interior, al cual  él dedicó varios años de servicio, y donde alcanzó los grados de Teniente Coronel y la condición de fundador de los Órganos de la Seguridad del Estado. El alumnado del actual centro formador de maestros, se sumó al tributo de respeto.
¡Volvió junto a  nosotros!, expresó conmovida una combatiente. Su hija, Evarina, agradeció el homenaje y habló del infinito amor de su padre por esta ciudad y por el pueblo santiaguero. Hay  razones entonces para afirmar que el último Responsable de Propaganda del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en Oriente, el combatiente del 30 de noviembre de 1956, el fundador del  Partido Comunista de Cuba,  el ardiente constructor y defensor de nuestra obra, estará siempre entre nosotros.

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